miércoles, 8 de abril de 2020

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 09/04/2020. Beato Antonio Pavoni ¡ruega por nosotros!

JA
JMJ

Pax

Los amó hasta el extremo

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15

Gloria a ti, Señor.

Era la víspera de la fiesta de la pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final.
Estaban cenando y ya el diablo había convencido a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que entregara a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios regresaba, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura.
Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió:
"Señor, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies?"
Jesús le contestó:
"Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después".
Pedro insistió:
"Jamás permitiré que me laves los pies".
Entonces Jesús le contestó:
"Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo".
Simón Pedro reaccionó diciendo:
"Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza".
Pero Jesús le dijo:
"El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y ustedes están limpios, aunque no todos".
Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: "No todos están limpios".
Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo:
"¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben hacer lo mismo unos con otros. Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."

 

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

Jueves Santo

Según una antiquísima tradición de la Iglesia, en este día están prohibidas todas las misas sin pueblo.
Al atardecer, en la hora más oportuna, se celebra la misa de la Cena del Señor, en la que participa plenamente toda la comunidad local y todos los sacerdotes y clérigos que ejercen su ministerio.
Los sacerdotes que han participado en la misa crismal o ya han celebrado para bien de los fieles, pueden concelebrar de nuevo la misa vespertina.
Donde lo exija el bien pastoral, el Ordinario del lugar puede permitir la celebración de otra misa, por la tarde, en los templos u oratorios públicos o semipúblicos, y en caso de verdadera necesidad, incluso por la mañana, pero solamente para los fieles que de ningún modo puedan participar en la misa vespertina.
Cuídese que estas misas no se celebren solamente para bien de unos pocos y no perjudiquen en nada a la misa vespertina, que es la principal.
La sagrada comunión solamente se puede distribuir a los fieles dentro de la misa; a los enfermos se la pueden llevar a cualquier hora del día.
El sagrario debe estar completamente vacío. Conságrense en esta misa suficientes hostias, de modo que alcancen para la comunión del clero y del pueblo hoy y mañana.

Antífona de Entrada

Nosotros hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, vida y resurrección, él nos ha salvado y libertado.

 

Se dice "Gloria".

Oración Colecta

Oremos:
Dios nuestro, nos has reunido hoy para celebrar aquella misma memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor; concédenos alcanzar, por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Prescripciones sobre la cena pascual

Lectura del libro del Exodo 12, 1-8.11-14

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés y a Aarón en Egipto:
"Este mes será para ustedes el más importante de todos, será el primer mes del año. Digan a toda la asamblea de Israel:
Que el día décimo de este mes prepare cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comerlo entero, que invite a cenar en su casa a su vecino más próximo, según el número de personas y la porción de cordero que cada cual pueda comer.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; podrá ser cordero o cabrito. Lo guardarán hasta el día catorce de este mes, y toda la comunidad de Israel lo inmolará al atardecer. Luego rociarán con la sangre el marco de la puerta en las casas donde vayan a comerlo. Lo comerán esa noche asado al fuego, con panes sin levadura y hierbas amargas. Y lo comerán así: el cinturón puesto, los pies calzados, bastón en mano y a toda prisa, porque es la pascua del Señor.
Esa noche pasaré yo por el país de Egipto y mataré a todos sus primogénitos, tanto de los hombres como de los animales. Así ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor. La sangre servirá de señal en las casas donde estén; al ver yo la sangre, pasaré de largo y, cuando yo castigue a Egipto, la plaga exterminadora no los alcanzará cuando hiera yo a Egipto.
Este día lo recordarán siempre y lo celebrarán como fiesta del Señor, institución perpetua para todas las generaciones".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 115, 12-13.15-16bc.17-18

Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre.
Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

El Señor siente profundamente la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis ataduras.
Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

Te ofreceré un sacrificio de acción de gracias invocando tu nombre; cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo el pueblo.
Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

Segunda Lectura

Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26

Hermanos: Por lo que a mí toca, del Señor recibí la tradición que les he transmitido, a saber, que Jesús, el Señor, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo:
"Esto es mi cuerpo entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía".
Igualmente, después de cenar, tomó el cáliz y dijo:
"Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cuantas veces beban de él, háganlo en memoria mía".
Así pues, siempre que coman de este pan y beban de este cáliz, anuncian la muerte del Señor hasta que él venga.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como yo los he amado, dice el Señor.
Honor y gloria a ti, Señor Jesús.

Evangelio

Los amó hasta el extremo

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15

Gloria a ti, Señor.

Era la víspera de la fiesta de la pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final.
Estaban cenando y ya el diablo había convencido a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que entregara a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios regresaba, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura.
Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió:
"Señor, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies?"
Jesús le contestó:
"Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después".
Pedro insistió:
"Jamás permitiré que me laves los pies".
Entonces Jesús le contestó:
"Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo".
Simón Pedro reaccionó diciendo:
"Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza".
Pero Jesús le dijo:
"El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y ustedes están limpios, aunque no todos".
Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: "No todos están limpios".
Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo:
"¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben hacer lo mismo unos con otros. Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

No se dice "Credo".

Lavatorio de los pies

Los ministros invitan a las personas designadas a que ocupen los asientos que se han preparado en un lugar apto, donde fácilmente el rito sea visible a los fieles. Entonces el celebrante, quitándose si es necesario la casulla y ayudándole los ministros, se acerca a cada uno, echa agua sobre sus pies y se los seca.
Mientras tanto se cantan las siguientes antífonas u otros cantos apropiados:

Antífona Primera

El Señor se levantó de la mesa,echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo.
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Antífona Segunda

"Señor, ¿pretendes tú lavarme los pies?"
Jesús le respondió:
"Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo".
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Antífona Tercera

Fue Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo:
"Señor, ¿pretendes tú lavarme los pies?"
Jesús le dijo:
"Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás más tarde".
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Antífona Cuarta

"Si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies,
cuánto más ustedes deben
lavarse los pies unos a otros.
Señor, ¿cómo me vas a lavar
los pies tú a mí?

Antífona Quinta

"En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros".
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Antífona Sexta

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como yo los he amado, dice el Señor.
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Antífona Séptima

"Que permanezca en ustedes la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor".
Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?

Oración de los Fieles

Celebrante:
Supliquemos, hermanos y hermanas, a Cristo, el ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas, y pidámosle que escuche nuestras oraciones:
(Respondemos a cada petición: Te lo pedimos, Señor).

Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor, que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquél que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Señor.

Para que nuestros obispos y sus presbíteros, que en estos días han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan plenamente conformes a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación prometieron, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Señor.

Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión a los que por el pecado o por la indiferencia se han alejado de la Iglesia, roguemos al Señor
Te lo pedimos Señor.

Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación, experimenten la protección del Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Señor.

Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta, ilumine también nuestra mentes para que comprendamos y amemos los misterios que hoy conmemoramos, roguemos al Señor.
Te lo pedimos Señor.

Celebrante:
Señor Jesucristo, ya que, mientras vivimos aún en este mundo, nos invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha nuestra oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el sacramento de tu triunfo, podamos ser también tus comensales en el banquete de la Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

 

Oración sobre las Ofrendas

Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

El sacrificio y el sacramento de Cristo

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro, verdadero y único sacerdote.
El cual, al instituir el sacrifico de la eterna alianza, se ofreció a sí mismo como víctima de salvación, y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya. Su carne, inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece; su sangre, derramada por nosotros, es bebida que nos purifica.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Esto es mi Cuerpo, que se da por ustedes. Este cáliz es la nueva alianza establecida por mi Sangre; cuantas veces lo beban, háganlo en memoria mía, dice el Señor.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Traslado del Santísimo Sacramento

Dicha la oración después de la comunión, el celebrante, de pie ante el altar, pone incienso en el incensario y, arrodillado, inciensa tres veces al Santísimo Sacramento. Poniéndose el paño de hombros, toma en sus manos el copón y lo cubre con las extremidades del paño.
Se forma entonces la procesión para llevar el Santísimo Sacramento a través del templo hasta el sitio de la reserva. Durante la procesión se canta algún canto eucarístico.
Al llegar la procesión al lugar de la reserva, el celebrante deposita el copón y, poniendo incienso, lo inciensa arrodillado. Después se cierra el tabernáculo o la urna del depósito.
Después de unos momentos de adoración en silencio, el celebrante y los ministros hacen genuflexión y vuelven a la sacristía.
Seguidamente se desnuda el altar, y si es posible, se quitan del templo las cruces. Si algunas no se pueden quitar, es conveniente que queden cubiertas con un velo.
Exhórtese a los fieles, según las circunstancias y costumbres del lugar, a dedicar alguna parte de su tiempo, en la noche, a la adoración delante del Santísimo Sacramento. Esta adoración, después de la medianoche, hágase sin solemnidad.

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Meditación diaria

Jueves Santo
Pasión de Nuestro Señor

LA ÚLTIMA CENA DEL SEÑOR

— Jesús celebra la Última Cena con los Apóstoles.

— Institución de la Sagrada Eucaristía y del sacerdocio ministerial.

El Mandamiento Nuevo del Señor.

I. Este Jueves Santo nos trae el recuerdo de aquella Última Cena del Señor con los Apóstoles. Como en años anteriores, Jesús celebrará la Pascua rodeado de los suyos. Pero esta vez tendrá características muy singulares, por ser la última Pascua del Señor antes de su tránsito al Padre y por los acontecimientos que en ella tendrán lugar. Todos los momentos de esta Última Cena reflejan la Majestad de Jesús, que sabe que morirá al día siguiente, y su gran amor y ternura por los hombres.

La Pascua era la principal de las fiestas judías y fue instituida para conmemorar la liberación del pueblo judío de la servidumbre de Egipto. Este día será para vosotros memorable, y lo celebraréis solemnemente en honor de Yahvé, de generación en generación. Será una fiesta a perpetuidad1. Todos los judíos están obligados a celebrar esta fiesta para mantener vivo el recuerdo de su nacimiento como Pueblo de Dios.

Jesús encomendó la disposición de lo necesario a sus discípulos predilectos: Pedro y Juan. Los dos Apóstoles hacen con todo cuidado los preparativos. Llevaron el cordero al Templo y lo inmolaron, luego vuelven para asarlo en la casa donde tendrá lugar la cena. Preparan también el agua para las abluciones2, las "hierbas amargas" (que representan la amargura de la esclavitud), los "panes ácimos" (en recuerdo de los que tuvieron que dejar de cocer sus antepasados en la precipitada salida de Egipto), el vino, etc. Pusieron un especial empeño en que todo estuviera perfectamente dispuesto.

Estos preparativos nos recuerdan a nosotros la esmerada preparación que hemos de realizar en nosotros mismos cada vez que participamos en la Santa Misa. Se renueva el mismo Sacrificio de Cristo, que se entregó por nosotros, y nosotros somos también sus discípulos, que ocupamos el lugar de Pedro y Juan.

La Última Cena comienza a la puesta del sol. Jesús recita los salmos con voz firme y con un particular acento. San Juan nos ha transmitido que Jesús deseó ardientemente comer esta cena con sus discípulos3.

En aquellas horas sucedieron cosas singulares que los Evangelios nos han dejado consignadas: la rivalidad entre los Apóstoles, que comenzaron a discutir quién sería el mayor; el ejemplo sorprendente de humildad y de servicio al realizar Jesús el oficio reservado al ínfimo de los siervos: se puso a lavarles los pies; Jesús se vuelca en amor y ternura hacia sus discípulos: Hijitos míos..., llega a decirles. "El mismo Señor quiso dar a aquella reunión tal plenitud de significado, tal riqueza de recuerdo, tal conmoción de palabras y de sentimientos, tal novedad de actos y de preceptos, que nunca terminaremos de meditarlos y explorarlos. Es una cena testamentaria; es una cena afectuosa e inmensamente triste, al tiempo que misteriosamente reveladora de promesas divinas, de visiones supremas. Se echa encima la muerte, con inauditos presagios de traición, de abandono, de inmolación; la conversación se apaga enseguida, mientras la palabra de Jesús fluye continua, nueva, extremadamente dulce, tensa en confidencias supremas, cerniéndose así entre la vida y la muerte"4.

Lo que Cristo hizo por los suyos puede resumirse en estas breves palabras de San Juan: los amó hasta el fin5. Hoy es un día particularmente apropiado para meditar en ese amor de Jesús por cada uno de nosotros, y en cómo estamos correspondiendo: en el trato asiduo con Él, en el amor a la Iglesia, en los actos de desagravio y de reparación, en la caridad con los demás, en la preparación y acción de gracias de la Sagrada Comunión, en nuestro afán de corredimir con Él, en el hambre y sed de justicia...

II. Y ahora, mientras estaban comiendo, muy probablemente al final, Jesús toma esa actitud trascendente y a la vez sencilla que los Apóstoles conocen bien, guarda silencio unos momentos y realiza la institución de la Eucaristía.

El Señor anticipa de forma sacramental –"mi Cuerpo entregado, mi Sangre derramada"– el sacrificio que va a consumar al día siguiente en el Calvario. Hasta ahora la Alianza de Dios con su pueblo estaba representada en el cordero pascual sacrificado en el altar de los holocaustos, en el banquete de toda la familia en la cena pascual. Ahora, el Cordero inmolado es el mismo Cristo6: Esta es la nueva alianza en mi Sangre... El Cuerpo de Cristo es el nuevo banquete que congrega a todos los hermanos: Tomad y comed...

El Señor anticipó sacramentalmente en el Cenáculo lo que al día siguiente realizaría en la cumbre del Calvario: la inmolación y ofrenda de Sí mismo –Cuerpo y Sangre– al Padre, como Cordero sacrificado que inaugura la nueva y definitiva Alianza entre Dios y los hombres, y que redime a todos de la esclavitud del pecado y de la muerte eterna.

Jesús se nos da en la Eucaristía para fortalecer nuestra debilidad, acompañar nuestra soledad y como un anticipo del Cielo. A las puertas de su Pasión y Muerte, ordenó las cosas de modo que no faltase nunca ese Pan hasta el fin del mundo. Porque Jesús, aquella noche memorable, dio a sus Apóstoles y sus sucesores, los obispos y sacerdotes, la potestad de renovar el prodigio hasta el final de los tiempos: Haced esto en memoria mía7. Junto con la Sagrada Eucaristía, que ha de durar hasta que el Señor venga8, instituye el sacerdocio ministerial.

Jesús se queda con nosotros para siempre en la Sagrada Eucaristía, con una presencia real, verdadera y sustancial. Jesús es el mismo en el Cenáculo y en el Sagrario. En aquella noche los discípulos gozaron de la presencia sensible de Jesús, que se entregaba a ellos y a todos los hombres. También nosotros, esta tarde, cuando vayamos a adorarle públicamente en el Monumento, nos encontraremos de nuevo con Él; nos ve y nos reconoce. Podemos hablarle como hacían los Apóstoles y contarle lo que nos ilusiona y nos preocupa, y darle gracias por estar con nosotros, y acompañarle recordando su entrega amorosa. Siempre nos espera Jesús en el Sagrario.

III. La señal por la que conocerán que sois mis discípulos será que os amáis lo unos a los otros9.

Jesús habla a los Apóstoles de su inminente partida. Él se marcha para prepararles un lugar en el Cielo10, pero, mientras, quedan unidos a Él por la fe y la oración11.

Es entonces cuanto enuncia el Mandamiento Nuevo, proclamado, por otra parte, en cada página del Evangelio: Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado12. Desde entonces sabemos que "la caridad es la vía para seguir a Dios más de cerca"13 y para encontrarlo con más prontitud. El alma entiende mejor a Dios cuando vive con más finura la caridad, porque Dios es Amor, y se ennoblece más y más en la medida en que crece en esta virtud teologal.

El modo de tratar a quienes nos rodean es el distintivo por el que nos conocerán como sus discípulos. Nuestro grado de unión con Él se manifestará en la comprensión con los demás, en el modo de tratarles y de servirles. "No dice el resucitar a muertos, ni cualquier otra prueba evidente, sino esta: que os améis unos a otros"14. "Se preguntan muchos si aman a Cristo, y van buscando señales por las cuales poder descubrir y reconocer si le aman: la señal que no engaña nunca es la caridad fraterna (...). Es también la medida del estado de nuestra vida interior, especialmente de nuestra vida de oración"15.

Os doy un mandamiento nuevo: que os améis...16. Es un mandato nuevo porque son nuevos sus motivos: el prójimo es una sola cosa con Cristo, el prójimo es objeto de un especial amor del Padre. Es nuevo porque es siempre actual el Modelo, porque establece entre los hombres nuevas relaciones. Porque el modo de cumplirlo será nuevo: como yo os he amado; porque va dirigido a un pueblo nuevo, porque requiere corazones nuevos; porque pone los cimientos de un orden distinto y desconocido hasta ahora. Es nuevo porque siempre resultará una novedad para los hombres, acostumbrados a sus egoísmos y a sus rutinas.

En este día de Jueves Santo podemos preguntarnos, al terminar este rato de oración, si en los lugares donde discurre la mayor parte de nuestra vida conocen que somos discípulos de Cristo por la forma amable, comprensiva y acogedora con que tratamos a los demás. Si procuramos no faltar jamás a la caridad de pensamiento, de palabra o de obra; si sabemos reparar cuando hemos tratado mal a alguien; si tenemos muchas muestras de caridad con quienes nos rodean: cordialidad, aprecio, unas palabras de aliento, la corrección fraterna cuando sea necesaria, la sonrisa habitual y el buen humor, detalles de servicio, preocupación verdadera por sus problemas, pequeñas ayudas que pasan inadvertidas... "Esta caridad no hay que buscarla únicamente en los acontecimientos importantes, sino, ante todo, en la vida ordinaria"17.

Cuando está ya tan próxima la Pasión del Señor recordamos la entrega de María al cumplimiento de la Voluntad de Dios y al servicio de los demás. "La inmensa caridad de María por la humanidad hace que se cumpla, también en Ella, la afirmación de Cristo: nadie tiene amor más grande que el que da su vida por sus amigos (Jn 15, 13)"18.

1 Ex 12, 14. — 2 Jn 13, 5. — 3 Jn 13, 1. — 4 Pablo VI, Homilía de la Misa del Jueves Santo, 27-III-1975. — 5 Jn 13, 1. — 6 1 Cor 5, 7. — 7 Lc 22, 19; 1 Cor 2, 24. — 8 1 Cor 11, 26. — 9 Lavatorio de los pies. Antífona 4ª Jn 13, 35. — 10 Jn 14, 2-3. — 11 Jn 14, 12-14. — 12 Jn 15, 12. — 13 Santo Tomás, Coment. a la Epístola a los Efesios, 5, 1. 14 ídem, Opúsculo sobre la caridad. — 15 B. Baur, En la intimidad con Dios, Herder, Barcelona 1973, p. 246. — 16 Jn 13, 34. — 17 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 38. — 18 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 287.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

Vadim o Bademio, Santo Mártir, Abril 9  


Vadim o Bademio, Santo

Mártir

Etimológicamente: Vadim es un nombre propio masculino de origen incierto. Se baraja en un origen eslavo, aunque algunos investigadores consideran que es de origen persa. También es posible la procedencia árabe, relacionada con la palabra wadi. En español ha dado lugar a Bademio, del latín Bademus.

 

Archimandrita, mártir. Nació en el siglo IV en Bethlapat, Persia. Fue ejecutado por orden del rey Sapor II en el año 376.

En el año 36 de la persecución de Sapor II, Bademio fue arrestado junto a siete de sus monjes. Durante meses estuvo encadenado en una mazmorra. Al mismo tiempo un noble cristiano llamado Nersan, príncipe de la satrapía de Aria, también fue encarcelado por negarse a adorar al sol. Al principio Nersan parecía decidió a mantenerse en su fe, pero ante la visión de las posibles torturas terminó cediendo y prometió aceptar al dios solar. Para probar la sinceridad de Nersan el rey Sapor ordenó que Bademio fuera trasladado a la celda de Nersan, que se encontraba en una cámara en su palacio real. Sapor le dijo a Nersan que si mataba a Bademio le devolvería sus privilegios y derechos como príncipe.

Nersan aceptó las condiciones del rey. Le dieron una una espada y se dispuso a hundirla en el pecho del monje. Sin embargo, se vio asaltado por un repentino terror, así que se detuvo al instante y fue incapaz de levantar el arma para golpear. Sin embargo, a pesar del miedo que sentía, continuó tratando de clavar su alma en el costado de Bademio. Sin embargo, una combinación de miedo, vergüenza, remordimiento y respeto le invadión y sus golpes resultaron débiles e imprecisos. Sin embargo las heridas del mártir eran tan numerosas que los testigos que presenciaron el martirio admiraron la invencible paciencia de Bademio, que aguardaba la muerte impertérrito.

El decidido mártir amonestó a su torturador diciéndole: Infeliz Nersan, mira a que foso de impiedad te ha llevado tu apostasía. Con gozo voy al encuentro de la muerte; pero con gusto estaría dispuesto a morir bajo una mano que no fuera la tuya: ¿Por qué debes ser tú mi verdugo?

Nersan tuvo que golpear cuatro veces a Bademio para separarle la cabeza de su cuerpo. Poco tiempo después, asaltado por los remordimientos y la vergüenza por lo que había hecho, Nersan se suicidó. El cuerpo de San Bademio fue arrojado fuera de la ciudad por los persas sasánidas, pero los cristianos recogieron sus restos y los enterraron en secreto. Sus discípulos fueron liberados de su prisión en el año 379, tras la muerte del rey Sapor.

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Acacio de Amida, Santo Obispo, Abril 9  


Acacio de Amida, Santo

Opispo

Martirologio Romano: En Amida, de Mesopotamia, san Acacio, obispo, que, para redimir a unos persas cautivos y sometidos a crueles torturas, interesó al clero y vendió a los romanos los vasos sagrados de la Iglesia (s. V).

Etimológicamente: Acacio = Aquel que no tiene malicia, es de origen griego.

 

El santo de hoy pertenece al siglo V. Fue obispo y confesor de Amida, Irak.

No le quedó más remedio que vivir el instante. No pensaba en el pasado nunca.

En el año 419, el emperador Teodosio II le envió como embajador al rey de los Persas. Misión nada fácil. El asunto era el siguiente: ver la manera de convocar un concilio de las iglesia persas. Lo promovía un nestoriano.

A los dos años estalló una guerra entre los dos imperios. Los Bizantinos hicieron 7000 prisioneros.

Tan malos eran que querían dejarlos morir en las cárceles de hambre porque – según comentaban los altos jefes – eran muchos para darles cada día de comer.

Ante esta realidad concreta, el obispo Acacio actuó al instante. Vendió los vasos sagrados de su iglesia para pagar sus rescate y liberarlos. Muchos, en agradecimiento al obispo, se hicieron cristianos.

Al enterarse el rey Persa Bahram V de lo que había hecho Acacio, dejó de perseguir a los cristianos nestorianos de su imperio. Le dieron una nueva misión diplomática para que negociase la paz en el año 422.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina01
Liborio de Le Mans, Santo Obispo, 9 de abril  


Liborio de Le Mans, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En la ciudad de los cenomanos (hoy Le Mans), en la Galia Lugdunense, san Liborio, obispo (s. IV).

 


San Liborio, por lo general se lo considera el cuarto Obispo de Le Mans, Francia, pero es difícil determinar exactamente la época en que ejerció este ministerio. Lo que sí se sabe, es que fue alrededor del 380, y que estuvo en él durante 49 años.

En algunos documentos se cuenta que uno de sus sucesores, el Obispo Aldrico, al consagrar la catedral (el 21 de junio de 835) quiso que uno de loa altares fuera dedicado al santo del lugar: Liborio.

En el año 836, el Obispo de Paderborn envió una delegación a Le Mans para conseguir alguna reliquia del Santo por haber tenido noticias de sus milagros.

Entre las dos Diócesis se estableció una suerte de "Fraternidad" por la cual San Liborio se convirtió también en Patrono de Paderborn.

Es el protector de los enfermos de cálculos renales y sus imágenes suelen representarlo como un anciano obispo, dándole como atributo identificatorio unas pequeñas piedras en recuerdo del legendario milagro producido durante la traslación de las reliquias

Su culto se difundió mucho en Francia, Alemania, España e Italia.

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Antonio Pavoni, Beato Mártir Dominico, Abril 9  


Antonio Pavoni, Beato

Presbítero y Mártir

Martirologio Romano: En Bricherasio, cerca de Pinerolo, en el Piamonte, beato Antonio Pavoni, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que fue apuñalado al salir de la iglesia, después de predicar contra la herejía (1374).

Etimológicamente: Antonio = Aquel que es digno de estima, es de origen latino.

 

Nacido en Savigliano, provincia de Cuneo, Italia en el año 1326.

Joven inteligente y pío, fue monje con apenas 15 años, y sacerdote a los 25.

En 1360, el Papa Urbano V lo nombró Inquisidor General para luchar contra las herejías en Lombardy y Genoa, siendo uno de los más jóvenes en ocupar ese cargo. Un trabajo duro y difícil, y casi una sentencia de muerte al tener que enfrentar a los herejes.

Su apostolado duró 14 años.

En 1368 fue elegido prior de Savigliano, construyó la nueva abadía, misma que fue hecha sin ningún lujo, mientras, los herejes esperaban cualquier oportunidad para atacar y usar cualquier obstentación como arma para desacreditarlo.

Antonio era amigo de la pobreza, llevaba una vida simple y sencilla, lo que encolerizaba a los herejes por no poder desacreditarlo, entonces deciden matarlo.

El Domingo de Pascua, después de que él predicara contra la herejía en Brichera, siete herejes lo apuñalaron. Era el 9 de abril de 1374.

Fue enterrado en Savigliano, lugar que se convirtió en sitio de peregrinasiones hasta 1827, año en que los restos fueron trasladados a la iglesia dominica de Racconigi.

Fué beatificado el 4 de diciembre de 1856, por el Papa Pío IX.

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Celestina (Catalina) Faron, Beata Religiosa; Virgen y Mártir, Abril 9  


Celestina (Catalina) Faron, Beata

Religiosa y Mártir

Martirologio Romano: En el campo de concentración de Oswiecim o Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beata Celestina Faron, virgen de la Congregación de las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción y mártir, la cual, al ser ocupada militarmente Polonia durante la guerra, fue encarcelada por la fe de Cristo y, agotada por las privaciones, alcanzó la gloriosa corona (1944).

Etimológicamente: Celestina = Aquella caída del cielo, es de origen latino.

 

Katarzyna (Catalina en castellano o Caterina en italiano) Faron, nacida en Zabrzez, Polonia, el 24 de abril de 1913, forma parte del grupo de mártires del nazismo.

Ofreció su vida por la conversión de un sacerdote.

Arrestada por la Gestapo fue condenada a trabajos forzados en el campo de concentración de Auschwitz. Afrontó heróicamente el sufrimiento, muriendo el día de Pascua del año 1944.

La joven religiosa fue beatificada por S.S. Juan Pablo II en Polonia, el 13 de Junio de 1999 junto con otros
107 mártires y a Edmundo Bojanowski fundador de la Congregación a la que ella pertenecía: Las Pequeñas Siervas de la Inmaculada Concepción y en la que tomó el nombre de Celestina.

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Fuente: acoantioquena.com
Demetrio de Tesalónica, Santo Mártir. Abril 9  


Demetrio de Tesalónica, Santo

Mártir

Martirologio Romano: Cerca de Sirmio, en Panonia, san Demetrio, mártir, muy venerado en todo el Oriente y, de modo especial, en la ciudad de Tesalónica (s. III/IV).

Etimológicamente: Demetrio = Aquel que se dedica a la agricultura o la Tierra, es de origen griego.

 

Nació en la ciudad de Solún, Grecia.

Sus padres, quienes practicaban el Cristianismo en secreto, lo bautizaron y le enseñaron la religión.

Su padre, procónsul romano, falleció cuando Demetrio era mayor de edad.

El emperador Maximiano (s. IV) nombró a Demetrio gobernador y militar de toda Tesalónica. La principal función de San Demetrio era defender la provincia de los enemigos, obligándolo el emperador a que exterminara también a los cristianos.

Demetrio en lugar de esto comenzó a eliminar las costumbres paganas y a los paganos los convertía a la fe cristiana.

Pronto llegó a oídos del emperador que el procónsul Demetrio era cristiano; y sabiéndolo Demetrio, se preparó para la muerte, repartió sus pertenencias a los pobres, haciendo una vida de ayuno y penitencia.

El emperador recluyó al procónsul y comenzó a distraerse con escenas de gladiadores y circos, donde llevaba a la arena a los cristianos.

El conocido gladiador Liaco fácilmente dominaba a los sumisos cristianos en las luchas y ante la exaltada multitud los arrojaba sobre las lanzas de los guerreros.

El joven cristiano San Néstor, visitó a San Demetrio en el cautiverio y San Demetrio lo bendijo para un combate cuerpo a cuerpo con Liaco. Reforzado por Dios, San Néstor venció al orgulloso gladiador.

En cuanto Maximiano conoció la razón por la que Néstor había ganado, ordenó que San Demetrio fuera traspasado con las lanzas de sus celadores, y que San Néstor fuera decapitado con su propia espada.

El cuerpo del mártir San Demetrio fue arrojado como alimento para las bestias, pero los pobladores lo sepultaron en secreto.

Durante el gobierno del emperador Constantino el Grande (324-337) ante la tumba del mártir San Demetrio fundaron un templo y a los 100 años fueron encontradas sus santas reliquias.

La biografía de san Demetrio dice que liberaba reclusos de las manos de los contrarios y les ayudaba a llegar hasta Solún.

Desde el siglo VII junto a sus reliquias comenzó a fluir una aromática y milagrosa mirra, lo cual se divulgó en esa época. "por su composición no es agua, es más espesa y eso no se parece a ninguna sustancia conocida por nosotros... Es sumamente aromática no solo de lo que conocemos como artificial sino en relación a todo lo creado por Dios."

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Fuente: Franciscanos.org
Tomás de Tolentino, Beato Mártir Franciscano, Abril 9  


Tomás de Tolentino, Beato

Sacerdote y mártir de la
Primera Orden Franciscana

Martirologio Romano: En Tana, en la India occidental, beato Tomás de Tolentino, presbítero de la Orden de Hermanos Menores y mártir, que, habiendo viajado hasta el imperio de China para anunciar el Evangelio, al dirigirse después hacia el territorio de los tártaros y de los hindúes coronó su misión con un glorioso martirio (1321).

Etimológicamente: Tomás = gemelo, mellizo. Es de origen arameo.

 

(1260-1321)

León XIII aprobó su culto el 23 de julio de 1894.

Tomás de Tolentino y tres compañeros también franciscanos: el sacerdote Jaime de Padua, el clérigo fray Pedro de Siena y el religioso laico fray Demetrio de Tiflis, de origen georgiano o armenio, conocedor de lenguas asiáticas, murieron mártires en la India. Pero sólo el culto de Tomás fue oficialmente confirmado por la Iglesia.

Nacido hacia el año 1260 en Tolentino, ciudad de la Marca de Ancona (Italia), Tomás ingresa en la Orden de los Hermanos Menores en 1285 y forma parte de los espirituales de las Marcas, seguidores de Ángel Clareno. En 1290 parte como misionero, y a través de Grecia llega a Armenia, donde los franciscanos alcanzan la amistad del rey Aitón II, que en 1291 envía a Tomás como legado suyo al Papa Nicolás IV, al rey de Francia y al rey de Inglaterra para solicitar de ellos ayuda contra los sarracenos. En 1296 vuelve por segunda vez a Italia, en esta ocasión para defender a los espirituales de Clareno ante el Ministro General Juan de Morrevallo y la "comunidad" de la Orden.

En 1307 lo encontramos de nuevo en Europa como enviado especial de Juan de Montecorvino, el célebre misionero franciscano y primer Arzobispo de Pekín, para pedir ayuda y especialmente personal para la misión de China. Tomás se entrevistó con Clemente V en Poitiers, y obtuvo de él muchas ayudas.

En los años 1308-1320 ejerce el apostolado en China, junto a Juan de Montecorvino. Hacia finales de 1320 lo encontramos en Ormuz, en el Golfo Pérsico. Con los tres compañeros, los hermanos Jaime, Pedro


Tomás de Tolentino, Beato

y Demetrio, llega al actual Bombay.

Desembarcan en la isla Salsetta, en la ciudad de Tana, donde los acogen algunos cristianos nestorianos. Hospedados en una familia, son identificados por los mahometanos de la ciudad y conducidos ante el Cadí (Juez), al cual explica Pedro la doctrina cristiana, no sin oponerla a la doctrina musulmana, al Corán y a Mahoma. Esta fue la acusación causante de su condena y del martirio. Cuatro sicarios los arrestan nuevamente y decapitan a tres de ellos, comenzando por Tomás, mientras fray Pedro, por el momento, escapa de la muerte; pero es alcanzado días más tarde y decapitado también. El martirio de los tres primeros tuvo lugar el 3 de abril de 1321, y el de Pedro el 11 del mismo mes y año, todos en Tana.

El sacrificio de estos heroicos mártires está documentado en las relaciones de privadas y sobre todo por la del Beato Odorico de Pordenone, viajero contemporáneo y misionero en China. En 1326 llegó a Tana, y transportó por mar los cuerpos de los mártires, no sin gravísimos peligros, a Zaiton, en China; luego describió su martirio. La cabeza del Beato Tomás fue posteriormente llevada a Tolentino, su patria, donde el glorioso mártir fue venerado con culto público, confirmado por León XIII.

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Casilda de Toledo, Santa Virgen Eremita, Abril 9  

La virgen mora que vino de Toledo

Martirologio Romano: En el lugar llamado San Vicente, cerca de Briviesca, en la región de Castilla, en España, santa Casilda, virgen, que, nacida en la religión mahometana, ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita (1075).

Etimológicamente: Casilda = Aquella que canta con alegría, es de origen árabe.

 

En el cerro que domina el valle, en el santuario actual, descansan desde el 1750 las reliquias de Santa Casilda, -"la virgen mora que vino de Toledo", muy venerada en Burgos, en la urna, obra de Diego de Siloé, rematada por su propia imagen yacente. El lugar ha sido centro de peregrinación durante siglos y no deja de frecuentarlo la piedad de nuestros contemporáneos.

En torno a santa Casilda todo lo que encontramos es incierto, confuso y contradictorio. Pero su figura tiene el encanto de la sencillez y el sabor de lo heroico en el amor. Cautivó al pueblo cristiano medieval y le animó a la fidelidad. Su propio nombre -casida en árabe significa cantar- es como un verso con alas de canción.

Ni siquiera se conoce con exactitud el nombre de su padre, rey moro de Toledo, al que se nombra como Almacrin o Almamún. Sobre su condición, unos lo describen como un sanguinario perseguidor de los cristianos, mientras que otros lo presentan como apacible y bondadoso.

La princesita mora tiene un natural abundante en clemencia y ternura. Rodeada de todo tipo de comodidades y atenciones en la fastuosidad de la corte, no soporta la aflicción de los desafortunados que están en las mazmorras. Siente una especial piedad con los cautivos pobres y los intenta consolar llevándoles viandas en el hondón de su falda. Un día, cuando realizaba esta labor misericordiosa, fue sorprendida por su padre que le preguntó por lo que transportaba, contestando ella que "rosas" y ¡rosas aparecieron al extender la falda!

Quizá fueron los mismos cautivos cristianos quienes, viendo lo recto de su conducta, le hablaron de Cristo; posiblemente correspondieron a sus múltiples delicadezas y dádivas de la mejor manera que podían, instruyéndola en la fe cristiana.

Pero, aunque en su corazón era ya de Cristo, ¿cómo podría recibir ella el Bautismo con los lazos tan fuertes del Islam que la rodeaban?

Comienza una grave dolencia. El flujo de sangre aumenta y la ciencia médica de palacio es incapaz de curarla. El Cielo le revela que encontrará remedio en las aguas milagrosas de San Vicente, allá por la Castilla cristiana. Almamún prepara el viaje de su hija con comitiva real. En Burgos recibe Casilda el Bautismo y marcha luego a los lagos de San Vicente, junto al Buezo, cerca de Briviesca. Recuperada la salud según se le dijo, decide consagrar a Cristo la virginidad de su cuerpo milagrosamente curado y resuelve pasar el resto de sus días en la soledad, dedicada a la oración y a la penitencia.

Murió de muy avanzada edad, siendo sepultada en la misma ermita que ella mandó construir. Pronto se convirtió en lugar de peregrinación. Cuentan que los caminantes sintieron desde entonces su especial protección y las mujeres la invocan contra el flujo de sangre, y hasta dicen que basta que una mujer pruebe las aguas y eche una piedra al lago para tener asegurada la descendencia.

Se juntan la historia, la imaginación del pueblo sencillo y la bruma del misterio en torno a la santa. Resta aprender la lección del ejemplo. El amor a Cristo hace posible el trueque del regalo propio de la corte morisca por la aspereza de una vida austera y penitente.

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Fuente: ServitasCadiz.com
Ubaldo Adimari, Beato Presbítero Servita, Abril 9  


Ubaldo Adimari, Beato

Presbítero Servita

Martirologio Romano: En el monte Senario, en la Toscana, beato Ubaldo Adimari, presbítero de la Orden de Siervos de María, que pasó de la milicia terrestre al servicio de María, por obra de san Felipe Benizi (1315).

Etimológicamente: Ubaldo = Aquel de espíritu inteligente, es de origen germánico.

 

Ubaldo nació en Borgo Sansepolcro, en la región de Toscana, a mediados del siglo XIII. Ya "desde tierna edad amó la vida religiosa" – como atestigua fray Pablo Attavanti en su Diálogo sobre el origen de la Orden-.Primero estudió filosofía y humanidades; más tarde, por su devoción y reverencia hacia la Virgen gloriosa, ingresó en la Orden de los frailes Siervos de santa María y se dedicó al estudio de la teología.

Fray Ubaldo era considerado como "insigne modelo de virginidad" –agrega Attavanti- y pronto adquirió fama de santidad. Era emprendedor y poseía un magnífico espíritu de trabajo; nunca se dejó vencer por una vida fácil y cómoda.

Lo que cuenta la tradición sobre su trato frecuente y amistad con san Felipe, añade a su imagen un rasgo muy personal y confirma la fama de sus virtudes.

En efecto, la obra titulada Sobre el origen y en alabanza de los Siervos de fray Tadeo Adimari y la Vida de Felipe de Florencia de Nicolás Borghese, que a su vez recogen datos de la antiquísima "Leyenda" de san Felipe, refieren que el Santo, hallándose en Todi en trance de agonía y sin conocimiento desde hacía tres horas, a la llegada de fray Ubaldo, quien había sido advertido prodigiosamente de este suceso, de improviso se incorporó un poco, abrazó a su hermano y amigo, y, contento de haberlo visto, murió en la paz del Señor.

No se sabe a ciencia cierta en cual convento de la Orden vivió el Beato, pero hay indicios para suponer que pasó sus últimos años en el convento de Monte Senario, en donde resplandeció por sus virtudes y milagros; según se cuenta, allí murió en olor de santidad el año 1315.

Fue sepultado en Monte Senario –como se lee en la Crónica de la Orden de la bienaventurada Virgen María de fray Miguel Poccianti-. En el año 1707 bajo el altar mayor de la iglesia de Monte Senario, cerca del sepulcro de nuestros siete santos Padres, fue hallado un cuerpo, que por su considerable estatura nadie dudó que fuera el del beato Ubaldo; efectivamente, fray Pablo Attavanti atestigua en la citada obra que el Beato era "un hombre bien parecido y de gran estatura". El Papa Pío VII confirmó su culto en el año 1821. El cuerpo del beato Ubaldo fue trasladado en 1969 a la capilla de san José de la Basílica de Monte Senario, donde es venerado con gran piedad.

Oración
Señor, Dios nuestro,
principio de la unidad y fuente del amor,
concede a tus hijos que,
a imitación del beato Ubaldo
y por intercesión suya,
te glorifiquen con la santidad del cuerpo
y la unión de los corazones.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén

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Fuente: santiebeati.it
Valdetrudis, Santa Monja, 9 de abril  


Valdetrudis, Santa

Monja

Martirologio Romano: En Castroloco (hoy Mons), de Henao, en Neustria, santa Valdetrudis, hermana de santa Aldegundis, que, siendo esposa de san Vicente Madelgario y madre de cuatro santos, a semejanza de su marido se ofreció a Dios y recibió el hábito monástico en el cenobio fundado por ella misma (688).

Etimológicamente: Valdetrudis = Aquella que gobierna con mano de hierro, es de origen germánico.

 

En la historia de la cristiandad no faltan, aunque a menudo desconocidos, los casos de enteras familias elevadas al honor de los altares, como por ejemplo la santa hoy celebrada, Valdetrudis, que es venerada ya sea con su familia de origen, aquella en la que creció: la cual estaba formada por sus padres san Walberto y santa Bertilia y su hermana santa Aldegondis, o con aquella familia que formó con su marido Vincenzo (Vicente) Maldegario con quien procreó cuatro hijos: Landerico (Obispo de París), Dentellino (quien murió siendo todavía joven), Aldetrudis (abadesa del monasterio de Maubeuge) y Madelberta (también ella abadesa del mismo monasterio), todos, esposo e hijos, son venerados como santos.

Junto a Maldegario formó una familia de condiciones bastante acomodadas. En cuanto los hijos fueron bastante grandes, los pareja decidió separarse, sin disolver el vínculo matrimonial, para poder dedicarse al servicio de Dios en la vida religiosa. Maldelgario emprendió entonces la fundación de un monasterio cerca de Haumont, donde se volvió monje asumiendo el nombre religioso de Vincenzo. Su mujer Valdetrudis, en cambio, esperó todavía dos años para luego apartarse del mundo, yendo a vivir en soledad en una pequeña vivienda. Fue invitada por la hermana Aldegondis a unirse a la comunidad de Maubeuge, pero ella creyó poder llevar una vida todavía más austera quedándose fuera de la abadía.

Con el pasar del tiempo, perdió la tranquilidad que buscaba por la cantidad de visitantes que acudían a ella en busca de consejo, eso la motivó a emprender la fundación de su propio convento cerca de Chateaulieu, en el centro de lo que actualmente es la ciudad de Mons en Bélgica.

Siguió ganando notoriedad por sus numerosas obras de misericordia y le fueron atribuidas bastantes curaciones milagrosas, tanto durante su vida como luego de su muerte. Su alma regresó a Dios por el año 688, para ese año ya tenía once años de viuda. Su culto se desarrolla a partir al menos por el IX siglo, momento en el que un monje de Mons redactó en latín una hagiografía de Valdetrudis. Su nombre fue introducido en el Martirologio Romano en el año 1679. Santa Valdetrudis es la patrona de Mons, ciudad que también custodia sus reliquias en una iglesia del siglo XV, construida cerca de Chateaulieu.

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San Lorenzo de Irlanda

 

San Lorenzo, arzobispo, nació en Irlanda hacia el año 1128, de la familia O'Toole que era dueña de uno de los más importantes castillos de esa época. Cuando el niño nació, su padre dispuso pedirle a un conde enemigo que quisiera ser padrino del recién nacido. El otro aceptó y desde entonces estos dos condes, se hicieron amigos y no luchó más el uno contra el otro.   Cuando el niño tenía diez años, al jovencito le agradó inmensamente la vida del monasterio y le pidió a su padre que lo dejara quedarse a vivir allí, porque en vez de la vida de guerras y batallas, a él le agradaba la vida de lectura, oración y meditación.

 

Lorenzo llegó a ser un excelente monje en ese monasterio. Su comportamiento en la vida religiosa fue verdaderamente ejemplar. Dedicadísimo a los trabajos del campo y brillante en los estudios. Fervoroso en la oración y exacto en la obediencia. Fue ordenado sacerdote y al morir el superior del monasterio los monjes eligieron por unanimidad a Lorenzo como nuevo superior.   Por aquellos tiempos hubo una tremenda escasez de alimentos en Irlanda por causa de las malas cosechas y las gentes hambrientas recorrían pueblos y veredas robando y saqueando cuanto encontraban.

 

 

 

El abad Lorenzo salió al encuentro de los revoltosos, con una cruz en alto y pidiendo que en vez de dedicarse a robar se dedicaran a pedir a Dios que les ayudara.   Las gentes le hicieron caso y se calmaron y él, sacando todas las provisiones de su inmenso monasterio las repartió entre el pueblo hambriento. La caridad del santo hizo prodigios en aquella situación tan angustiada. En el año 1161 falleció el arzobispo de Dublín (capital de Irlanda) y clero y pueblo estuvieron de acuerdo en que el más digno para ese cargo era el abad Lorenzo.   Tuvo que aceptar. Lo primero que hizo fue tratar de que los templos fueran lo más bellos y bien presentados posibles.

 

Luego se esforzó porque cada sacerdote se esmerara en cumplir lo mejor que le fuera posible sus deberes sacerdotales. Y enseguida se dedicó a repartir limosnas con gran generosidad.   En el año 1170 los ejércitos de Inglaterra invadieron a Irlanda llenando el país de muertes, de crueldad y de desolación. Los invasores saquearon los templos católicos, los conventos y llenaron de horrores todo el país. El arzobispo Lorenzo hizo todo lo que pudo para tratar de detener tanta maldad y salvar la vida y los bienes de los perseguidos.     Se presentó al propio jefe de los invasores a pedirle que devolviera los bienes a la Iglesia y que detuviera el pillaje y el saqueo.

 

El otro por única respuesta le dio una carcajada de desprecio. Pero pocos días después murió repentinamente. El sucesor tuvo temor y les hizo mucho más caso a las palabras y recomendaciones del santo.    Estando en Londres de rodillas rezando en la tumba de Santo Tomás Becket (un obispo inglés que murió por defender la religión) un fanático le asestó terribilísima pedrada en la cabeza. Gravemente herido mandó traer un poco de agua. La bendijo e hizo que se la echaran en la herida de la cabeza, y apenas el agua llegó a la herida, cesó la hemorragia y obtuvo la curación.

 

El Papa Alejandro III nombró a Lorenzo como su delegado especial para toda Irlanda, y él, deseoso de conseguir la paz para su país se fue otra vez en busca del rey de Inglaterra a suplicarle que no tratara mal a sus paisanos. El rey no lo quiso atender y se fue para Normandía. Y hasta allá lo siguió el santo, para tratar de convencerlo, pero a causa del terribilísimo frío y del agotamiento producido por tantos trabajos, murió allí en Normandía en 1180 al llegar a un convento.

 

 

Oremos

 

Señor, tú que colocaste a San Lorenzo de Irlanda en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

 

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Calendario    de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de la Clemencia o la  Misericordia de Absam, cerca de Innsbruck, Austria (1797)

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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