JMJ
Pax
Les doy mi paz
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo. Ya escucharon lo que dije: "Me voy, pero regresaré a ustedes". Si de verdad me aman, deberían alegrarse de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Les he dicho esto antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo. Y aunque no tiene ningún poder sobre mí, tiene que ser así para que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo la misión que me encomendó".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 5a. Sem Pascua
Antífona de Entrada
Alabemos a nuestro Dios todos cuantos lo tememos, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Mesías. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que por medio de la resurrección de tu Hijo nos has abierto las puertas de la vida eterna, concédenos creer fielmente en ti y esperar confiadamente el cumplimiento de tus promesas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 14, 19-28
En aquellos días, llegaron de Antioquía y de Iconio unos judíos que se ganaron a la gente.
Apedrearon a Pablo y, pensando que estaba muerto, lo arrastraron fuera de la ciudad. Pero, después que sus discípulos lo asistieron, él se levantó y entró en la ciudad. Al día siguiente salió hacia Derbe con Bernabé.
Pablo y Bernabé, después de anunciar el Evangelio y hacer bastantes discípulos, regresaron a Listra, Iconio y Antioquía. A su paso animaban a los discípulos y los exhortaban a permanecer firmes en la fe. Les decían:
"Tenemos que pasar muchos sufrimientos para poder entrar en el reino de Dios".
Designaron responsables en cada iglesia y, después de orar y ayunar, los encomendaron al Señor, en quien habían creído.Luego atravesaron Pisidia, llegaron a Panfilia y después de predicar la palabra en Perge, llegaron a Atalía.
De allí regresaron por mar a Antioquía de Siria, donde habían sido encomendados a la protección de Dios para la misión que acababan de realizar. Al llegar, reunieron a la comunidad y contaron todo lo que había hecho Dios por medio de ellos, y cómo había abierto a los paganos la puerta de la fe. Pablo y Bernabé permanecieron allí bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Sal 144, 10-11.12-13ab.21
Bendigamos al Señor eternamente.
Que tus obras te den gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que proclamen la gloria de tu reinado y hablen de tus hazañas.
Bendigamos al Señor eternamente.
Que den a conocer a los hombres tus hazañas, la gloria y el esplendor de tu reinado. Tu reinado es eterno, tu gobierno permanece para siempre.
Bendigamos al Señor eternamente.
¡Que mi boca alabe al Señor! ¡Que todo ser viviente bendiga su santo nombre, ahora y por siempre!
Bendigamos al Señor eternamente.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria.
Aleluya.
Evangelio
Les doy mi paz
† Lectura del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"Les dejo la paz, mi paz les doy. Una paz que el mundo no les puede dar. No se inquieten ni tengan miedo. Ya escucharon lo que dije: "Me voy, pero regresaré a ustedes". Si de verdad me aman, deberían alegrarse de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Les he dicho esto antes de que suceda, para que cuando suceda crean.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo. Y aunque no tiene ningún poder sobre mí, tiene que ser así para que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo la misión que me encomendó".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, llenos de júbilo por la resurrección de tu Hijo, y concédenos participar también de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La nueva vida en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por él, los hijos de la luz amanecen a la vida eterna, los creyentes atraviesan los umbrales del Reino de los cielos; porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida y en su resurrección hemos resucitado todos.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros
celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Si hemos muerto en Cristo, también viviremos con él; ésta es nuestra fe. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Mira, Señor, con bondad a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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Dia 16/05 San Juan Nepomuceno (mártir, rojo)
Antífona de Entrada
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
Oración Colecta
Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, que mantuviste firme en medio de los tormentos a tu santo mártir san Juan Nepomuceno; protege a quienes celebramos hoy su triunfo, para que no caigamos nunca en las tentaciones del enemigo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación de la locura del Evangelio
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,17-25
Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio, y eso, no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. En efecto, la predicación de la cruz es una locura para los que van por el camino de la perdición; en cambio, para los que van por el camino de la salvación, para nosotros, es fuerza de Dios. Por eso dice la Escritura: Anularé la sabiduría de los sabios e inutilizaré la inteligencia de los inteligentes.
¿Acaso hay entre ustedes algún sabio, algún erudito, algún filósofo? ¿Acaso no ha demostrado Dios que tiene por locura la sabiduría de este mundo? En efecto, puesto que mediante su propia sabiduría, el mundo no reconoció a Dios en las obras de su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la predicación de la locura del Evangelio.
Por su parte, los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 33
El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo.
El Señor me libró de todos mis temores.
Proclamemos qué grande es el Señor y alabemos su nombre. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
El Señor me libró de todos mis temores.
Vuélvanse a él y quedarán radiantes, jamás se sentirán decepcionados. El Señor siempre escucha al afligido, de su tribulación lo pone a salvo.
El Señor me libró de todos mis temores.
A quien teme al Señor, el ángel del Señor lo salva y cuida. ¡Prueben! Verán qué bueno es el Señor; dichoso quien en él confía.
El Señor me libró de todos mis temores.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Que brille la luz de ustedes ante los hombres, dice el Señor, para que, viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre, que está en los cielos.
Aleluya.
Evangelio
Ustedes son la luz del mundo
+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 13-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a su Padre que está en los cielos.
No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, con tu bendición estas ofrendas y enciende en nosotros ese amor a ti, por el que tu santo mártir Juan Nepomuceno fue capaz de soportar los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Testimonio y ejemplo de los mártires
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque la sangre del glorioso mártir san Juan Nepomuceno, derramada como la de Cristo para proclamar su fidelidad a ti, manifiesta tu admirable poder, que convierte la fragilidad en fortaleza y al hombre débil robustece para que sea testigo tuyo.
Por eso,
como los ángeles te cantan en el cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos diciendo si cesar:
Antífona de la Comunión
Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga, dice el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos.
Que el sacramento que hemos recibido nos dé, Señor, la misma fortaleza con la que tu santo mártir Juan Nepomuceno fue fiel en tu servicio y generoso en el sufrimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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SAN SIMÓN STOCK PRESBÍTERO
ANTÍFONA DE ENTRADA. Ap. 19, 5; 12, 10
Alaben a nuestro Dios todos cuantos lo temen, pequeños y grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por la resurrección de tu Hijo nos rescatas para la vida eterna, concede a tu pueblo perseverar en la fe y la esperanza, para que no dudemos que se han de cumplir las promesas que tú hiciste y nos has dado a conocer. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios por medio de ellos.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 14, 19-28
En aquellos días, llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y de Iconio, unos judíos, que se ganaron a la multitud y apedrearon a Pablo; lo dieron por muerto y lo arrastraron fuera de la ciudad. Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo se levantó y regresó a la ciudad. Pero al día siguiente, salió con Bernabé hacia Derbe.
Después de predicar el Evangelio y de hacer muchos discípulos en aquella ciudad, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante tiempo con los discípulos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 144
R/. Bendigamos al Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas. R/.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio, para todas las generaciones. R/.
Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan ahora y para siempre. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Lc 24, 46. 26
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para entrar así en su gloria. R/.
Les doy mi paz.
+ Del santo Evangelio según san Juan: 14, 27-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: 'Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo exactamente lo que el Padre me ha mandado".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 6, 8
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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† Meditación diaria
Pascua. 5ª semana. Martes
MI PAZ OS DEJO
— El Señor comunica Su paz a los discípulos.
— La paz verdadera es fruto del Espíritu Santo. Misión de pacificar el mundo, comenzando por nuestra propia alma, la familia, el lugar de trabajo...
— Sembradores de paz y de alegría.
I. El Evangelio de la Misa recoge una de aquellas promesas que Jesús hizo a sus discípulos más íntimos en la Última Cena, y que se verían realizadas después de la Resurrección: La paz os dejo, mi paz os doy; no la doy yo como la da el mundo1. Y más adelante, en la misma Cena, les repetirá: Os he dicho esto para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo2. Ahora, después de la Resurrección, Jesús se presenta delante de ellos y les dice: Pax vobis!, la paz sea con vosotros3. Pondría el Señor el acento entrañable de otras ocasiones. Y con este saludo amigable quedaron disipados el temor y la vergüenza que pesaban sobre los Apóstoles por haberse comportado con cobardía durante la Pasión. De esta forma –a través del saludo, de su expresión acogedora– se ha vuelto a crear el ambiente de intimidad en el que Jesús les comunica su propia paz.
Desear la paz era la forma usual de saludo entre los hebreos. Y ese mismo saludo lo siguieron usando los Apóstoles, según vemos por sus cartas4, y los primeros cristianos, como han dejado constancia en muchas inscripciones. La Iglesia lo utiliza en la liturgia en determinadas ocasiones; por ejemplo, antes de la Comunión el celebrante desea a los presentes la paz, condición para participar dignamente del Santo Sacrificio5. Pax Domini, la Paz del Señor.
A lo largo de los siglos los cristianos supieron poner una intención más honda en las mismas fórmulas de saludo, impregnándolas de sentido sobrenatural, que calaron hondamente en el pueblo y han sido durante generaciones vehículo para hacer el bien y signo externo de una sociedad que tenía el corazón cristiano. En nuestros días parece que se va perdiendo esa huella de Dios en el saludo habitual. Sin embargo, nos puede ser de gran utilidad para la propia vida interior poner un especial empeño en mantener y vivificar el sentido cristiano del saludo y de las despedidas; eso contribuirá a mantener la presencia de Dios en nuestras vidas.
Si nos acostumbramos, por ejemplo, a saludar al Ángel Custodio de la persona con quien nos encontramos, podremos con facilidad y sencillez dar mayor elevación al trato con los demás. Será consecuencia de la presencia de Dios que llevamos en el alma. No perdamos el sentido sobrenatural en lo habitual de cada día: "Y les dijo: Paz a vosotros. Nos debería dar vergüenza –decía San Gregorio Nacianceno– prescindir del saludo de la paz, que el Señor nos dejó cuando iba a dejar este mundo"6. Sea cual sea nuestro saludo habitual, siempre puede ser motivo para vivir mejor la fraternidad con los demás, para rezar por aquellas personas y darles paz y alegría, como hizo el Señor con sus discípulos.
"En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre (Lc 1, 44) (...). El sobresalto de alegría que sintió Isabel, subraya el don que puede encerrarse en un simple saludo cuando parte de un corazón lleno de Dios. ¡Cuántas veces las tinieblas de la soledad, que oprimen a un alma, pueden ser desgarradas por el rayo luminoso de una sonrisa o de una palabra amable!"7.
II. El saludo ordinario del pueblo hebreo recobra en boca del Señor su sentido más profundo, pues la paz era uno de los dones mesiánicos por excelencia8. Con frecuencia despedía a quienes había hecho algún bien con estas palabras: Vete en paz9. A los discípulos les encarga una misión de paz. En la casa en que entréis decid primero: paz a esta casa10.
El desear la paz a los demás, el promoverla a nuestro alrededor es un gran bien humano, y cuando está animado por la caridad es también un gran bien sobrenatural. El tener paz en nuestra alma –condición para poder comunicarla– es señal cierta de que Dios está cerca de nosotros; es además un fruto del Espíritu Santo11. San Pablo exhortaba con frecuencia a los primeros cristianos a vivir con paz y alegría: alegraos (...), vivid en paz y el Dios de la caridad estará con vosotros12.
La paz verdadera es fruto de la santidad, del amor a Dios, de la lucha que supone el no dejar que se apague este amor por nuestras tendencias desordenadas y por nuestros pecados. Cuando se ama a Dios, el alma se convierte en un árbol bueno que se da a conocer por sus frutos. Las acciones que lleva a cabo revelan la presencia del Paráclito y, en cuanto causan un gozo espiritual, se llaman frutos del Espíritu Santo13. Uno de estos frutos es la paz de Dios que supera todo conocimiento14, la misma que Jesucristo deseó a los Apóstoles y a los cristianos de todos los tiempos. "Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo..., la paz sea con vosotros..., y esto, en medio de la tribulación"15.
La paz verdadera es la "tranquilidad en el orden"16; orden entre Dios y nosotros, orden entre nosotros y los demás. Si mantenemos ese orden tendremos paz y podremos comunicarla. El orden con Dios supone el deseo firme de desterrar de nuestra vida todo pecado, y el de poner a Cristo como centro de nuestra existencia. El orden con los demás lleva en primer lugar a vivir esmeradamente las relaciones de justicia (en las obras, en las palabras, en los juicios), pues la paz es obra de la justicia17. Y más allá de la justicia, la misericordia, que nos moverá en tantas ocasiones a ayudar, a consolar, a sostener a quienes lo necesitan. "Donde hay amor a la justicia, donde existe respeto a la dignidad de la persona humana, donde no se busca el propio capricho o la propia utilidad, sino el servicio a Dios y a los hombres, allí se encuentra la paz"18.
El Señor nos ha dejado la misión de pacificar la tierra, comenzando por poner paz en nuestra alma, en la familia, en el lugar donde trabajamos... Contribuiremos eficazmente a que cesen rencores y discordias, a crear un clima de colaboración y de entendimiento mutuo. La paz en una familia, en una comunidad del tipo que sea, no consiste en la mera ausencia de riñas y de disputas, lo que en ocasiones podría ser solo un signo de indiferencia mutua. La paz consiste en la armonía que lleva a colaborar en proyectos y en intereses comunes; la paz verdadera lleva a preocuparnos de los demás, de sus proyectos, de sus intereses, de sus penas.
El Señor desea que fomentemos en nuestro corazón grandes deseos de paz y de concordia en medio de este mundo que parece alejarse cada vez más de esta paz, porque los hombres en ocasiones no quieren tener a Dios en su corazón. A nosotros los cristianos nos pide que dejemos paz y alegría allí por donde pasemos.
III. Cristo es nuestra paz19. Desde hace veinte siglos nos repite: la paz os dejo, mi paz os doy. Nos lo dice a cada uno para que con nuestra vida lo pregonemos por todo el mundo, por ese mundo, quizá pequeño, en el que cada día se desenvuelve nuestra existencia.
La vida de los primeros cristianos ayudó a muchos a encontrar el sentido de su existencia. Llevaron la paz a la familia y a la sociedad en la que se desenvolvía su vida. En muchas inscripciones de aquella época se puede encontrar el saludo con que invocaban y se deseaban la paz. Esta paz, que es de Dios, permanecerá en la tierra mientras haya hombres de buena voluntad20. Una buena parte de nuestro apostolado consistirá en llevar la serenidad y la alegría a las personas que nos rodean; con más urgencia cuanto mayor sea la inquietud y la tristeza que encontremos a nuestro paso. "Deber de cada cristiano es llevar la paz y la felicidad por los distintos ambientes de la tierra, en una cruzada de reciedumbre y de alegría, que remueva hasta los corazones mustios y podridos, y los levante hacia Él"21.
Los demás deberían recordar a cada cristiano como a un hombre, a una mujer, que –aunque tuvo sufrimientos y pruebas como los demás– ofreció al mundo una imagen sonriente y sacrificada, amable y serena, porque vivió como un hijo de Dios. Este puede ser el propósito de nuestra oración de hoy: "Que nadie lea tristeza ni dolor en tu cara, cuando difundes por el ambiente del mundo el aroma de tu sacrificio: los hijos de Dios han de ser siempre sembradores de paz y de alegría"22. Esto solo es posible cuando somos conscientes de nuestra filiación divina.
El sabernos hijos de Dios nos dará paz firme, no sujeta a los vaivenes del sentimiento o de los incidentes de cada día, serenidad y firmeza, que tanto necesitamos. Mantener esta disposición abierta y amigable ante los demás nos incitará a luchar seriamente contra las posibles antipatías, que tienen su fundamento en una visión poco sobrenatural de las personas; contra las asperezas del carácter, que quitan la paz del ambiente y que indican falta de mortificación; contra el egoísmo; contra la comodidad..., que son obstáculos serios para la amistad y para el apostolado.
El deseo sincero de paz que el Señor pone en nuestro corazón nos debe llevar a evitar absolutamente todo aquello que causa división y desasosiego: los juicios negativos sobre los demás, las murmuraciones, las críticas, las quejas.
Acudamos a la Virgen, nuestra Madre, para no perder nunca la alegría y serenidad. "Santa María es –así la invoca la Iglesia– la Reina de la paz. Por eso, cuando se alborota tu alma, el ambiente familiar o el profesional, la convivencia en la sociedad o entre los pueblos, no ceses de aclamarla con ese título: "Regina pacis, ora pro nobis!" –Reina de la paz, ¡ruega por nosotros! ¿Has probado, al menos, cuando pierdes la tranquilidad?...–. Te sorprenderás de su inmediata eficacia"23.
1 Jn 14, 27. — 2 Jn 16, 33. — 3 Jn 20, 19-21. — 4 Cfr 1 Pdr 1, 3; Rom 1, 7. — 5 Cfr. Mt 5, 23. — 6 San Gregorio Nacianceno, en Catena Aurea, vol. VI, p. 545. — 7 Juan Pablo II, Hom. Roma, 11-II-1981. — 8 Cfr. Is 9, 7; Miq 5, 5. — 9 Cfr. Lc 7, 50; 8, 48. — 10 Lc 10, 5. — 11 Gal 5, 22. — 12 2 Cor 13, 11. — 13 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica, 1-2, q. 70, a. 1. — 14 Flp 4, 7. — 15 San Josemaría Escrivá, Cfr. Camino, n. 258. — 16 San Agustín, La Ciudad de Dios, 19, 13, 1. — 17 Is 32, 17. — 18 A. del Portillo, Homilía, 30-III-1985. — 19 Ef 2, 14. — 20 Lc 2, 14. — 21 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 92. — 22 Ibídem, n. 59. — 23 Ibídem, n. 874.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
En algunos países: María, Madre de la Iglesia
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Simón Stock, Santo Carmelita, Mayo 16
Recibió de la Santísima Virgen el Escapulario Carmelita San Simón Stock es uno de los personajes centrales de la historia de la Orden del Carmen, por dos títulos, sobre todo: a él se debe el cambio estructural de la Orden abandonando el eremitismo originario y entrando a formar parte de las ordenes mendicantes o de apostolado. Flor del Carmelo |
San Juan Nepomuceno, San Juan Nepomuceno, pídele al buen Dios que nos envíe muchos |
Nació en Bohemia (Checoslovaquia) hacia el año 1250, en un pueblo llamado Nopomuc y de ahí se le puso el sobrenombre Nepomuceno.
Fue párroco de Praga y obtuvo el doctorado en la Universidad de Padua. Después ocupó el alto puesto de Vicario General del Arzobispado (o sea el segundo después del Arzobispo) lo cual significa que era un hombre de total confianza para el prelado.
Pero el rey de Praga, Wenceslao, se dejaba llevar por dos terribles pasiones, la cólera y los celos y dicen las antiguas crónicas que siendo Juan Nepomuceno confesor de la reina, se le ocurrió al rey que el santo le debía contar los pecados que la reina le había dicho en confesión, y al no conseguir que le revelara estos secretos se propuso mandarlo asesinar. Luego el rey tuvo otro gran disgusto y consistió en que el monarca se proponía apoderarse de un convento para darle sus riquezas a un familiar, y el Vicario Juan Nepomuceno se le opuso rotundamente, porque esos bienes eran de la Santa Iglesia.
Entonces el rey mandó que al padre Juan lo ataran doblado, con la cabeza pegada sobre los pies, y que lo lanzaran al río Moldava. Fue en el año 1393. Los vecinos recogieron el cadáver y le dieron santa sepultura.
En 1725 (o sea más de 300 años después de su muerte) una comisión de sacerdotes, médicos y especialistas examinó la lengua del mártir que estaba incorrupta pero seca y gris. Y de pronto, en presencia de todos empezó a esponjarse y apareció de color de carne fresca, como si se tratara de la lengua de una persona viva. Todos se pusieron de rodillas y este milagro, presenciado por tantas personas y tan importantes, fue el cuarto milagro para declararlo santo.
Desde su muerte siempre San Juan Nepomuceno fue considerado patrono de los confesores, porque prefirió moro antes que revelar los secretos de la confesión. También ha sido considerado Patrono de la buena fama, porque prefirió el martirio, pero no permitió que la buena fama de una penitente fuera destrozada.
En Praga, en el puente desde el cual fue echado al río, se conserva una imagen de este gran santo, y muchas personas, al pasar por allí le rezan devotamente.
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Honorato de Amiens, Santo Obispo, Mayo 16
Patrón de los Panaderos y Pasterleros Es un nombre latino (Honoratus) que significa en primer lugar "persona a la que se honra por sus merecimientos". |
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Ubaldo Baldassini de Gubbio, Santo Obispo, Mayo 16
Obispo Nacido de noble cuna en Gubbio, Umbría, Italia. |
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Brendan el Navegante, Santo Monje, Mayo 16
Monje Perteneciente a la tribu de los altraiges de Kilkenny, descendiente de la estirpe de Edganacht, nació cerca de Tralee, en el Condado de Kerry por el año 460. |
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Fuente: Magnificat.ca
Andrés Bobola, Santo Mártir, Mayo 16
Polaco de origen extranjero (su familia procedía de la Bohemia, pero llevaba ya varias generaciones en el país), es uno de los símbolos de la martirizada Polonia. Cada vez que en la historia reciente la nación polaca se ha visto sumergida por invasiones y ha sido víctima de desmembramientos, la defensa de la fe y la esperanza en el futuro se han concretado en hechos milagrosos por intercesión de este jesuita. |
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Fuente: Santopedia.com
Vidal Vladibir Bajrak, Beato Sacerdote y Mártir, 16 de mayo
Mártir Greco-Católico Ucraniano Nació el 24 de febrero de 1907 en Shaikivtsi (región de Ternopol, en Ucrania). |
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Fuente: Santopedia.com
Miguel (Michal) Wozniak, Beato Presbítero y Mártir, Mayo 16
Presbítero y Mártir Hijo único de un matrimonio campesino, Juan y Mariana, desde pequeño quería ser sacerdote, a lo que se oponía su padre. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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