JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (12, 1-7)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número, que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
"Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
"El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
El Señor es mi protector
Feria de la 28a. S.T.O. o memoria libre de santa Eduviges, religiosa; o de santa Margarita María de Alacoque, Virgen
Perdona, Señor, nuestros pecados
Antífona de Entrada
El Señor es mi protector; él me libró de las manos de mis enemigos y me salvó, porque me ama.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor, que el curso de los acontecimientos del mundo se desenvuelva, según tu voluntad, en la justicia y en la paz, y que tu Iglesia pueda servirte con tranquilidad y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los romanos (4, 1-8)
Hermanos: ¿Qué diremos de Abraham, padre de nuestra raza? Si Abraham hubiera obtenido la justificación por sus obras, tendría de qué estar orgulloso, pero no delante de Dios.En efecto, ¿qué dice la Escritura? Abraham le creyó a Dios y eso le valió la justificación.
Al que, gracias a su trabajo, tiene obras, no se le da su paga como un regalo, sino como algo que se le debe. En cambio al que no tiene obras, pero cree en aquel que justifica al pecador, su fe le vale la justificación.
En este sentido, también David proclama dichoso al hombre a quien Dios tiene por justo, independientemente de las obras: Dichosos aquellos cuyas maldades han sido perdonadas y cuyos pecados han sido sepultados. Dichoso el hombre a quien el Señor no le toma en cuenta su pecado.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 31
Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño.
Perdona, Señor, nuestros pecados.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado.
Perdona, Señor, nuestros pecados.
Alégrense con el Señor y regocíjense los justos todos, y todos los hombres de corazón sincero canten de gozo.
Perdona, Señor, nuestros pecados.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Muéstrate bondadoso con nosotros, Señor, puesto que en ti hemos confiado.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (12, 1-7)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la multitud rodeaba a Jesús en tan gran número, que se atropellaban unos a otros. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:
"Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de la hipocresía. Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse, ni nada secreto que no llegue a conocerse. Por eso, todo lo que ustedes hayan dicho en la oscuridad, se dirá a plena luz, y lo que hayan dicho en voz baja y en privado, se proclamará desde las azoteas.
Yo les digo a ustedes, amigos míos: No teman a aquellos que matan el cuerpo y después ya no pueden hacer nada más. Les voy a decir a quién han de temer: Teman a aquel que, después de darles muerte, los puede arrojar al lugar de castigo. Se lo repito: él sí tienen que temerlo.
¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo, ni de uno solo de ellos se olvida Dios; y por lo que a ustedes toca, todos los cabellos de su cabeza están contados. No teman, pues, porque ustedes valen mucho más que todos los pajarillos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este pan y este vino que tú mismo nos das para ofrecértelos nos ayuden, Señor, convertidos en el Cuerpo y Sangre de tu Hijo, a conseguir el premio de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común VIII
Jesús, buen samaritano
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.
Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho; y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te pedimos, Padre misericordioso, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces, nos hagas algún día, participar de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Día 16/10-2 Santa Margarita María de Alacoque (Virgen, blanco)
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Margarita Alacoque conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Dios, salvador nuestro, que al conmemorar hoy a santa Margarita Alacoque, virgen, aprendamos, a ejemplo suyo, a servirte con amor y alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Experimentar el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento humano
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 3, 14-19
Hermanos: Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les conceda que su Espíritu los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en sus corazones.
Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 22
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
'El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelando los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
Evangelio
Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Margarita de Alacoque, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La vida consagrada a Dios es un signo Del Reino de los cielos
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo,
reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera,
para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo, nuestro Señor.
Por eso,
con todos los ángeles y santos, te alabamos proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Margarita María Alacoque..
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 16/10-1 Santa Eduvigis (Religiosa, blanco)
Antífona de Entrada
El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que otorgaste a santa Eduvigis la gracia de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, ayúdanos a vivir fielmente nuestra vocación cristiana, para que reproduzcamos cada día mejor, en nosotros, la imagen de tu Hijo, que vive y reina contigo...
Amén.
Primera Lectura
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien arreglada
Lectura del libro del Eclesiástico 26, 1-4. 16-21
Dichoso el marido de una mujer buena: se doblarán los años de su vida. La mujer hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá su vida en paz. La mujer buena es un tesoro: lo encuentran los que temen al Señor; sean ricos o pobres, estarán contentos y siempre vivirán con alegría.
La mujer servicial alegra a su marido; la que es cuidadosa le causa bienestar. La mujer discreta es un don del Señor; y la bien educada no tiene precio. La mujer modesta duplica su encanto y la que es dueña de sí supera toda alabanza.
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien arreglada. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 127
Dichosos los que temen al Señor.
Dichosos los que temen al Señor y siguen los caminos de su ley. Comerán del trabajo de sus manos, serán felices y les irá bien.
Dichosos los que temen al Señor.
Será su esposa como vid fecunda en la paz hogareña; serán sus hijos como olivos nuevos en torno de su mesa.
Dichosos los que temen al Señor.
Así bendecirá el Señor al hombre que le teme y lo respeta. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida: que veas a los hijos de tus hijos.
Dichosos los que temen al Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor, serán verdaderamente discípulos míos y conocerán la verdad.
Aleluya.
Evangelio
El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, la madre y los parientes de Jesús llegaron a la casa donde se encontraba él, se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".
El les respondió:
"¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?"
Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo:
"Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús
Oración sobre las Ofrendas
Señor, por este sacrificio que te presentamos en la fiesta de santa Eduvigis, concédenos los bines de la paz y la unidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Acción de los santos en la Iglesia
En verdad es justo y necesario, nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque con la vida de tus santos, enriqueces a tu Iglesia con formas siempre nuevas de admirable santidad, y nos das pruebas indudables de tu amor por nosotros; y también, porque su ejemplo nos impulsa y su intercesión nos ayuda a colaborar en el misterio de la salvación.
Por eso,
ahora nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo:
Antífona de la Comunión
Yo les aseguro, dice el Señor, que los que han dejado todo para seguirme, recibirán cien veces más y alcanzarán la vida eterna.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas la fuerza del tu Espíritu, haz que, a ejemplo de santa Eduvigis, te amemos sobre todas las cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
28ª semana. Viernes
EL FERMENTO DE LOS FARISEOS
— La hipocresía de los fariseos.
— El cristiano, un hombre sin doblez.
— Amar la verdad y darla a conocer.
I. Se reunió tal muchedumbre para ver a Jesús que se atropellaban unos a otros. Y entre tantos como le rodeaban, el Maestro se dirigió en primer lugar a sus discípulos con esta advertencia: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Y añadió: Nada hay oculto que no sea descubierto, ni secreto que no llegue a saberse. Porque cuanto hayáis dicho en la oscuridad será escuchado a la luz; cuanto hayáis hablado al oído bajo este techo será pregonado sobre los terrados1.
La palabra hipócrita designaba en el mundo griego antiguo al actor que, con una máscara y un disfraz, asumía una personalidad ajena. Fingía ante el público ser otro, frecuentemente muy lejano a su propia realidad: unas veces era rey y, otras, mendigo o general. Le bastaba con ocultar su propio ser detrás de la máscara y tomar cualidades y sentimientos postizos. Su papel se desarrollaba cara al público, teniendo como regla suprema de su actuación la aprobación y el aplauso de la galería.
El ser íntimo –la levadura– de muchos fariseos era la hipocresía, el actuar de cara a los demás y no de cara a Dios. Su vida era tan falsa como la de los actores durante la representación. Cayeron en la tentación de darle gran importancia al juicio de los hombres –¡tan endeble y pasajero!– y descuidar el de Dios. El Señor les dirá en otra ocasión que son semejantes a sepulcros blanqueados: por fuera parecen hermosos y por dentro están llenos de huesos que se pudren2. En realidad llevaban una doble vida: una llena de máscaras, de apariencias, de falsedad, que andaba pendiente del concepto que los hombres tenían de ellos; otra, descuidada y poco generosa, de cara a Dios.
El Señor quiere para los suyos una levadura, un modo de ser, bien distinto. Quiere que tengamos ante Él y ante los demás una única vida, sin máscaras, sin disfraces, sin mentiras. Hombres y mujeres de una pieza, que van con la verdad por delante.
II. Jesús mismo nos enseñó el modo de comportarnos: Sea vuestro modo de hablar sí, sí, o no, no; lo que pasa de esto, de mal principio procede3. En el trato con los demás la palabra del hombre debe bastar. El sí debe ser sí y el no, no. El Señor quiso realzar el valor y la fuerza de la palabra de un hombre de bien que se siente comprometido por lo que dice.
Nuestra palabra y nuestra actuación de cristianos y de hombres honrados ha de tener un gran valor delante de los demás, porque hemos de buscar siempre y en todo la verdad, huyendo de la hipocresía y de la doblez. En las situaciones normales de la vida debe bastar la palabra del cristiano para dar toda la fuerza necesaria a lo que afirma o promete. La verdad es siempre un reflejo de Dios y debe ser tratada con respeto. Si tenernos el hábito de decir siempre la verdad, aun en asuntos que parecen intrascendentes, nuestra palabra tendrá una gran fuerza, "como la firma de un notario", que no se pone en entredicho. Así imitamos al Señor.
Muy lejos de lo que ha de ser un cristiano está el hombre de ánimo doble, inconstante en todos sus caminos4, que presenta una personalidad o unas ideas, como los actores, según el público que tenga delante. Es un hombre de ánimo doble –comenta San Beda– "el que aquí quiere regocijarse con el mundo, y allí reinar con Dios"5.
Hoy se hace especialmente urgente para el cristiano el ser un hombre, una mujer, de una sola palabra, de "una sola vida", sin utilizar máscaras o disfraces ante situaciones en las que puede ser costoso mantener la verdad, sin preocuparse excesivamente del "qué dirán" y echando lejos los respetos humanos, rechazando toda hipocresía. La veracidad es la virtud que inclina a decir siempre la verdad y a manifestarse al exterior tal como se es interiormente6, enseña Santo Tomás de Aquino. Con todo, se darán casos en los que no estemos obligados a manifestar la verdad, y aun, en ocasiones, es deber grave de justicia no revelarla: pueden ser motivos de secreto profesional, de seguridad pública u otras graves razones, entre las que destaca el sigilo sacramental del confesor y lo que hace referencia a la dirección espiritual. En esos casos caben diversos modos de ocultar la verdad, sin incurrir en la mentira. También, cuando el que pregunta no tiene derecho alguno a conocer la verdad y, en casos extremos, actúa como injusto agresor, perdiendo incluso el derecho a no ser engañado. Pero, "no olvidemos, por lo demás, que con frecuencia es culpa nuestra el que nos hagan preguntas indiscretas. Si guardásemos mejor el recogimiento y el silencio, no nos las harían o nos las formularían rarísimas veces"7.
Imitemos al Señor en su amor a la verdad. Formulemos el propósito de huir de la mentira y de todo aquello que suene a falso e hipócrita. "Leías en aquel diccionario los sinónimos de insincero: "ambiguo, ladino, disimulado, taimado, astuto"... —Cerraste el libro, mientras pedías al Señor que nunca pudiesen aplicarte esos calificativos, y te propusiste afinar aún más en esta virtud sobrenatural y humana de la sinceridad"8.
III. Dice Jesús: Yo soy la Verdad9. Él tiene la verdad en plenitud, y esta nos vino por medio de Él10. Toda su enseñanza, también su vida y su muerte, constituyen un testimonio de la Verdad11. Aquel en quien está la verdad es de Dios y, por tanto, tiene el oído atento para escuchar a Dios12.
La verdad tuvo su origen en Dios y la mentira en la oposición consciente a Él. Por eso llama Jesús al demonio padre de la mentira, porque la mentira comenzó con él. Y el que miente tiene al diablo como padre13. Por eso, la enseñanza moral de la Iglesia reprueba no solo la falsedad que produce un daño al prójimo, sino que también desaprueba a los que –sin acarrear daño al prójimo– "mienten por recreo y diversión, y a los que lo hacen por interés y utilidad"14.
La falta de veracidad que se manifiesta en la mentira o en la hipocresía, o en la falta de "unidad de vida", revela una discordia interior, una fractura de la misma personalidad humana. Un hombre, una mujer así es como una campana rota: carece de buen sonido. El testimonio que el Señor manifestó acerca de Natanael, indicando que era un israelita sin doblez15, es lo más bello que se puede decir de un hombre: "en él no hay doblez; es de una pieza". Eso mismo debe poderse decir de cada uno de nosotros, de cada cristiano.
Estamos en una época en la que se valora extraordinariamente la sinceridad, pero a la que, por contraste, se le ha llamado el tiempo de los impostores, de la falsedad y de la mentira16. Entre otros, pueden ser a veces impostores "los hombres de la gran prensa, que, divulgando indiscreciones sensacionalistas e insinuaciones calumniosas...", confunden a sus lectores. A la "gran prensa" se le podrían añadir en muchas ocasiones el cine, la radio, la televisión... Estos instrumentos, que por su naturaleza han de ser transmisores de la verdad, "si los manipula gente astuta, a fuerza de bombardear a los receptores con colores sonorizados y de una persuasión tanto más eficaz cuanto más oculta, son capaces de hacer que los hijos acaben odiando al mejor de los padres y la gente vea blanco lo que es negro"17, que se cambien los criterios morales de una sociedad. Siempre que tengamos esos medios a nuestro alcance, los usaremos para hacer llegar la verdad a la sociedad, principalmente sobre esos temas que, por su trascendencia, marcan el futuro de un pueblo: la defensa de la vida, desde su concepción; la dignidad de la familia y de la persona; la justicia social; el derecho al trabajo; la preocupación por los más débiles... Muchas veces, esos medios están al alcance de todos: una carta, una llamada por teléfono, participar en una encuesta o en un programa de la radio..., nos pueden permitir que muchos oigan la doctrina de la Iglesia sobre esas materias, o manifestar la disconformidad con un programa o artículo que conculca los fundamentos morales de un hombre de bien. No dejemos de actuar pensando que es poco lo que podemos hacer. Muchos pocos cambian el rumbo de una sociedad.
Al terminar nuestra oración, acudamos a Nuestra Señora para vivir en todo momento la verdad sin componendas, y para darla a conocer sin las trabas de los respetos humanos o de la pereza, causante de tantas omisiones. Pidámosle una vida sin doblez, sin la hipocresía que echó en cara Jesús a aquellos fariseos.
""Tota pulchra es Maria, et macula originalis non est in te!" —¡toda hermosa eres, María, y no hay en ti mancha original!, canta la liturgia alborozada. No hay en Ella ni la menor sombra de doblez: ¡a diario ruego a Nuestra Madre que sepamos abrir el alma en la dirección espiritual, para que la luz de la gracia ilumine toda nuestra conducta!
"—María nos obtendrá la valentía de la sinceridad, para que nos alleguemos más a la Trinidad Beatísima, si así se lo suplicamos"18.
1 Lc 12, 1-3. — 2 Cfr. Mt 23, 27. — 3 Mt 5, 37. — 4 Cfr. Sant 1, 8. — 5 San Beda, Comentario a la Carta del Apóstol Santiago, 1, 8. — 6 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 2-2, q. 109, a. 3 ad 3. — 7 R. Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la Vida interior, vol. II, p. 717. — 8 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 337. — 9 Jn 14, 6. — 10 Cfr. Jn 1, 14; 17. — 11 Cfr. Jn 18, 37. — 12 Cfr. Jn 8, 44. — 13 Cfr. Jn 8, 42 ss. — 14 Catecismo Romano, III, 9, n. 23. — 15 Cfr. Jn 1, 47. — 16 Cfr. A. Luciani, Ilustrísimos señores, p. 141 ss. — 17 Ibídem, pp. 141-142. — 18 San Josemaría Escrivá, o. c., n. 339.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Margarita María Alacoque
Año 1690
EL SAGRADO CORAZON DE JESUS, SU HISTORIA 1-4.
http://gloria.tv/?media=128519
EL SAGRADO CORAZON DE JESUS, SU HISTORIA 2-4.
EL SAGRADO CORAZON DE JESUS, SU HISTORIA 3-4.
EL SAGRADO CORAZON DE JESUS, SU HISTORIA 4-4.
La Gran Revelación a Santa Margarita
http://gloria.tv/?media=202949
y mucho más:
http://gloria.tv/?search=SANTA+MARGARITA+MARIA+ALACOQUE
Digamos de vez en cuando las dos oraciones tan queridas para los devotos del Sagrado Corazón: "Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo"."Sagrado Corazón de Jesús. En voz confío".
Margarita nace el 22 de julio de 1647 en el pequeño pueblo de Lautecour en Francia.
Su padre Claudio Alacoque, juez y notario. La mamá Filiberta Lamyn. Los hijos son cinco. La menor es Margarita. El párroco, Antonio Alacoque, tío suyo, la bautiza a los tres días de nacida. Ella dice en su autobiografía que desde pequeña le concedió Dios que Jesucristo fuera el único dueño de su corazón. Y le concedió otro gran favor: un gran horror al pecado, de manera que aun la más pequeña falta le resultaba insoportable.
Dice que siendo todavía una niña, un día en la elevación de la Santa Hostia en la Misa le hizo a Dios la promesa de mantenerse siempre pura y casta. Voto de castidad.
Aprendió a rezar el rosario y lo recitaba con especial fervor cada día y la Virgen Santísima le correspondió librándola de muchos peligros.
La llevan al colegio de las Clarisas y a los nueve años hace La Primera Comunión. Dice "Desde ese día el buen Dios me concedió tanta amargura en los placeres mundanos, que aunque como jovencita inexperta que era a veces los buscaba, me resultaban muy amargos y desagradables. En cambio encontraba un gusto especial en la oración".
Vino una enfermedad que la tuvo paralizada por varios años. Pero al fin se le ocurrió consagrarse a la Virgen Santísima y ofrecerle propagar su devoción, y poco después Nuestra Señora le concedió la salud.
Era muy joven cuando quedó huérfana de padre, y entonces la mamá de Don Claudio Alacoque y dos hermanas de él, se vinieron a la casa y se apoderaron de todo y la mamá de Margarita y sus cinco niños se quedaron como esclavizados. Todo estaba bajo llave y sin el permiso de las tres mandonas mujeres no salía nadie de la casa. Así que a Margarita no le permitían ni siquiera salir entre semana a la iglesia. Ella se retiraba a un rincón y allí rezaba y lloraba. La regañaban continuamente.
En medio de tantas penas le pareció que Nuestro Señor le decía que deseaba que ella imitara lo mejor posible en la vida de dolor al Divino Maestro que tan grandes penas y dolores sufrió en su Pasión y muerte. En adelante a ella no sólo no le disgusta que le lleguen penas y dolores sino que acepta todo esto con el mayor gusto por asemejarse lo mejor posible a Cristo sufriente.
Lo que más la hacía sufrir era ver cuán mal y duramente trataban a su propia madre. Pero le insistía en que ofrecieran todo esto por amor de Dios. Una vez la mamá se enfermó tan gravemente de erisipela que el médico diagnosticó que aquella enfermedad ya no tenía curación. Margarita se fue entonces a asistir a una Santa Misa por la salud de la enferma y al volver encontró que la mamá había empezado a curar de manera admirable e inexplicable.
Lo que más le atraía era el Sagrario donde está Jesús Sacramentado en la Sagrada Hostia. Cuando iba al templo siempre se colocaba lo más cercana posible al altar, porque sentía un amor inmenso hacia Jesús Eucaristía y quería hablarle y escucharle.
A los 18 años por deseo de sus familiares empezó a arreglarse esmeradamente y a frecuentar amistades y fiestas sociales con jóvenes. Pero estos pasatiempos mundanales le dejaban en el alma una profunda tristeza. Su corazón deseaba dedicarse a la oración y a la soledad. Pero la familia le prohibía todo esto.
El demonio le traía la tentación de que si se iba de religiosa no sería capaz de perseverar y tendría que devolverse a su casa con vergüenza y desprestigio. Rezó a la Virgen María y Ella le alejó este engaño y tentación y la convenció de que siempre la ayudaría y defendería.
Un día después de comulgar sintió que Jesús le decía: "Soy lo mejor que en esta vida puedes elegir. Si te decides a dedicarte a mi servicio tendrás paz y alegría. Si te quedas en el mundo tendrás tristeza y amargura". Desde entonces decidió hacerse religiosa, costara lo que costara.
En el año 1671 fue admitida en la comunidad de La Visitación, fundada por San Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le=Monial. Una de sus compañeras de noviciado dejó escrito: "Margarita dio muy buen ejemplo a las hermanas por su caridad; jamás dijo una sola palabra que pudiera molestar a alguna, y demostraba una gran paciencia al soportar las duras reprimendas y humillaciones que recibía frecuentemente".
La pusieron de ayudante de una hermana que era muy fuerte de carácter y ésta se desesperaba al ver que Margarita era tan tranquila y callada. La superiora empleaba métodos duros y violentos que hacían sufrir fuertemente a la joven religiosa, pero esta nunca daba la menor muestra de estar disgustada. Con esto la estaba preparando Nuestro Señor para que se hiciera digna de las revelaciones que iba a recibir.
El 27 de diciembre de 1673 se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves de 9 a 12 de la noche a rezar ante el Santísimo Sacramento del altar, en recuerdo de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní.
De pronto se abrió el sagrario donde están las hostias consagradas y apareció Jesucristo como lo vemos en algunos cuadros que ahora tenemos en las casas. Sobre el manto su Sagrado Corazón, rodeado de llamas y con una corona de espinas encima, y una herida. Jesús señalando su corazón con la mano le dijo: "He aquí el corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme". Nuestro Señor le recomendó que se dedicara a propagar la devoción al Corazón de Jesús porque el mundo es muy frío en amor hacia Dios y es necesario enfervorizar a las personas por este amor.
Durante 18 meses el Corazón de Jesús se le fue apareciendo. Le pidió que se celebrara la Fiesta del Sagrado Corazón cada año el Viernes de la semana siguiente a la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus).
El Corazón de Jesús le hizo a Santa Margarita unas promesas maravillosas para los que practiquen esta hermosa devoción. Por ejemplo "Bendeciré las casas donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. Daré paz a las familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son buenos los volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me ofrezcan la comunión de los primeros Viernes para pedirme perdón por tantos pecados que se cometen", etc.
Margarita le decía al Sagrado Corazón: "¿Por qué no elige a otra que sea santa, para que propague estos mensajes tan importantes? Yo soy demasiado pecadora y muy fría para amar a mi Dios". Jesús le dijo: "Te he escogido a ti que eres un abismo de miserias, para que aparezca más mi poder. Y en cuanto a tu frialdad para amar a Dios, te regalo una chispita del amor de mi Corazón". Y le envió una chispa de la llama que ardía sobre su Corazón, y desde ese día la santa empezó a sentir un amor grandísimo hacia Dios y era tal el calor que le producía su corazón que en pleno invierno, a varios grados bajo cero, tenía que abrir la ventana de su habitación porque sentía que se iba a quemar con tan grande llama de amor a Dios que sentía en su corazón (¡Ojalá Dios nos diera a nosotros una chispita de esas!)
Nuestro Señor le decía: "No hagas nada sin permiso de las superioras. El demonio no tiene poder contra las que son obedientes".
Margarita enfermó gravemente. La superiora le dijo: "Creeré que sí son ciertas las apariciones de que habla, si el Corazón de Jesús le concede la curación". Ella le pidió al Sagrado Corazón que la curara y sanó inmediatamente. Desde ese día su superiora creyó que sí en verdad se le aparecía Nuestro Señor.
Dios permitió que enviaran de capellán al convento de Margarita a San Claudio de la Colombiere y este hombre de Dios que era jesuita, obtuvo que en la Compañía de Jesús fuera aceptada la devoción al Corazón de Jesús. Desde entonces los jesuitas la han propagado por todo el mundo.
Margarita fue nombrada Maestra de novicias. Enseñó a las novicias la devoción al Sagrado Corazón (que consiste en imitar a Jesús en su bondad y humildad y en confiar inmensamente en Él, en ofrecer oraciones y sufrimientos y misas y comuniones para desagraviarlo, y en honrar su santa imagen) y aquellas jóvenes progresaron rapidísimo en santidad. Luego enseñó a su hermano (comerciante) esta devoción y el hombre hizo admirables progresos en santidad. Los jesuitas empezaron a comprobar que en las casas donde se practicaba la devoción al Corazón de Jesús las personas se volvían mucho más fervorosas.
El Corazón de Jesús le dijo: "Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".
Antes de morir obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
El 17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque podía ir a estar para siempre en el cielo al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo Corazón había enseñado ella a amar tanto en este mundo.
DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
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Santa Eduvigis
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Una viuda con tres hijos y tres hijas, que se dedica a restaurar conventos y repartir ayudas con gran generosidad a los pobres, esa es Eduvigis, santa muy antigua pero muy popular todavía en muchas regiones de la tierra.
Nació en Baviera, Alemania en 1174. Era hermana de Santa Gertrudis y tía de Santa Isabel de Hungría.
Desde sus tiernos años colocó Dios en Santa Eduwigis todos sus afectos; no obstante que le lisonjeaban los aplausos y delicias de la corte de Bertoldo, su padre, Marqués de Moravia (en la actual República Checa).
Puesta en estado de matrimonio con Enrique, Duque de Polonia, igual suyo así en la soberanía como en la piedad, movió a éste con sus ejemplos a cultivar las virtudes propias de un príncipe cristiano. Por consejo de ella, su marido fundó varios conventos de religiosas, y para construirlos llevaba a los bandidos que estaban en las cárceles, y así les hacía ser útiles a la patria.
Educó a sus hijos en el temor divino y logró que todos vivieran arreglados a la Ley del Señor.
Alcanzó de su esposo licencia para vivir en castidad y el buen Enrique, a imitación de su esposa, se obligó también a guardarla. Casi treinta años vivieron estos consortes como ángeles. Luego de la muerte de su esposo, se hizo religiosa.
Los largos años de su vejez los empleó en fundar conventos y en ayudar pobres. En los conventos pasaba muchas temporadas viviendo como la más observante de las monjas. Oraba sin intermisión y derramando su corazón cierta vez ante un crucifijo, vio que, desclavando de la cruz la mano diestra, Jesús le daba su bendición y oyó que le decía : "He escuchado tu oración, alcanzarás lo que pidas".
Todo lo daba para los necesitados. Mortificaba su cuerpo con sangrientas penitencias. Andaba descalza sobre la nieve y los pies le sangraban. Llevaba un par de zapatos en la cintura por si venía alguna persona, calzárselos y que así no se dieran cuneta de la penitencia que hacía. Un día un sacerdote le dio un par de zapatos nuevos y le dijo: "le pongo como penitencia el llevarlos siempre puestos". Días más tarde la encontró descalza. "¿No le dije que debía llevar los zapatos puestos?" Ella le respondió: "Sí, los llevo puestos en un maletín que llevo a las espaldas". Y los sacó de allí.
Aseguró doncellas, dotó monjas, amparó religiosas y en el mundo, por su caritativa compasión, se constituyó deudora de los desvalidos; pero especialmente se esmeró con trece pobres, que en la honra de su Divino Jesús y sus doce apóstoles, agregó a su familia y a los cuales llevaba siempre consigo, para servirles y regalarles. Le llevó a la Santa gran
parte de su misericordia la tribulación de aquellos miserables que, hallándose cargados de deudas, no podían por su pobreza satisfacerlas; ella las pagaba, los liberaba de ellas.
A una religiosa ciega la curó al imponerle las manos y rezar por ella. A varias personas les anunció lo que les iba a suceder en lo futuro. Ella misma supo con anticipación la fecha de su muerte. Pidió la Unción de los enfermos, cuando no parecía sufrir de enfermedad grave. Y en verdad que sí ya se iba a morir y nadie lo imaginaba.
Amó tiernísimamente a María Santísima, de quien traía siempre consigo una pequeña imagen que le cabía en el puño, y fue caso prodigioso que habiendo muerto con ella en la mano, no fue posible quitársela. Lo más admirable fue que, trasladándose el cadáver después de muchos años, se le halló con la imagen empuñada, y los dedos con los
que la tenía, incorruptos. Murió el 15 de octubre de 1243 a los 65 años de edad.
Las grandes riquezas que le dejó su esposo las repartió entre los pobres. En Polonia ha sido siempre muy estimada por los católicos.
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Galo, Santo Sacerdote, 16 de octubre
Sacerdote
Felipe Santos |
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Fuente: Corazones.org
Gerardo Mayela, Santo Patrono de las parturientas, 16 Octubre
Gerardo quiere decir: "Valiente para la defensa" (Del alemán: Ger: defensa, ard: valiente) |
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Fuente: Franciscanos.org
Aniceto Koplinski, Beato Mártir Capuchino, 16 Octubre
Nació en Alemania en 1875, mártir en Polonia 1971, uno de los 108 mártires en Polonia durante la segunda guerra mundial. |
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Fuente: Palloti-sac.org
Jozef Jankowski, Beato Mártir Polaco, 16 Octubre
Es uno de los 108 mártires de Polonia durante la segunda guerra mundial |
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Fuente: Vatican.va
Agustín Thevarparampil "Kunjachan", Beato "El Padrecito", 16 Octubre
Agustín Thevarparampil fue un sacerdote humilde, que se entregó en favor de sus hermanos dalit marginados de la sociedad. Ejerció su ministerio en la parroquia durante 47 años. Aunque su verdadero nombre era Agustín, todos lo conocían como "Kunjachan" ("el padrecito"), porque era bajo de estatura. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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