J†A
JMJ
Pax
El hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero, que sea el servidor de todos
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero Él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto resucitará".
Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa les preguntó:
"¿De qué discutían por el camino?"
Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
"Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
"El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 7a. Ord. año Par desp Pentecostés (Id=343)
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
Oremos:
Señor nuestro, que prometiste venir y hacer tu morada en los corazones rectos y sinceros, concédenos la rectitud y sinceridad de vida que nos hagan dignos de esa presencia tuya.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Si ustedes piden y no reciben, es porque piden mal
Lectura de la carta del apóstol Santiago 4, 1-10
Hermanos míos:
¿De dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿No es acaso de las malas pasiones que siempre están en guerra dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando; ambicionan algo que no pueden alcanzar, y entonces combaten y hacen la guerra; y si no lo alcanzan, es porque no se lo piden a Dios; o si se lo piden y no lo reciben, es porque piden mal, para derrocharlo en placeres.
¡Gente infiel!, ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Por tanto, quien decide ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios.
No piensen que la Escritura dice en vano:
Dios ama celosamente a nuestro espíritu y nos da su gracia con generosidad.
Por eso dice también la Escritura:
Dios aborrece a los soberbios y concede su gracia a los humildes.
Por consiguiente, sométanse a Dios; resistan al diablo y se alejará de ustedes. Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes. Que los pecadores se purifiquen las manos y se decidan por Dios los indecisos; comiencen ya a lamentar y a llorar su miseria. Que su risa se convierta en llanto y su alegría en tristeza. Humíllense ante el Señor y Él los enaltecerá.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 55
Descarga en el Señor lo que te agobia.
En la angustia me dije: "Si tuviera, como la paloma, alas, yo me iría volando por el desierto, para poder vivir libre de intrigas. Descarga en el Señor lo que te agobia. A salvo me pondría del viento huracanado, de las voces que dan mis enemigos y de sus opresiones".
Descarga en el Señor lo que te agobia.
Sólo veo en la ciudad violencias y discordias, que de día y de noche por sus murallas rondan.
Descarga en el Señor lo que te agobia.
Descarga en el Señor lo que te agobia, y Él te aliviará. La derrota del justo para siempre jamás permitirá.
Descarga en el Señor lo que te agobia.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
No permitas Dios que yo me glorié en algo que no sea la cruz de nuestra Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo.
Aleluya.
El hijo del hombre va a ser entregado. Si alguno quiere ser el primero, que sea el servidor de todos
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos 9, 30-37
Gloria a Ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaban Galilea, pero Él no quería que nadie lo supiera, porque iba enseñando a sus discípulos. Les decía:
"El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; le darán muerte, y tres días después de muerto resucitará".
Pero ellos no entendían aquellas palabras y tenían miedo de pedir explicaciones.
Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa les preguntó:
"¿De qué discutían por el camino?"
Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante. Entonces Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
"Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos".
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
"El que reciba en mi nombre a uno de estos niños, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, no me recibe a mí, sino al que me ha enviado".
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Que este sacrificio, Señor, que vamos a ofrecerte, nos purifique y no renueve y nos ayude a obtener la recompensa eterna, prometida a quienes cumplen tu voluntad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
La alabanza, don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, nuestro Señor.
Por eso,
unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
El Señor colmó el deseo de su pueblo: comieron y quedaron satisfechos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, aviva cada vez más en nosotros el deseo de recibir este pan eucarístico, por medio del cual nos comunicas tú a vida verdadera.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
___________________________________________________________________________________________
† Meditación diaria
7ª Semana. Martes
EL SEÑOR, REY DE REYES
— El salmo de la realeza y del triunfo de Cristo.
— El rechazo de Dios en el mundo.
— La filiación divina.
I. A lo largo de muchas generaciones fueron los salmos un cauce del alma para pedir ayuda a Dios, darle gracias, alabarle, pedirle perdón. El mismo Señor quiso utilizar un salmo para dirigirse a su Padre celestial en los momentos últimos de su vida aquí en la tierra1. Fueron las oraciones principales de las familias hebreas, y la Virgen y San José verterían en ellos su inmensa piedad. De sus padres los aprendió Jesús, y al hacerlos propios les dio la plenitud de su significado. La liturgia de la Iglesia los utiliza cada día en la Santa Misa, y constituyen la parte principal de la oración –la Liturgia de las Horas– que los sacerdotes dirigen cada día a Dios en nombre de toda la Iglesia.
Desde siempre el Salmo II fue contado entre los salmos mesiánicos, los Padres de la Iglesia y los escritores eclesiásticos lo han comentado repetidas veces2, y ha alimentado la piedad de muchos fieles. Los primeros cristianos acudían a él para encontrar fortaleza en medio de las adversidades. Los Hechos de los Apóstoles nos han dejado un testimonio de esta oración. Relatan cómo Pedro y Juan habían sido conducidos ante el Sanedrín por haber curado, en el nombre de Jesús, a un tullido que pedía limosna a la puerta del Templo3. Cuando fueron milagrosamente liberados volvieron a los suyos y les contaron cuanto les había sucedido, y todos juntos entonaron una plegaria al Señor que tiene como centro este salmo de la realeza de Cristo. Esta fue su oración: Señor, Tú eres el que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto en ellos se contiene; el que hablando el Espíritu Santo por boca de David, nuestro padre y siervo tuyo, dijiste: "¿Por qué se amotinan las gentes y las naciones trazan planes vanos? Se han armado los reyes de la tierra, y los príncipes se han coaligado contra el Señor y contra su Cristo"4.
Las palabras que el Salmista dirige a Dios contemplando la situación de su tiempo fueron palabras proféticas que se cumplieron en tiempos de los Apóstoles, y luego a lo largo de la vida de la Iglesia y en nuestros días. También nosotros podemos repetir con entera realidad: ¿Por qué se amotinan las gentes y las naciones trazan planes vanos?... ¿Por qué tanto odio y tanto mal? ¿Por qué también –en ocasiones– esa rebeldía en nuestra vida? Desde el pecado original no ha cesado un momento esta lucha: los poderosos del mundo se alían contra Dios y contra lo que es de Dios. Basta ver cómo la dignidad de la criatura humana es conculcada en tantos lugares, las calumnias, las difamaciones, poderosos medios de comunicación al servicio del mal, el aborto de cientos de miles de criaturas que no tuvieron opción alguna a la vida humana y a la sobrenatural para la que Dios mismo los había destinado, tantos ataques contra la Iglesia, contra el Romano Pontífice y contra quienes quieren vivir y ser fieles a la fe...
Pero Dios es más fuerte. Él es la Roca5. A Él acudieron Pedro y Juan y quienes con ellos estaban reunidos aquel día en Jerusalén, y pudieron predicar con toda confianza la palabra del Señor. Cuando terminó aquella oración –nos dice San Lucas– todos se sintieron confortados y llenos del Espíritu Santo, y anunciaban con toda libertad la palabra de Dios6.
Nosotros podemos encontrar en la meditación de este salmo fortaleza ante los obstáculos que se pueden presentar en un ambiente alejado de Dios, el sentido de nuestra filiación divina y la alegría de proclamar por todas partes la realeza de Cristo.
II. Dirumpamus víncula eorum... Rompamos, dijeron, sus ataduras, y sacudamos lejos de nosotros su yugo7, parece repetir un clamor general. "Rompen el yugo suave, arrojan de sí su carga, maravillosa carga de santidad y de justicia, de gracia, de amor y de paz. Rabian ante el amor, se ríen de la bondad inerme de un Dios que renuncia al uso de sus legiones de ángeles para defenderse (cfr. Jn 18, 36)"8. Pero el que habita en los cielos se reirá de ellos, se burlará de ellos el Señor. Entonces les hablará en su indignación, y les llenará de terror con su ira9. El castigo divino no solo se realiza en la vida terrena. A pesar de los aparentes triunfos de muchos que se declaran o comportan como enemigos de Dios, su mayor fracaso, si no se arrepienten, consistirá en no comprender ni alcanzar jamás lo que es la verdadera felicidad. Sus satisfacciones humanas, o infrahumanas, pueden ser el triste premio al bien que hayan podido realizar en el mundo. Con todo, algunos santos han afirmado que "el camino del infierno es ya un infierno". A pesar de todo, el Señor está siempre dispuesto al perdón, a darles la paz y la alegría verdaderas.
San Agustín, al comentar estos versículos del salmo, hace notar que también se puede entender por ira de Dios la ceguera de mente que se apodera de quienes faltan de esta forma a la ley divina10. No hay desgracia comparable a desconocer a Dios, a vivir de espaldas a Él, a la afirmación de la propia vida en el error y en el mal.
No obstante, a pesar de tanta infamia, Dios es paciente y quiere que todos los hombres se salven11. La ira de Dios, de la que habla el salmo, "no es tanto el furor cuanto la corrección necesaria, como hace el padre con el hijo, el médico con el enfermo, el maestro con el discípulo"12. Con todo, el tiempo para disponer de la misericordia divina es limitado: luego viene la noche, en la que ya no se puede trabajar13. Con la muerte acaba la posibilidad de arrepentimiento.
El Papa Juan Pablo II ha señalado, como una característica de este tiempo nuestro, la cerrazón a la misericordia divina. Es una realidad tristísima que nos mueve constantemente a la conversión de nuestro corazón; a implorar y preguntar al Señor el porqué de tanta rebeldía. Ante todos aparece la imagen de muchos hombres que se cierran a la misericordia divina y a la remisión de sus pecados, que consideran "no esencial o sin importancia para su vida", y como una "impermeabilidad de la conciencia, un estado de ánimo que podría decirse consolidado en razón de una libre elección: es lo que la Sagrada Escritura suele llamar dureza de corazón. En nuestro tiempo, a esta actitud de mente y corazón corresponde quizá la pérdida del sentido del pecado"14.
Quienes queremos seguir a Cristo de cerca tenemos el deber de desagraviar por ese rechazo violento que sufre Dios en tantos hombres, y hemos de pedir abundancia de gracia y de misericordia. Pidamos que no se agote nunca esta clemencia divina, que es para muchos como el último cable que cuelga y al que puede agarrarse el náufrago que ya había desechado otros auxilios de salvación.
III. Ante los profundos interrogantes que plantean la libertad humana, el misterio del mal, la rebelión de la criatura, el Salmo II da la solución proclamando la realeza de Cristo, por encima del mal que existe o pueda existir: Mas yo te constituí mi rey sobre Sión, mi monte santo. Predicaré su decreto. A mí me ha dicho el Señor: "Tú eres mi hijo, yo te he engendrado hoy"15. "La misericordia de Dios Padre nos ha dado como Rey a su Hijo. Cuando amenaza, se enternece; anuncia su ira y nos entrega su amor. Tú eres mi hijo: se dirige a Cristo y se dirige a ti y a mí, si nos decidimos a ser alter Christus, ipse Christus.
"Las palabras no pueden seguir al corazón, que se emociona ante la bondad de Dios. Nos dice: tú eres mi hijo. No un extraño, no un siervo benévolamente tratado, no un amigo, que ya sería mucho. ¡Hijo!"16. Este es nuestro refugio: la filiación divina. Aquí encontramos la fortaleza necesaria contra las adversidades: las de un ambiente a veces hostil a la vida cristiana, y las tentaciones que el Señor permite para que reafirmemos la fe y el amor.
A nuestro Padre Dios le encontramos siempre muy cerca, su presencia es "como un olor penetrante que no pierde nunca esa fuerza con la que se introduce en todas partes, lo mismo en el interior de los corazones que lo aceptan, como en el exterior, en la naturaleza, en las cosas, en medio de un gentío. Dios está allí, esperando que se le descubra, que se le llame, que se le tenga en cuenta (...)"17.
Pídeme, y te daré las naciones en herencia, y extenderé tus dominios hasta los confines de la tierra18. Cada día nos dice el Señor: ¡pídeme! De modo particular en esos momentos de la acción de gracias después de la comunión. ¡Pídeme!, nos dice Jesús. Sus deseos son dar y dársenos.
San Juan Crisóstomo comenta estas palabras del salmo y enseña que no se nos promete ya una tierra que mana leche y miel, ni una larga vida, ni muchedumbre de hijos, ni trigo, ni vino, ni rebaños, sino el Cielo y los bienes del Cielo: la filiación divina y la hermandad con el Unigénito, y tener parte en su herencia, y ser juntamente con Él glorificados y reinar con Él19.
Los regirás con vara de hierro, y como a vasos de alfarero los romperás. Ahora, pues, oh reyes, entendedlo bien: dejaos instruir, los que juzgáis la tierra. Servid al Señor con temor, y ensalzadle con temblor santo20. Cristo ha triunfado ya para siempre. Con su muerte en la Cruz nos ha ganado la vida. Según el testimonio de los Padres de la Iglesia, la vara de hierro es la Santa Cruz, "cuya materia es madera, pero cuya fuerza es de hierro"21. Es la señal del cristiano, con la que venceremos todas las batallas: los obstáculos se quebrarán como vasos de alfarero. La Cruz en nuestra inteligencia, en nuestros labios, en nuestro corazón, en todas nuestras obras: esta es el arma para vencer; una vida sobria, mortificada, sin huir del sacrificio amable que nos une a Cristo.
El salmo termina con un llamamiento para que nos mantengamos fieles en el camino y en la confianza en el Señor: Abrazad la buena doctrina, no sea que al fin se enoje, y perezcáis fuera del camino, cuando dentro de poco se inflame su ira. Bienaventurados serán los que hayan puesto en Él su confianza22. Nosotros hemos puesto en el Señor toda nuestra confianza. A los Santos Ángeles Custodios, fieles servidores de Dios, les pedimos que nos mantengan cada día con más fidelidad y amor en la propia vocación, sirviendo al reinado de su Hijo allí donde nos ha llamado.
1 Cfr. Mt 27, 46. — 2 Cfr. I. Domínguez, El Salmo 2. Señor, Rey de Reyes, Palabra, Madrid 1977. — 3 Cfr. Hech 4, 23-31. — 4 Hech 4, 23-26. — 5 1 Cor 10, 4. — 6 Cfr. Hech 4, 29-31. — 7 Sal 2, 3. — 8 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 185. — 9 Sal 2, 4-5. — 10 Cfr. San Agustín, Comentarios a los Salmos, 2, 4. — 11 1 Tim 2, 4. — 12 San Jerónimo, Breviarium in Psalmos II. — 13 Jn 9, 4. — 14 Juan Pablo II, Enc. Dominum el vivificantem, 18-V-1986, 46-47. — 15 Sal 2, 6-7. — 16 San Josemaría Escrivá, loc. cit. — 17 M. Eguibar, ¿Por qué se amotinan las gentes? (Salmo II), pp. 27-28. — 18 Sal 2, 8. — 19 Cfr. San Juan Crisóstomo, Homilías sobre San Mateo, 16, 5. — 20 Sal 2, 9-11. — 21 San Atanasio, Comentario a los Salmos, 2, 6. — 22 Sal 2, 12.
_____________________________________________________________________
† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Fuente: Vatican.va
María Ludovica de Angelis, Beata Religiosa Misionera, 25 Febrero
María Ludovica de Angelis, Beata
Nacida el 24 de octubre de 1880 en Italia (en San Gregorio, pueblito de los Abruzzos, no lejano de la ciudad de L´Aquila), Sor María Ludovica De Angelis, con su llegada, primera de ocho, había colmado de alegría a sus padres quienes en la misma tarde del día del nacimiento, en la fuente bautismal, habían elegido, para su primogénita, el nombre de Antonina.
Con el correr de los años, en contacto con la naturaleza y la dura vida del campo, la niña, crecida límpida, abierta, trabajadora y ricamente sensible, se había transformado en una joven fuerte y al mismo tiempo, delicada, activa y reservada, como toda la gente de aquella espléndida tierra.
El 7 de diciembre del mismo año del nacimiento de Antonina, fallecía en Savona una hermana, que había optado dar plenitud a la propia vida siguiendo las huellas de Aquel que dijo: "Sean misericordiosos como es misericordioso el Padre... Todo cuanto hagan a uno solo de estos hermanos míos, a Mí lo hacen...", era Santa María Josefa Rossello la cual dio vida, en Savona, en 1837, al Instituto de las Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia: una Familia Religiosa que caminaba por los senderos del mundo, proponiendo con la fuerza del ejemplo el mismo ideal a muchas jóvenes.
Antonina sentía en su corazón que sus sueños encontraban eco en los sueños que habían sido los de la Madre Rossello.
Ingresó con las Hijas de la Misericordia el 14 de noviembre de 1904; en la Vestición Religiosa toma el nombre de Sor María Ludovica y tres años después de su ingreso, el 14 de noviembre de 1907, zarpa hacia Buenos Aires, donde arriba el 4 de diciembre sucesivo. Desde este momento se da en ella un florecer ininterrumpido de humildes gestos silenciosos en una entrega discreta y emprendedora.
Sor Ludovica no posee una gran cultura, al contrario. Sin embargo, es increíble cuánto logra realizar ante los ojos asombrados de quiénes la circundan. Y, si su castellano es simpáticamente italianizado, con algún toque pintoresco de "abruzzese", no le cuesta entender ni hacerse entender.
No formula programas ni estrategias, pero se dona con toda el alma.
El Hospital de Niños, al cual es enviada, y que inmediatamente adopta como familia suya, la ve, primero, solícita cocinera, luego, convertida en responsable de la Comunidad, infatigable ángel custodio de la obra que, en torno a ella, se transforma gradualmente en familia unida por un único fin: el bien de los niños.
Serena, activa, decidida, audaz en las iniciativas, fuerte en las pruebas y enfermedades, con la inseparable corona del Rosario entre las manos, la mirada y el corazón en Dios y la infaltable sonrisa en los ojos, Sor Ludovica llega a ser, sin saberlo ella misma, a través de su ilimitada bondad, incansable instrumento de misericordia, para que a todos llegue claro el mensaje del amor de Dios hacia cada uno de sus hijos.
Único programa expresamente formulado, es la frase recurrente: "Hacer el bien a todos, no importa a quién". Y se realizan así, con subvenciones que solo el cielo sabe cómo Sor M. Ludovica consigue obtener, salas de cirugía,
María Ludovica de Angelis, Beata
salas para los pequeños yacentes, nuevas maquinarias, un edificio en Mar del Plata destinado a la convalecencia de los niños, una capilla hoy parroquia, y una floreciente chacra para que sus protegidos tuviesen siempre alimento genuino.
Durante 54 años Sor M. Ludovica será amiga y confidente, consejera y madre, guía y consuelo, de cientos y cientos de personas in City Bell de toda condición social.
El 25 de febrero de 1962 concluye su camino, pero quienes permanecen todo el personal médico en particular no olvidan, y el Hospital de Niños asume el nombre de "Hospital Superiora Ludovica".
Documentales:
http://gloria.tv/?media=405104
http://www.youtube.com/watch?v=s9A7wPUO0jI
Más información y contacto para agradecer favores para la canonización:
http://www.sormarialudovica.com.ar/
___________________________________________________________________________________________
Santa Jacinta
Religiosa
(año 1640)
Jacinta, en griego significa: "Flor de buen olor".
Esta es una santa que tuvo dos conversiones (o cambios de costumbres de la maldad hacia la santidad). Ella, como San Agustín, tuvo que convertirse de una vida de mundanalidad a una vida de religiosidad, y luego como Santa Teresa, tuvo que convertirse de una vida de poco fervor a una vida de gran santidad.
Jacinta nació en una familia muy rica en Viterbo (Italia) en 1585. Era hermosa y coqueta. No pensaba sino en vanidades y lujos. Su deseo era contraer matrimonio con algún joven rico y famoso. Pero tuvo una gran desilusión cuando vio que su hermana, menos hermosa y menos vanidosa, lograba casarse con un señor muy importante de Roma, mientras que a ella, por lo demasiado superficial y orgullosa, la determinaban muy poco los jóvenes. Entonces se dedicó a mayores lujos y más coqueterías, pero esto no la hacía feliz, sino que la llenaba de infelicidad y desilusión. Sus papás estaban afanados al observar sus comportamientos tan mundanos, pero de pronto un día dispuso irse de monja al convento de las hermanas franciscanas. Tenía veinte años. Era la primera determinación verdaderamente prudente que tomaba en su vida. Era su primera conversión.
Pero le sucedió que al poco tiempo de estar en la Comunidad empezó a vivir una vida no de santidad sino de relajación. Exigió a las superioras que le permitieran tener allí en el convento todos los lujos que su familia muy rica le podía proporcionar, y más parecía una señorita de mundo que una fervorosa religiosa. Asistía con indiferencia alos actos religiosos y hacía poco caso a los avisos de sus superioras. Dios había obtenido que se hiciera religiosa, pero el diablo conseguía que no fuera una religiosa fervorosa.
Y he aquí que la misericordia del Señor le envió dos medios muy eficaces para convertirla. El primero fue una gravísima enfermedad, cuando tenía 30 años. Se sintió en las puertas del sepulcro. Y en medio de los fortísimos dolores se puso a pensar qué diría Nuestro Señor en el Juicio, a la hora de su muerte, si ella continuaba viviendo aquella vida de relajamiento y de indiferencia religiosa. Ofreció sus dolores a Dios para que la perdonara y para que le concediera el don de la conversión y mandó llamar a un santo sacerdote. Ahora Dios le iba a dar la salud del cuerpo y la salud del alma.
Y aquí le llegó el segundo medio que el cielo le enviaba para que se convirtiera. Aquel sacerdote franciscano era muy estricto y al llegar a su celda y verla tan llena de lujos y adornos le dijo que él no la podía confesar porque ella vivía más como una mundana que como una religiosa franciscana. Y se alejó diciéndole que el Paraíso no estaba destinado para los que viven como ricos comodones y orgullosos, sino para los pobres de espíritu que viven sin lujos ni cosas innecesarias.
Esta enérgica determinación del Padre confesor la hizo cambiar completamente. Mandó sacar todos los lujos de su habitación, y al día siguiente al volver el santo sacerdote, hizo Jacinta una confesión de toda su vida, llorando de todo corazón y arrepintiéndose de todos sus pecados. Y desde aquel día su vida fue otra, totalmente distinta. Dios le había concedido el don de la verdadera conversión. Dejó sus vestidos lujosos y sus vanidades y empezó a vestir como la religiosa más pobre del convento.
Desde el día de su conversión Jacinta ya no toma alimentos finos y rebuscados como antes, sino que se alimenta de lo más pobre y ordinario de aquel convento. A nadie le permite que le recuerde que viene de una familia muy rica sino que pide que la llamen simplemente la hermana Jacinta y que la traten como a la más pobre de las hermanitas.
Las actas de su canonización dicen que "su mortificación era tan grande, que la conservación de su vida era un constante milagro".
Eligió como Patrono al arcángel San Miguel para que la defendiera de los continuos ataques del demonio. Ya no volvió a salir a visitas y charlatanerías con familiares o a reuniones mundanas. Meditaba frecuentemente en los sufrimientos de Cristo Crucificado y esto la impulsaba a sufrir con mucha paciencia por amor al Redentor.
Su humildad era admirable. Se consideraba la más manchada pecadora del mundo. Su habitación era totalmente pobre sin adornos ni comodidades. Pedía perdón a las demás religiosas por los malos ejemplos que les había dado en sus primeros años de religiosa.
La nombraron maestra de novicias y exclamaba suspirando que ella no había sabido gobernarse a sí misma y por lo tanto no era capaz de dirigir a otras. Pero en ese cargo demostró una gran sabiduría y una exquisita comprensión y bondad para comprender a las más débiles. Tenía el don de consejo y eran muchas las personas que la consultaban.
Durante 17 años sufrió de dolorosísimos cólicos estomacales y cuando se hallaba sola lloraba y se retorcía, pero cuando estaba atendiendo a otras personas se le veía sonreír como si nada estuviera sufriendo. Cuando alguien le decía que sus sufrimientos eran muy grandes, exclamaba: "Más me merezco, por mis pecados". Y consideraba sus penas y dolores como el mejor medio para pagarle a Dios los pecados con los cuales lo ofendió en su juventud.
Tres medios empleaba para crecer en santidad: largas horas rezando y meditando ante el Santísimo Sacramento y ante la imagen de Jesús crucificado. La lectura de libros espirituales. Y el seguir los sabios consejos del sacerdote que la había convertido, el Padre Bernardo Bianchetti.
Lo que más pedía a Dios era la conversión de los pecadores. Y con sus oraciones y sacrificios obtuvo del cielo la conversión de un temible pecador de Viterbo, Francisco Pacini, y este cambió de tal manera su comportamiento que no sólo sus maldades antiguas sino que en adelante se dedicó ayudar a la santa en sus actividades apostólicas y en asociaciones espirituales.
Santa Jacinta fundó dos asociaciones piadosas. La Compañía de Penitentes y los Oblatos de María. Estas personas se dedicaban a visitar enfermos, a instruir niños en la religión y a desagraviar a Dios por las ofensas que se le hacen. La santa propagó mucho en Viterbo la piadosa costumbre de las 40 horas de adoración al Santísimo Sacramento.
Santa Jacinta logró por medio de sus cartas, muchas conversiones de pecadores. A algunas superioras de conventos que no exigían a sus religiosas el estricto cumplimiento de sus deberes les escribió cartas muy severas y obtuvo que varias casas religiosas volvieran al fervor. Las reuniones mundanas de las gentes cambiaban de temas y empezaban a hablar de cosas espirituales y piadosas cuando llegaba nuestra santa, y su presencia hacía un gran bien a esas gentes.
Santa Jacinta hacía el viacrucis por las noches, sola, en el templo, con una pesada cruz sobre sus hombros, y con los pies descalzos.
Su amor a la Virgen María era tan grande que cuando oía pronunciar su nombre se le llenaban de suaves colores su cara y su aumentaba su entusiasmo.
Su práctica de piedad preferida era la Santa Misa, y asistía a ella con tan gran fervor que frecuentemente estallaba en lágrimas de emoción. Después de la comunión se quedaba un largo rato dando gracias a Nuestro Señor y a veces se quedaba en éxtasis.
Dios le dio un don de profecía, y anunció muchas cosas que iban a suceder en el futuro. También obtuvo el don de los milagros y consiguió admirables curaciones. Y el Señor le concedió el don de conmover los corazones, aun los más duros y empedernidos, y por eso conseguía tantas conversiones.
Murió San Jacinta en el año 1640, y después de muerta obtuvo para sus devotos tan grandes favores y milagros, que el Santo Padre el Papa Pío Séptimo la declaró santa. Su cuerpo se conserva incorrupto en Viterbo.
La Santa Sede declaró al canonizarla: "El apostolado de Jacinta ganó más almas para Dios que los sermones de muchos predicadores".
Santa Jacinta: te rogamos por las muchachas frívolas para que se vuelvan prudentes. Pídele también a Dios que todas las religiosas se vuelven santas como tú.
Valerio, Santo Biografía: 25 de febrero, siglo VII
Febrero 25
|
Tarasio, Santo Patriarca, 25 de febrero
Patriarca |
Avertano y Romeo Hermanos Carmelitas, 25 de febrero
Hermanos Carmelitas |
|
Avertano y Romeo |
hicieron las honras fúnebres con toda solemnidad y se veneraron sus reliquias. Se les colocó en dos altares. Y un autor piadoso escribió una biografía de estos dos aventureros de Dios.
Dice que a Avertano se le apareció un ángel para decirle que fuera carmelita. Los padres se oponían. Entonces él les dijo:"Es deber de los padres que dejen a sus hijos buscar su propia felicidad".
En el misal de los carmelitas se introdujo su fiesta en el año 1514.
Los rasgos de la espiritualidad de Avertano eran la contemplación en la acción y la acción en la contemplación.
Era también un santo que pedía mucha limosna, no para sí, sino para los demás. Le encantaban las peregrinaciones, la gran moda de aquellos años.
El nombre de Romeo es de sobra conocido, más que su compañero, debido, sin duda, a la obra de Shakespeare "Romeo y Julieta".
Músicos y pintores se han inspirado en él para pintar o escribir música. Baste citar a Delacroix y Gounod.
Sebastián de Aparicio, Beato Beato, 25 de febrero
Beato
El año de 1533 llegaba a las playas mexicanas, confundido entre los numerosos viajeros, un joven, de nombre Sebastián, que había nacido el 20 de enero de 1502 en el pueblo de Gudiña, de la provincia de Orense (España). Su niñez transcurrió junto a sus padres, Juan de Aparicio y Teresa del Prado, ambos cristianos de vieja cepa, caritativos y de nobles costumbres; su mocedad y parte de su juventud pasó en medio del campo, entregado a las labores agrícolas para ganar el sustento diario y reunir la dote suficiente para sus dos hermanas. Salamanca, Zafra
de Extremadura y Sanlúcar de Barrameda vieron a Sebastián trabajar afanosamente y pudieron admirar sus grandes virtudes –pese a sus años mozos–, entre las que sobresalían su simplicidad, rectitud de corazón y su amor por la castidad. |
Cesario Nacianceno, San Médico, 25 de febrero
Febrero 25 |
_____________________________________________________________________
Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
Si NO desea el evangelio, santoral y meditación diaria y sólo artículos interesantes censurados por la prensa (la mayoría), unos 4 por semana escriba a: ave-maria-purisima+subscribe@googlegroups.com (responder el mensaje de confirmación).
Para de-suscribirse escribir desde su casilla de email a:
REEMPLACEporNOMBREdelGRUPO+unsubscribe@googlegroups.com
Si no se desuscribe es porque recibe el mensaje en su otro email que le reenvía al actual: debe escribir desde ese otro email.