JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; toda la gente lo seguía y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su mesa de impuestos, y le dijo:
"Sígueme".
El se levantó y lo siguió.
Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían.
Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con pecadores y recaudadores de impuestos, preguntaron a sus discípulos:
"¿Por qué come con recaudadores de impuestos y con pecadores?"
Habiendo oído esto, Jesús les dijo:
"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. Idolatramos aquello que preferimos a Él (descanso, comida, trabajo, compañía, flojera). Por eso, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15). ¿Qué pensaríamos de un cónyuge que le dice a su pareja: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente? Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es necesaria la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa.
† Misal
sab 1a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él me libra de todo peligro. Mírame, Dios mío, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido.
Oración Colecta
Oremos:
Nos acogemos, Señor, a tu providencia, que nunca se equivoca, y te pedimos humildemente que apartes de nosotros todo mal y nos concedas aquello que pueda contribuir a nuestro bien.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Primera Lectura
Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-16
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos: penetra hasta lo más íntimo del alma, hasta lo más profundo del ser y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Así que toda criatura es transparente para Dios. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquél a quien hemos de rendir cuentas.
Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un sumo sacerdote eminente que ha penetrado en los cielos, mantengámonos firmes en la fe que profesamos.
Pues no es él un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino que ha sido probado en todo como nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, con plena confianza al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y encontrar la gracia de un socorro oportuno. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 18, 8.9.10.15
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta: da consuelo al hombre; el mandato del Señor es verdadero: da sabiduría al ignorante.
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Los preceptos del Señor son rectos: dan alegría al corazón; el mandamiento del Señor es claro: da luz a los ojos.
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
El temor del Señor es puro: permanece para siempre; los juicios del Señor son verdad: todos justos por igual.
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Que te agraden mis palabras y mis pensamientos, Señor, roca mía, mi redentor.
Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la Buena Noticia y a proclamar la liberación a los cautivos. Aleluya.
Evangelio
No he venido a llamar justos, sino pecadores
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; toda la gente lo seguía y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví, el hijo de Alfeo, que estaba sentado en su mesa de impuestos, y le dijo:
"Sígueme".
El se levantó y lo siguió.
Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían.
Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con pecadores y recaudadores de impuestos, preguntaron a sus discípulos:
"¿Por qué come con recaudadores de impuestos y con pecadores?"
Habiendo oído esto, Jesús les dijo:
"No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Confiados en tu misericordia, Señor, venimos a tu altar con nuestros dones a fin de que te dignes purificarnos por este memorial que estamos celebrando.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio
Restauración universal en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Yo te invoco, porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Padre Santo, tú que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, guíanos por medio de tu Espíritu a fin de que, no sólo con palabras, sino con toda nuestra vida podamos demostrarte nuestro amor
y así merezcamos entrar al Reino de los cielos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
Dia 17/01 San Antonio (abad, blanco)
Antífona de Entrada
Los justos crecerán como palmeras; se elevarán tan alto como los cedros del Líbano plantados en la casa del Señor; en medio de sus patios darán flores.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que concediste a san Antonio, abad, dejar por tu amor cuanto tenía, para servirte heroicamente en el desierto, otórganos, por sus méritos, superar nuestro egoísmo y amarte a ti sobre todas las cosas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 6, 10-13.18
Hermanos: Busquen su fuerza en el Señor y en su invencible poder. Ponemos las armas que Dios da para poder resistir a las estratagemas del diablo, porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso, sino contra las fuerzas sobrehumanas y supremas del mal, que dominan este mundo de tinieblas.
Por eso, tomen las armas que Dios para poder resistir en el día fatal y, después de actuar a fondo, mantener las posiciones. Oren en toda ocasión con la ayuda del Espíritu. Tengan vigilias en las que oren con constancia por todo el pueblo santo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 15
El Señor es el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". El Señor es el lote de mi heredad y mi copa.
El Señor es el lote de mi heredad.
Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.
El Señor es el lote de mi heredad.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.
El Señor es el lote de mi heredad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Si mantienen mi palabra, serán de verdad discípulos míos y conocerán la verdad, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 19, 16-26
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un joven y le preguntó:
"Maestro, ¿qué cosas buenas tengo que hacer para conseguir la vida eterna?"
Le respondió Jesús:
"¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno: Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos".
El replicó:
"¿Cuáles?"
Jesús le dijo:
"No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo".
Le dijo entonces el joven:
"Todo eso lo he cumplido desde mi niñez, ¿qué más me falta?"
Jesús le dijo:
"Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme".
Al oír estas palabras, el joven se fue entristecido, porque era muy rico. Entonces, Jesús dijo a sus discípulos:
"Yo les aseguro que un rico difícilmente entrará en el Reino de los cielos. Se lo repito: es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los cielos".
Al oír esto, los discípulos se quedaron asombrados y exclamaron:
"Entonces ¿quién podrá salvarse?"
Pero Jesús, mirándolos fijamente, les respondió:
"Para los hombres eso es imposible, mas para Dios todo es posible".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que humildemente te presentamos en la conmemoración de san Antonio, abad, y líbranos de nuestro apego a los bienes materiales para que te poseamos a ti como única riqueza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Si quieres ser perfecto, dice el Señor, vende lo que posees, reparte el dinero entre los pobres y, después, ven y sígueme.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Por medio de esta Eucaristía concédenos, Señor, la fuerza necesaria para vencer siempre, a ejemplo de san Antonio, abad, las tentaciones del enemigo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
† Meditación diaria
1ª Semana. Sábado
CONVIVIR CON TODOS
— Un cristiano no puede estar encerrado en sí mismo, despreocupado y ajeno a lo que pasa a su alrededor. Jesucristo, modelo de convivencia.
— La virtud humana de la afabilidad.
— Otras virtudes necesarias para la convivencia diaria: gratitud, cordialidad, amistad, alegría, optimismo, respeto mutuo...
I. Después de responder a la llamada del Señor, Mateo dio un banquete al que asistieron Jesús, sus discípulos y otras gentes. Entre estos, había muchos publicanos y pecadores, todos amigos de Mateo. Los fariseos se sorprenden al ver a Jesús sentarse a comer con esta clase de personas, y por eso dicen a sus discípulos: ¿Por qué come con publicanos y pecadores?1.
Pero Jesús se encuentra bien entre gentes tan diferentes. Se siente bien con todo el mundo, porque ha venido a salvar a todos. No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Y como todos somos pecadores y nos sentimos algo enfermos, Jesús no se separa de nosotros. En esta escena contemplamos cómo el Señor no rehúye el trato social; más bien lo busca. Se entiende Jesús con los tipos humanos y los caracteres más variados: con un ladrón convicto, con los niños llenos de inocencia y de sencillez, con hombres cultos y pudientes como Nicodemo y José de Arimatea, con mendigos, con leprosos, con familias... Este interés manifiesta el afán salvador de Jesús, que se extiende a todas las criaturas de cualquier clase y condición.
El Señor tuvo amigos, como los de Betania, donde es invitado o se invita en diversas ocasiones. Lázaro es nuestro amigo2. Tiene amigos en Jerusalén que le prestan una sala para celebrar la Pascua con sus discípulos, y conoce tan bien al que le prestará el pollino para su entrada solemne en Jerusalén que los discípulos pueden tomarlo directamente3.
Jesús mostró un gran aprecio a la familia, donde se ha de ejercer en primer término la convivencia, con las virtudes que esta requiere, y donde tiene lugar el primero y principal trato social. Así nos lo muestran aquellos años de vida oculta en Nazaret, de los que el Evangelista resalta, por delante de otros muchos pequeños sucesos que nos podría haber dejado, que Jesús Niño estaba sujeto a sus padres4. Debió de ser uno de los recuerdos imborrables de María en aquellos años. Para ilustrar el amor de Dios Padre con los hombres se sirve del amor de un padre para con su hijo (que no le da una piedra si pide pan, o una serpiente si le pide un pez)5. Resucita al hijo de una viuda en Naím6 porque se compadece de su soledad (era hijo único) y de su pena. Y Él mismo, en medio de los sufrimientos de la cruz, vela por su Madre confiándola a Juan7. Así lo entendió el Apóstol: y el discípulo, desde aquel instante, la recibió en su casa8.
Jesús es un ejemplo vivo para nosotros porque debemos aprender a convivir con todos, por encima de sus defectos, ideas y modos de ser. Debemos aprender de Él a ser personas abiertas, con capacidad de amistad, dispuestos siempre a comprender y a disculpar. Un cristiano, si de veras sigue a Cristo, no puede estar encerrado en sí mismo, despreocupado y ajeno a lo que pasa a su alrededor.
II. Una buena parte de nuestra vida se compone de pequeños encuentros con personas que vemos en el ascensor, en la cola de un autobús, en la sala de espera del médico, en medio del tráfico de la gran ciudad o en la única farmacia del pequeño pueblo donde vivimos... Y aunque son momentos esporádicos y a veces fugaces, son muchos en un día e incontables a lo largo de una vida. Para un cristiano son importantes, pues son ocasiones que Dios nos da para rezar por ellos y mostrarles nuestro aprecio, como corresponde a hijos de un mismo Padre. Y lo hacemos normalmente a través de esas muestras de educación y de cortesía, que se convierten fácilmente en vehículos de la virtud sobrenatural de la caridad. Son personas muy diferentes, pero todas esperan algo del cristiano: lo que Cristo hubiera hecho en nuestro lugar.
También tratamos a personas muy distintas en la propia familia, en el trabajo, en el vecindario..., con caracteres, formación cultural y humana y modos de ser muy diversos. Es necesario que nos ejercitemos en la convivencia con todos. Santo Tomás señala la importancia de esa virtud particular –que encierra en sí otras muchas–, que ordena "las relaciones de los hombres con sus semejantes, tanto en los hechos como en las palabras"9. Esta virtud particular es la afabilidad, que nos lleva a hacer la vida más grata a quienes vemos todos los días.
Esta virtud, que debe formar como el entramado de la convivencia, no causa quizá una gran admiración; sin embargo, cuando falta se echa mucho de menos, se vuelven tensas las relaciones entre los hombres y se falta frecuentemente a la caridad; a veces, este trato se torna difícil o quizá imposible. La afabilidad y las otras virtudes con las que se relaciona hacen amable la vida cotidiana: la familia, el trabajo, el tráfico, la vecindad... Son opuestas, por su misma naturaleza, al egoísmo, al gesto destemplado, al malhumor, a la falta de educación, al desorden, al vivir sin tener en cuenta los gustos, preocupaciones e intereses de los demás. "De estas virtudes –escribía San Francisco de Sales– es necesario tener una gran provisión y muy a mano, pues se han de estar usando casi de continuo"10.
El cristiano sabrá convertir los múltiples detalles de la virtud humana de la afabilidad en otros actos de la virtud de la caridad, al hacerlos también por amor a Dios. La caridad hace entonces de la misma afabilidad una virtud más fuerte, más rica en contenido y con un horizonte mucho más elevado. Debe practicarse también cuando es necesario tomar una actitud firme y continua: "Tienes que aprender a disentir –cuando sea preciso– de los demás, con caridad, sin hacerte antipático"11.
El cristiano, mediante la fe y la caridad, sabe ver hijos de Dios en sus hermanos los hombres, que siempre merecen el mayor respeto y las mejores muestras de atención y consideración12. Por eso, debemos estar atentos a las mil oportunidades que ofrece un día.
III. Todo el Evangelio es una continua muestra del respeto con que Jesús trataba a todos: sanos, enfermos, ricos, pobres, niños, mayores, mendigos, pecadores... Tiene el Señor un corazón grande, divino y humano; no se detiene en los defectos y deficiencias de estos hombres que se le acercan, o con los que Él se hace el encontradizo. Es esencial que nosotros, sus discípulos, queramos imitarle, aunque a veces se nos haga difícil.
Son muchas las virtudes que facilitan y hacen posible la convivencia: la benignidad y la indulgencia, que nos llevan a juzgar a las personas y sus actuaciones de forma favorable, sin detenernos mucho en sus defectos y errores; la gratitud, que es ese recuerdo afectuoso de un beneficio recibido, con el deseo de corresponder de alguna manera. En muchas ocasiones solo podremos decir gracias, o algo parecido; cuesta muy poco ser agradecidos, y es mucho el bien que se hace. Si estamos pendientes de quienes están a nuestro alrededor, notaremos qué grande es el número de personas que nos prestan favores diversos.
Ayudan mucho en la convivencia diaria la cortesía y la amistad. ¡Qué formidable sería que pudiéramos llamar amigos a las personas con quienes trabajamos o estudiamos, a los padres, a los hijos, a aquellas personas con las que convivimos o nos relacionamos!: amigos, y no solo colegas o compañeros. Esto será señal de que nos hemos esforzado en muchas virtudes humanas que fomentan y hacen posible la amistad: el desinterés, la comprensión, el espíritu de colaboración, el optimismo, la lealtad. Amistad particularmente honda dentro de la propia familia: entre hermanos, con los hijos, con los padres. La amistad resiste bien las diferencias de edad, cuando está vivificada por el ejemplo de Jesucristo, perfecto Dios y perfecto Hombre, que ejercitó las virtudes humanas acabadamente, en plenitud.
En la convivencia diaria, la alegría, manifestada en la sonrisa oportuna o en un pequeño gesto amable, abre la puerta de muchas almas que estaban a punto de cerrarse al diálogo o a la comprensión. La alegría anima y ayuda al trabajo y a superar las numerosas contradicciones que a veces trae la vida. Una persona que se dejara llevar habitualmente de la tristeza y del pesimismo, que no luchara por salir de ese estado enseguida, sería un lastre, un pequeño cáncer para los demás. La alegría enriquece a los otros, porque es expresión de una riqueza interior que no se improvisa, porque nace de la convicción profunda de ser y sentirnos hijos de Dios. Muchas personas han encontrado a Dios en la alegría y en la paz del cristiano.
Virtud de convivencia es el respeto mutuo, que nos mueve a mirar a los demás como imágenes irrepetibles de Dios. En la relación personal con el Señor, el cristiano aprende a "venerar (...) la imagen de Dios que hay en cada hombre"13. También la de aquellos que por alguna razón nos parecen menos amables, simpáticos y divertidos. La convivencia nos enseña también a respetar las cosas porque son bienes de Dios y están al servicio del hombre. El respeto es condición para contribuir a la mejora de los demás, porque cuando se avasalla a otro se hace ineficaz el consejo, la corrección o la advertencia.
El ejemplo de Jesús nos inclina a vivir amablemente abiertos hacia los demás; a comprenderlos, a mirarlos con una simpatía inicial y siempre creciente, que nos lleva a aceptar con optimismo la trama de virtudes y defectos que existen en la vida de todo hombre. Es una mirada que alcanza las profundidades del corazón y sabe encontrar la parte de bondad que existe en todos. Una persona comprendida abre con facilidad su alma y se deja ayudar. Quien vive la virtud de la caridad comprende con facilidad a las personas, porque tiene como norma no juzgar nunca las intenciones íntimas, que solo Dios conoce.
Muy cercana a la comprensión está la capacidad para disculpar con prontitud. Mal viviríamos nuestra vida cristiana si al menor roce se enfriase nuestra caridad y nos sintiéramos separados de las personas de la familia o con quienes trabajamos. El cristiano debe hacer examen para ver cómo son sus reacciones ante las molestias que toda convivencia diaria suele llevar consigo. Hoy, sábado, podemos terminar la oración formulando el propósito de cuidar con esmero, en honor de Santa María, estos detalles de fina caridad con el prójimo.
1 Mc 2, 13-17. — 2 Jn 11, 11. — 3 Cfr. Mc 11, 3. — 4 Cfr. Lc 2, 51. — 5 Cfr. Mt 9, 7. — 6 Cfr. Lc 7, 11. — 7 Cfr. Jn 19, 26-27. — 8 Jn 19, 26-27. — 9 Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 114, a. 1. — 10 San Francisco de Sales, Introducción a la vida devota, III, 1. — 11 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 429. — 12 Cfr. F. Fernández-Carvajal, Antología de textos, Palabra, 13ª edición actualizada y ampliada, Madrid 2003, voz Afabilidad. — 13 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 230.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Antonio
Abad
Conocemos la vida del abad Antonio, cuyo nombre significa "floreciente" y al que la tradición llama el Grande, principalmente a través de la biografía redactada por su discípulo y admirador, san Atanasio, a fines del siglo IV.
Este escrito, fiel a los estilos literarios de la época y ateniéndose a las concepciones entonces vigentes acerca de la espiritualidad, subraya en la vida de Antonio -más allá de los datos maravillosos- la permanente entrega a Dios en un género de consagración del cual él no es históricamente el primero, pero sí el prototipo, y esto no sólo por la inmensa influencia de la obrita de Atanasio.
En su juventud, Antonio, que era egipcio e hijo de acaudalados campesinos, se sintió conmovido por las palabras de Jesús, que le llegaron en el marco de una celebración eucarística: "Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres...".
Así lo hizo el rico heredero, reservando sólo parte para una hermana, a la que entregó, parece, al cuidado de unas vírgenes consagradas.
Llevó inicialmente vida apartada en su propia aldea, pero pronto se marchó al desierto, adiestrándose en las prácticas eremíticas junto a un cierto Pablo, anciano experto en la vida solitaria.
En su busca de soledad y persiguiendo el desarrollo de su experiencia, llegó a fijar su residencia entre unas antiguas tumbas. ¿Por qué esta elección?. Era un gesto profético, liberador. Los hombres de su tiempo -como los de nuestros días - temían desmesuradamente a los cementerios, que creían poblados de demonios. La presencia de Antonio entre los abandonados sepulcros era un claro mentís a tales supersticiones y proclamaba, a su manera, el triunfo de la resurrección. Todo -aún los lugares que más espantan a la naturaleza humana - es de Dios, que en Cristo lo ha redimido todo; la fe descubre siempre nuevas fronteras donde extender la salvación.
Pronto la fama de su ascetismo se propagó y se le unieron muchos fervorosos imitadores, a los que organizó en comunidades de oración y trabajo. Dejando sin embargo esta exitosa obra, se retiró a una soledad más estricta en pos de una caravana de beduinos que se internaba en el desierto.
No sin nuevos esfuerzos y desprendimientos personales, alcanzó la cumbre de sus dones carismáticos, logrando conciliar el ideal de la vida solitaria con la dirección de un monasterio cercano, e incluso viajando a Alejandría para terciar en las interminables controversias arriano-católicas que signaron su siglo.
Sobre todo, Antonio, fue padre de monjes, demostrando en sí mismo la fecundidad del Espíritu. Una multisecular colección de anécdotas, conocidas como "apotegmas" o breves ocurrencias que nos ha legado la tradición, lo revela poseedor de una espiritualidad incisiva, casi intuitiva, pero siempre genial, desnuda como el desierto que es su marco y sobre todo implacablemente fiel a la sustancia de la revelación evangélica. Se conservan algunas de sus cartas, cuyas ideas principales confirman las que Atanasio le atribuye en su "Vida".
Antonio murió muy anciano, hace el año 356, en las laderas del monte Colzim, próximo al mar Rojo; al ignorarse la fecha de su nacimiento, se le ha adjudicado una improbable longevidad, aunque ciertamente alcanzó una edad muy avanzada.
La figura del abad delineó casi definitivamente el ideal monástico que perseguirían muchos fieles de los primeros siglos.
No siendo hombre de estudios, no obstante, demostró con su vida lo esencial de la vida monástica, que intenta ser precisamente una esencialización de la práctica cristiana: una vida bautismal despojada de cualquier aditamento.
Para nosotros, Antonio encierra un mensaje aún válido y actualísimo: el monacato del desierto continúa siendo un desafío: el del seguimiento extremo de Cristo, el de la confianza irrestricta en el poder del Espíritu de Dios. ___________________________________________________________________________________________
Fuente: ACIprensa.com
Jenaro Sánchez Delgadillo, Santo Sacerdote y Mártir, 17 de enero
Sacerdote y MártirMartirologio Romano: En la ciudad de Tocolatlán, en México, san Jenaro Sánchez Delgadillo, presbítero, mártir durante la persecución mexicana (1927).
Nació el 19 de septiembre de 1886 en Agualele, población cercana a Zapopan, Jalisco. Sus padres fueron Cristóbal Sánchez y Julia Delgadillo, de condición humilde y cristianos observantes, que en el pueblo gozaban de estima por ser personas muy buenas. |
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Fuente: NotiDiocesis.com
Roselina (Rosalina) de Villeneuve, Santa Religiosa, 17 de enero
ReligiosaMartirologio Romano: En Fréjus, ciudad de la Provenza, en Francia, santa Roselina, priora de Celle-Roubaud, de la Orden de la Cartuja, que se distinguió por su abnegación y por su austeridad en la comida, el sueño y el ayuno (1329).
Virgen y monja de la Orden de la Cartuja que debido a sus magníficas virtudes fue nombrada priora del convento de Celle-Roubaud, en Fréjus, ciudad de la Provenza, en Francia, distinguiéndose además durante toda su vida por su abnegación y por su austeridad en la comida, el sueño y el ayuno. |
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Fuente: Santiebeati.it
Sulpicio el Pío, Santo Obispo, 17 de enero
ObispoMartirologio Romano: En Bourges, ciudad de Aquitania, san Sulpicio, llamado el Pío, obispo, que habiendo pasado del palacio real al episcopado, su mayor preocupación fue el cuidado de los pobres (647).
San Sulpicio II, llamado "el Pío", fue obispo de Bourges, en la Francia centro-septentrional. Su vida, escrita poco después de su muerte, narra una versión bastante clásica de su juventud, es decir, el pasaje de una vida agitada a la renuncia a sus bienes y la completa donación a los pobres, seguida de una conducta muy austera: rígidos ayunos, oración nocturna, recitación cotidiana del salterio entero. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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