JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo,Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo,
le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos:
"¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Jesús les respondió:
"Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los
leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el
Evangelio. ¡Dichoso el que no se siente defraudado por mí!"
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan:
"¿Qué fueron a ver en el desierto?, ¿una caña sacudida por el viento? Pues, ¿qué fueron a ver?
¿Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué
fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, y les aseguro que más que un profeta.
Porque de él está escrito: "Yo envío mi mensajero por delante de ti y te prepare el camino".
Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más
pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos su oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin sus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que lea. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdenos en sus intenciones y misas!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/?media=200354
Película completa (1 hora): http://www.gloria.tv/?media=417295
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). "Te amo, pero quiero verte todos los días, y menos los de descanso". ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice eso a otro? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, demorar en bautizar a los niños, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado, etc. Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
Adviento (3er.dom) Ciclo A
Antífona de entrada
Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito: estén alegres. El Señor está cerca.
Oración Colecta
Oremos:
Mira, Señor, cómo tu pueblo espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos
celebrar el gran misterio de nuestra salvación con un corazón nuevo y una inmensa alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Dios mismo vendrá y nos salvará
Lectura del libro del profeta Isaías 35,1-6a.10
Esto dice el Señor:
"Saltarán de alegría el desierto y la tierra reseca; la llanura se regocijará y florecerá; florecerá
como el lirio, se regocijará y dará gritos de alegría. Tiene la gloria del Líbano, el esplendor del
Carmelo y del Sarión; ellos verán la gloria del Señor, el esplendor de nuestro Dios. Fortalezcan
las manos cansadas, afiancen las rodillas vacilantes, digan a los de corazón apocado:
"¡Ánimo!, no teman; miren a su Dios, vengador y justiciero, viene en persona a salvarnos".
Se iluminarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán, saltará como un venado
el cojo, la lengua del mudo cantará, y volverán los rescatados por el Señor. Vendrán a Sión con
cánticos de júbilo, coronados de perpetua alegría; serán su escolta gozo y dicha, porque pena y
aflicción habrán terminado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del Salmo 145
Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo.
Ven, Señor, a salvarnos.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado.
Ven, Señor, a salvarnos.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente. Reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos.
Ven, Señor, a salvarnos.
Segunda Lectura
Manténganse firmes, porque el Señor está cerca
Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10
Hermanos: Sean pacientes hasta la venida del Señor. Vean cómo el campesino aguarda
paciente los frutos preciosos de la tierra, mientras espera las lluvias tempraneras y tardías. Así
también ustedes:
con paciencia mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca. No murmuren
unos de otros para no ser condenados.
Miren que el juez está ya a la puerta. Tomen, hermanos, como ejemplo de paciencia y
sufrimiento a los profetas, que hablaron en nombre del Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Espíritu del Señor está sobre mí; me ha enviado para anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Aleluya.
Evangelio
¿Qué debemos hacer?
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 2-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo,Juan se encontraba en la cárcel, y habiendo oído hablar de las obras de Cristo,
le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos:
"¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?"
Jesús les respondió:
"Vayan a contar a Juan lo que están viendo y oyendo: los ciegos ven y los cojos andan; los
leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el
Evangelio. ¡Dichoso el que no se siente defraudado por mí!"
Cuando se fueron los discípulos, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan:
"¿Qué fueron a ver en el desierto?, ¿una caña sacudida por el viento? Pues, ¿qué fueron a ver?
¿Un hombre lujosamente vestido? Los que visten con lujo habitan en los palacios. ¿A qué
fueron, pues? ¿A ver a un profeta? Sí, y les aseguro que más que un profeta.
Porque de él está escrito: "Yo envío mi mensajero por delante de ti y te prepare el camino".
Les aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista, aunque el más
pequeño en el Reino de los cielos es más grande que él".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Confortados por el anuncio de la venida del Señor, oremos, hermanos y hermanas, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación:
A cada petición, respondemos: Escúchanos, Padre.
Para que Dios visite a la santa Iglesia con su venida y la gobierne con su asistencia, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.
Para que con la tutela divina nuestros tiempos sean tranquilos y nuestra vida feliz, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.
Para que el Señor, con su venida, cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.
Para que quienes ahora recordamos con piedad la primera venida del Señor en la carne, merezcamos participar también con gozo en su gloriosa aparición al final de los tiempos, roguemos al Señor.
Escúchanos, Padre.
Celebrante:
Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo y, con la fuerza de tu amor, mantén nuestro caminar hacia el que ha de venir; concédenos que, perseverando con paciencia, hagamos madurar las semillas que tú mismo siembras en nuestros corazones y las hagamos fructificar con acción de gracias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Haz, Señor, que te ofrezcamos siempre este sacrificio como signo de nuestra total entrega,
para que así cumplamos el sacramento que tú nos diste y se lleve a cabo en nosotros la obra
de tu salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
María, nueva Eva
En verdad es justo y necesario, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, alabarte,
bendecirte y glorificarte por el misterio de la Virgen Madre.
Porque si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sión ha
germinado Aquél que nos nutre con el pan de los ángeles, y ha brotado para todo el género
humano la salvación y la paz.
La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de toda la
humanidad, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida
nueva.
Así, donde había crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia en Cristo, nuestro
salvador.
Por eso nosotros,
mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el
himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Sean fuertes, no teman. Miren que ya viene nuestro Dios, que nos salvará.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta Eucaristía nos purifique, Señor, de toda mancha y nos prepare así a celebrar
dignamente la Navidad ya próxima.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
Adviento. Tercer domingo
LA ALEGRíA DEL ADVIENTO
— Adviento: tiempo de alegría y de esperanza. La alegría es estar cerca de Jesús; la tristeza, perderle.
— La alegría del cristiano. Su fundamento.
— Llevar alegría a los demás. Es imprescindible en toda labor de apostolado.
I. La liturgia de la Misa de este domingo nos trae la recomendación repetida que hace San Pablo a los primeros cristianos de Filipos: Estad siempre alegres en el Señor, de nuevo os lo repito, alegraos1 y a continuación el Apóstol da la razón fundamental de esta alegría profunda: el Señor está cerca.
Es también la alegría del Adviento y la de cada día: Jesús está muy cerca de nosotros. Está cada vez más cerca. Y San Pablo nos da también la clave para entender el origen de nuestras tristezas: nuestro alejamiento de Dios, por nuestros pecados o por la tibieza.
El Señor llega siempre a nosotros en la alegría y no en la aflicción. "Sus misterios son todos misterios de alegría; los misterios dolorosos los hemos provocado nosotros"2.
Alégrate, llena de gracia, porque el Señor está contigo3, le dice el Ángel a María. Es la proximidad de Dios la causa de la alegría en la Virgen. Y el Bautista, no nacido aún, manifestará su gozo en el seno de Isabel ante la proximidad del Mesías4. Y a los pastores les dirá el Ángel: No temáis, os traigo una buena nueva, una gran alegría que es para todo el pueblo; pues os ha nacido hoy un Salvador...5. La Alegría es tener a Jesús, la tristeza es perderle.
La gente seguía al Señor y los niños se le acercaban (los niños no se acercan a las personas tristes), y todos se alegraban viendo las maravillas que hacía6.
Después de los días de oscuridad que siguieron a la Pasión, Jesús resucitado se aparecerá a sus discípulos en diversas ocasiones. Y el Evangelista irá señalando una y otra vez que los Apóstoles se alegraron viendo al Señor7. Ellos no olvidarán jamás aquellos encuentros en los que sus almas experimentaron un gozo indescriptible.
Alegraos, nos dice hoy San Pablo. Y tenemos motivos suficientes. Es más, poseemos el único motivo: El Señor está cerca. Podemos aproximarnos a Él cuanto queramos. Dentro de pocos días habrá llegado la Navidad, nuestra fiesta, la de los cristianos, y la de la humanidad, que sin saberlo está buscando a Cristo. Llegará la Navidad y Dios nos espera alegres, como los pastores, como los Magos, como José y María.
Nosotros podremos estar alegres si el Señor está verdaderamente presente en nuestra vida, si no lo hemos perdido, si no se han empañado nuestros ojos por la tibieza o la falta de generosidad. Cuando para encontrar la felicidad se ensayan otros caminos fuera del que lleva a Dios, al final solo se halla infelicidad y tristeza. La experiencia de todos los que, de una forma o de otra, volvieron la cara hacia otro lado (donde no estaba Dios), ha sido siempre la misma: han comprobado que fuera de Dios no hay alegría verdadera. No puede haberla.
Encontrar a Cristo, y volverlo a encontrar, supone una alegría profunda siempre nueva.
II. Exulta, cielo, alégrate, tierra, romped a cantar, montañas, porque vendrá nuestro Señor8. En sus días florecerá la justicia y la paz9.
El cristiano debe ser un hombre esencialmente alegre. Sin embargo, la nuestra no es una alegría cualquiera, es la alegría de Cristo, que trae la justicia y la paz, y solo Él puede darla y conservarla, porque el mundo no posee su secreto.
La alegría del mundo la proporciona lo que enajena..., nace precisamente cuando el hombre logra escapar de sí mismo, cuando mira hacia fuera, cuando logra desviar la mirada del mundo interior, que produce soledad porque es mirar al vacío. El cristiano lleva su gozo en sí mismo, porque encuentra a Dios en su alma en gracia. Esta es la fuente permanente de su alegría.
No nos es difícil imaginar a la Virgen, en estos días de Adviento, radiante de alegría con el Hijo de Dios en su seno.
La alegría del mundo es pobre y pasajera. La alegría del cristiano es profunda y capaz de subsistir en medio de las dificultades. Es compatible con el dolor, con la enfermedad, con los fracasos y las contradicciones. Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar10, ha prometido el Señor. Nada ni nadie nos arrebatará esa paz gozosa, si no nos separamos de su fuente.
Tener la certeza de que Dios es nuestro Padre y quiere lo mejor para nosotros nos lleva a una confianza serena y alegre, también ante la dureza, en ocasiones, de lo inesperado. En esos momentos que un hombre sin fe consideraría como golpes fatales y sin sentido, el cristiano descubre al Señor y, con Él, un bien mucho más alto. "¡Cuántas contrariedades desaparecen, cuando interiormente nos colocamos bien próximos a ese Dios nuestro, que nunca abandona! Se renueva, con distintos matices, ese amor de Jesús por los suyos, por los enfermos, por los tullidos, que pregunta: ¿qué te pasa? Me pasa... Y, enseguida, luz o, al menos, aceptación y paz"11. "¿Qué te pasa?", nos pregunta. Y le miramos y ya no nos pasa nada. Junto a Él recuperamos la paz y la alegría.
Tendremos dificultades, como las han tenido todos los hombres, pero estas contrariedades –grandes o pequeñas– no nos quitan la alegría. La dificultad es algo ordinario con lo que debemos contar, y nuestra alegría no puede esperar épocas sin contrariedades, sin tentaciones y sin dolor. Es más, sin los obstáculos que encontramos en nuestra vida no habría posibilidad de crecer en las virtudes.
El fundamento de nuestra alegría debe ser firme. No se puede apoyar exclusivamente en cosas pasajeras: noticias agradables, salud, tranquilidad, desahogo económico para sacar la familia adelante, abundancia de medios materiales, etcétera, cosas todas buenas, si no están desligadas de Dios, pero por sí mismas insuficientes para proporcionarnos la verdadera alegría.
El Señor nos pide estar alegres siempre. Cada uno mire cómo edifica, que en cuanto al fundamento, nadie puede tener otro sino el que está puesto, Jesucristo12. Solo Él es capaz de sostenerlo todo en nuestra vida. No hay tristeza que Él no pueda curar: no temas, ten solo fe13, nos dice. Él cuenta con todas las situaciones por las que ha de pasar nuestra vida, y también con aquellas que son resultado de nuestra insensatez y de nuestra falta de santidad. Para todos tiene remedio.
En muchas ocasiones, como en este rato de oración, será necesario que nos dirijamos a Él en un diálogo íntimo y profundo ante el Sagrario; y que abramos nuestra alma en la Confesión, en la dirección espiritual personal. Allí encontraremos la fuente de la alegría, y nuestro agradecimiento se manifestará en mayor fe, en una crecida esperanza, que aleje toda tristeza, y en preocupación por los demás.
Dentro de poco, de muy poco, el que viene llegará. Espera, porque ha de llegar sin retrasarse14, y con Él llega la paz y la alegría; con Jesús encontramos el sentido a nuestra vida.
III. Un alma triste está a merced de muchas tentaciones. ¡Cuántos pecados se han cometido a la sombra de la tristeza! Cuando el alma está alegre se vierte hacia afuera y es estímulo para los demás; la tristeza oscurece el ambiente y hace daño. La tristeza nace del egoísmo de pensar en uno mismo con olvido de los demás, de la indolencia ante el trabajo, de la falta de mortificación, de la búsqueda de compensaciones, del descuido en el trato con Dios.
El olvido de uno mismo, el no andar excesivamente preocupados en las propias cosas es condición imprescindible para poder conocer a Cristo, objeto de nuestra alegría, y para poder servirle. Quien anda excesivamente preocupado de sí mismo difícilmente encontrará el gozo de la apertura hacia Dios y hacia los demás.
Y para alcanzar a Dios y crecer en la virtud debemos estar alegres.
Por otra parte, con el cumplimiento alegre de nuestros deberes podemos hacer mucho bien a nuestro alrededor, pues esa alegría lleva a Dios. Recomendaba San Pablo a los primeros cristianos: Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de Cristo15. Y frecuentemente, para hacer la vida más amable a los demás, basta con esas pequeñas alegrías que, aunque de poco relieve, muestran con claridad que los consideramos y apreciamos: una sonrisa, una palabra cordial, un pequeño elogio, evitar tragedias por cosas de poca importancia que debemos dejar pasar y olvidar. Así contribuimos a hacer más llevadera la vida a las personas que nos rodean. Esa es una de las grandes misiones del cristiano: llevar alegría a un mundo que está triste porque se va alejando de Dios.
En muchas ocasiones el regato lleva a la fuente. Esas muestras de alegría conducirán a quienes nos tratan habitualmente a la fuente de toda alegría verdadera, a Cristo nuestro Señor.
Preparemos la Navidad junto a Santa María. Procuremos también prepararla en nuestro ambiente, fomentando un clima de paz cristiana, y brindemos muchas pequeñas alegrías y muestras de afecto a quienes nos rodean. Los hombres necesitan pruebas de que Cristo ha nacido en Belén, y pocas pruebas hay tan convincentes como la alegría habitual del cristiano, también cuando lleguen el dolor y las contradicciones. La Virgen las tuvo abundantes al llegar a Belén, cansada de tan largo viaje, y al no encontrar lugar digno donde naciera su Hijo; pero esos problemas no le hicieron perder la alegría de que Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.
1 Flp 4, 4. — 2 P. A. Reggio, Espíritu sobrenatural y buen humor, Madrid 1966, p. 20. — 3 Lc 1, 28. — 4 Lc 2, 4. — 5 Lc 2, 10-11. — 6 Lc 13, 7. — 7 Cfr. Jn 20, 20. — 8 Is 49, 13. — 9 Sal 71, 7. — 10 Jn 16, 22. — 11 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 249. — 12 1 Cor 3, 11. — 13 Lc 8, 50. — 14 Heb 10, 37. — 15 Gal 6, 2.
___________________________________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa María de la Rosa
Fundadora
Año 1855
Señor: concédenos también a nosotros el ser capaces
de gastarnos y desgastarnos por servir a
tus hijos más pobres de la tierra.
Con gusto me gastaré y me desgastaré para que Cristo
sea más amado y más conocido (San Pablo).
Autor: Archidiócesis de Madrid
Urbicio, Santo Biografía, 15 de diciembre de 802
Diciembre 15
|
Fuente: Carlos-Steeb.edu.ar
Carlos Steeb, Santo Sacerdote, 15 de diciembre
Carlos Steeb nace el 18 de diciembre de 1773 en Wurttemberg, Alemania. Pertenece a una familia de clase distinguida y fe luterana. |
Maximino, Santo Sacerdote, 15 de diciembre
Diciembre 15 Etimológicamente significa " el más grande". Viene de la lengua latina. |
Fuente: Vatican.va
Virginia Centurione Bracelli, Santa Viuda, 15 Diciembre
Virginia Centurione, viuda de Bracelli, nació el 2 de abril de 1587 en Génova (Italia). Fue hija de Jorge Centurione, dux de la República en el bienio 1621-1622, y de Lelia Spínola, ambos descendientes de familias de antigua nobleza. Bautizada dos días más tarde, recibió la primera formación religiosa y literaria de su madre y de un preceptor doméstico. |
___________________________________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; Colección Hablar con Dios de www.FranciscoFCarvajal.org de www.edicionespalabra.es , misalpalm.com, Catholic.net
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
Evangelio+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.