viernes, 13 de abril de 2018

[ † ] Sábado de la Santísima Virgen María. 14/04/2018. En su día, lo que más agrada a María, es la Misa matutina.

JA

JMJ

Pax

Vieron a Jesús caminando sobre las aguas

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 16-21

Gloria a ti, Señor.

A la caída de la tarde, los discípulos bajaron al lago, subieron a una barca y atravesaron el lago hacia Cafarnaún. Era ya de noche y Jesús no había llegado a donde estaban ellos. De pronto se levantó un viento fuerte que agitó el lago. Habían avanzado unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y tuvieron mucho miedo. Jesús les dijo:
"Soy yo. No tengan miedo".
Entonces quisieron subirlo a bordo y, al instante, la barca tocó tierra en el lugar al que se dirigían.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Catecismo 2181: La Eucaristía del domingo fundamenta y confirma toda la práctica cristiana. Por eso los fieles están obligados a participar en la Eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave."

 

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

sab 2a. Sem Pascua

Antífona de Entrada

Nosotros somos el pueblo redimido por Dios; anunciemos las maravillas del Señor que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Aleluya.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, obtengamos la verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

Eligieron siete hombres llenos del Espíritu Santo

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 6, 1-7

En aquellos días, debido a que
aumentaba el número de los discípulos, los creyentes de origen griego se quejaron contra los de origen judío, porque sus viudas no eran bien atendidas en la distribución diaria de los alimentos. Los Doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron:
"No está bien que nosotros dejemos de anunciar la palabra de Dios para dedicarnos al servicio de las mesas. Por tanto, hermanos, elijan de entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a los cuales encargaremos este servicio, para que nosotros podamos dedicarnos a la oración y al ministerio de la palabra".
La proposición agradó a todos, y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, prosélito de Antioquía. Los presentaron ante los apóstoles y ellos, después de orar, les impusieron las manos.
La palabra de Dios se extendía, el número de discípulos aumentaba mucho en Jerusalén, e incluso muchos sacerdotes aceptaban la fe.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Sal 32, 1-2.4-5.18-19

Aclamen, justos, al Señor.

Alégrense, justos, en el Señor, que la alabanza es propia de los buenos. Den gracias al Señor con el arpa, toquen para él con la lira de diez cuerdas.
Aclamen, justos, al Señor.

La palabra del Señor es sincera, todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, el amor del Señor llena la tierra.
Aclamen, justos, al Señor.

El Señor se fija en quienes lo respetan, en los que esperan en su misericordia, para librarlos de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Aclamen, justos, al Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Ha resucitado Cristo, el Señor, que creó el mundo y que ha salvado a los hombres por su misericordia.
Aleluya.

Evangelio

Vieron a Jesús caminando sobre las aguas

† Lectura del santo Evangelio según san Juan 6, 16-21

Gloria a ti, Señor.

A la caída de la tarde, los discípulos bajaron al lago, subieron a una barca y atravesaron el lago hacia Cafarnaún. Era ya de noche y Jesús no había llegado a donde estaban ellos. De pronto se levantó un viento fuerte que agitó el lago. Habían avanzado unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el lago, y tuvieron mucho miedo. Jesús les dijo:
"Soy yo. No tengan miedo".
Entonces quisieron subirlo a bordo y, al instante, la barca tocó tierra en el lugar al que se dirigían.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Acepta, Señor, estos dones que hemos preparado para el sacrificio eucarístico y transforma toda nuestra vida en una continua ofrenda.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Restauración universal por el misterio pascual

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque en él fue demolida nuestra antigua miseria, reconstruido cuanto estaba derrumbado y renovada en plenitud la salvación.
Por eso,
con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Antífona de la Comunión

Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que tú me confiaste y contemplen la gloria que me has dado. Aleluya.

Aleluya.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía, que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya y en la cual hemos participado, nos una cada vez más con el vínculo de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Dia 29/04 Santa Catalina de Siena (virgen y doctora de la Iglesia, blanco)

Antífona de Entrada

Esta es una virgen sabia y prudente, que salió a recibir a Cristo con la lámpara encendida.

 

Oración Colecta

Oremos:
Señor Dios, que hiciste a santa Catalina de Siena arder de amor divino en la contemplación de la pasión de tu Hijo y en su entrega al servicio de la Iglesia; concédenos, por su intercesión, vivir asociados al misterio de Cristo para que podamos llenarnos de alegría con la manifestación de su gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

 

Primera Lectura

La sangre de Cristo nos purifica de todo pecado

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1,5-10; 2, 1-2

Queridos hermanos: Este es el mensaje que hemos escuchado de labios de Jesucristo y que ahora les anunciamos: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. Si decimos que estamos con Dios, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no vivimos conforme a la verdad. Pero, si vivimos en la luz, como él vive en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.
Si decimos que no tenemos ningún pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, hacemos pasar a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.
Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguien peca, tenemos como intercesor ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Porque él se ofreció como víctima de expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los del mundo entero.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del salmo 102

Bendice al Señor, alma mía.

Bendice al Señor, alma mía, y todo lo que soy, su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no eches al olvido sus favores.
Bendice al Señor, alma mía.

Pues el Señor perdona tus pecados y tus dolencias cura; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura.
Bendice al Señor, alma mía.

El Señor es clemente y bondadoso, lento al enojo, pronto a la indulgencia; no está siempre acusando ni su rencor por siglos alimenta.
Bendice al Señor, alma mía.

Como un padre amoroso con su hijo, así es tierno el Señor con quien lo quiere; pues sabe bien de lo que estamos hechos y no olvida que somos barro débil.
Bendice al Señor, alma mía.

El amor del Señor por siempre permanece, y su justicia llega hasta los hijos y a la generación siguiente de los hombres que cumplen con su alianza y sus leyes recitan y obedecen.
Bendice al Señor, alma mía.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.

Evangelio

Has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla

+ Lectura del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-30

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó:
"¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien!
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave, y mi carga ligera".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Recibe, Señor, el sacrificio de salvación que te ofrecemos en la conmemoración de santa Catalina; que ella nos instruya con sus enseñanzas para que podamos darte gracias con mayor fervor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

Eficacia de la acción de los santos

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno por Cristo, Señor nuestro.
Porque mediante el testimonio admirable de tus santos fecundas sin cesar a tu Iglesia con vitalidad siempre nueva, dándonos así pruebas evidentes de tu amor. Ellos nos estimulan con su ejemplo en el camino de la vida y nos ayudan con su intercesión.
Por eso,
ahora, nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos diciendo:

Antífona de la Comunión

Sepan que yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Señor, el alimento del cielo que hemos recibido y que sustentó la vida temporal de santa Catalina, sea para nosotros prenda segura de gloria eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

Pascua. 2ª semana. Sábado

PERMANECERÁ HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS

— Indefectibilidad de la Iglesia, a pesar de las persecuciones, de las herejías, de las infidelidades.

— Los ataques a la Iglesia nos llevarán a amarla más, a desagraviar.

— Tampoco en nuestra vida faltarán momentos de oscuridad, de tribulación y de prueba. Seguridad junto al Señor. Ayuda de la Virgen.

I. Inmediatamente después de la multiplicación de los panes y de los peces, y cuando la multitud se hubo saciado, Jesús mismo la despidió y ordenó a sus discípulos que embarcaran. La tarde estaba ya muy avanzada.

Narra el Evangelio de la Misa1 que los Apóstoles se dirigieron hacia la otra orilla, hacia Cafarnaún. Ya había oscurecido y Jesús no estaba con ellos. Por el Evangelio de San Mateo sabemos que se despidió también de ellos y subió a un monte a orar2. El mar estaba agitado por el fuerte viento que soplaba3, y la barca estaba batida fuertemente por las olas, por tener el viento en contra4.

La tradición ha visto en esta barca la imagen de la Iglesia5 en medio del mundo, zarandeada a lo largo de los siglos por el oleaje de las persecuciones, de las herejías, de las infidelidades. "Aquel viento –comenta Santo Tomás– es figura de las tentaciones y de las persecuciones que padecerá la Iglesia por falta de amor. Porque como dice San Agustín, cuando se enfría el amor aumentan las olas... Sin embargo, el viento, la tempestad, las olas y las tinieblas no conseguirán que la nave se aparte de su rumbo y quede destrozada"6. Desde los primeros momentos tuvo que afrontar contradicciones de dentro y de fuera. También en nuestros días sufre esos embates nuestra Madre la Iglesia, y con ella sus hijos. "No es algo nuevo. Desde que Jesucristo Nuestro Señor fundó la Santa Iglesia, esta Madre nuestra ha sufrido una persecución constante. Quizá en otras épocas las agresiones se organizaban abiertamente; ahora, en muchos casos, se trata de una persecución solapada. Hoy como ayer, se sigue combatiendo a la Iglesia (...).

"Cuando oímos voces de herejía (...), cuando observamos que se ataca impunemente la santidad del matrimonio, y la del sacerdocio; la concepción inmaculada de Nuestra Madre Santa María y su virginidad perpetua, con todos los demás privilegios y excelencias con que Dios la adornó; el milagro perenne de la presencia real de Jesucristo en la Sagrada Eucaristía, el primado de Pedro, la misma Resurrección de Nuestro Señor, ¿cómo no sentir toda el alma llena de tristeza? Pero tened confianza: la Santa Iglesia es incorruptible"7.

Nos hacen sufrir los ataques a la Iglesia, pero a la vez nos da una inmensa seguridad y una gran paz que Cristo mismo esté dentro de la barca; vive para siempre en la Iglesia, y por eso las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella8; durará hasta el fin de los tiempos. Todo lo demás, todo lo humano pasa; pero la Iglesia permanece siempre tal como Cristo la quiso. El Señor está presente, y la barca no se hundirá, aunque a veces se vea zarandeada de un lado para otro. Esta asistencia divina fundamenta nuestra inquebrantable fe: la Iglesia, frente a todas las contingencias humanas, siempre permanecerá fiel a Cristo en medio de todas las tempestades, y será el sacramento universal de salvación. Su historia es un milagro moral permanente en el que podemos fortalecer siempre nuestra esperanza.

Ya en tiempos de San Agustín los paganos afirmaban: "La Iglesia va a perecer, los cristianos ya han terminado". A lo cual respondía el Santo Doctor: "Sin embargo, yo os veo morir cada día y la Iglesia permanece siempre en pie, anunciando el poder de Dios a las sucesivas generaciones"9.

¡Qué poca fe la nuestra si se insinúa la duda, porque ha arreciado la tempestad contra Ella, contra sus instituciones o contra el Romano Pontífice y los obispos! No nos dejemos impresionar por las circunstancias adversas, porque perderíamos la serenidad, la paz y la visión sobrenatural. Cristo está siempre muy cerca de nosotros y nos pide confianza. Está junto a cada uno, y no debemos temer nada. Hemos de rezar más por su Iglesia, ser más fieles a nuestra propia vocación, hacer más apostolado entre nuestros amigos, desagraviar más.

II. La indefectibilidad de la Iglesia significa que esta tiene carácter imperecedero, es decir, que durará hasta el fin del mundo, e igualmente que no sufrirá ningún cambio sustancial en su doctrina, en su constitución o en su culto.

El Concilio Vaticano I dice de la Iglesia que posee "una estabilidad invicta", y que, "edificada sobre una roca, subsistirá firme hasta el fin de los tiempos"10.

La razón de la permanencia de la Iglesia está en su íntima unión a Cristo, que es su Cabeza y Señor. Después de subir a los cielos envió a los suyos el Espíritu Santo para que les enseñase toda la verdad11, y cuando les encargó predicar el Evangelio a todas las gentes, les aseguró que Él estaría siempre con ellos todos los días hasta el fin del mundo12.

La Iglesia da muestras de su fortaleza resistiendo, inconmovible, todos los embates de las persecuciones y de las herejías. El Señor mismo mira por ella, "ya sea iluminando y fortificando a la jerarquía para que cumpla fiel y fructuosamente su cargo, ya sea –en circunstancias muy graves sobre todo– suscitando en el seno de la Madre Iglesia, hombres y mujeres insignes por su santidad, a fin de que sirvan de ejemplo a los demás cristianos para acrecentamiento de su Cuerpo místico. Añádase a esto que Cristo desde el Cielo mira siempre con particular afecto a su Esposa inmaculada, que sufre en el desierto de este mundo, y, cuando la ve en peligro, por sí mismo o por sus ángeles o por Aquella que invocamos como auxilio de los cristianos y por otros abogados celestiales, la libra de las oleadas de la tempestad y, una vez calmado y apaciguado el mar, la consuela con aquella paz que sobrepuja todo entendimiento (Flp 4, 7)"13. La fe nos atestigua que esta firmeza en su constitución y en su doctrina durará siempre, hasta que Él venga14.

"En ciertos ambientes, sobre todo en los de la esfera intelectual, se aprecia y se palpa como una consigna de sectas, servida a veces hasta por católicos, que –con cínica perseverancia– mantiene y propaga la calumnia, para echar sombras sobre la Iglesia, o sobre personas y entidades, contra toda verdad y toda lógica.

"Reza a diario, con fe: "ut inimicos Sanctae Ecclesiae –enemigos, porque así se proclaman ellos– humiliare digneris, te rogamus audi nos!". Confunde, Señor, a los que te persiguen, con la claridad de tu luz, que estamos decididos a propagar"15.

Los ataques a la Iglesia, los malos ejemplos, los escándalos nos llevarán a amarla más, a pedir por esas personas y a desagraviar. Permanezcamos siempre en comunión con Ella, fieles a su doctrina, unidos a sus sacramentos, dóciles a la jerarquía.

III. Cuando ya los Apóstoles habían remado unas tres millas, Jesús llega inesperadamente caminando sobre las aguas, para robustecer su fe débil y para darles ánimos en medio de la tempestad. Se acercó y les dijo: Soy yo, no temáis. Entonces ellos quisieron recibirle en la barca; y al instante la barca llegó a tierra, a donde iban16.

En nuestra vida personal quizá no falten tempestades –momentos de oscuridad, de turbación interior, de incomprensiones...– y, con más o menos frecuencia, situaciones en las que deberemos rectificar el rumbo, porque nos hayamos desviado. Entonces, procuremos ver al Señor que viene siempre entre la tormenta de los sufrimientos, sepamos aceptar las contrariedades con fe, como bendiciones del Cielo, para purificarnos y acercarnos más a Dios.

Soy yo, no temáis. Quien reconoce la voz tranquilizadora de Cristo en medio de los sinsabores, del tipo que sean, encuentra enseguida la seguridad de llegar a tierra firme: ellos quisieron recibirle en la barca; y al instante la barca llegó a tierra, a donde iban, a donde quería el Señor que fueran. Basta estar en su compañía para sentirnos seguros siempre. La inseguridad nace cuando se debilita nuestra fe, cuando no acudimos al Señor porque parece que no nos oye o que se despreocupa de nosotros. Él sabe bien lo que nos pasa, y quiere que acudamos a Él en demanda de ayuda. Nunca nos dejará en un apuro. ¡Qué confianza deben darnos las palabras de Jesús que hoy recoge la Antífona de comunión!: Padre, este es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy...17.

Puede parecer, en algunos tiempos más o menos largos, que Cristo no está, como si nos hubiera abandonado o no escuchara nuestra oración. Pero Él nunca abandona. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles... –escucharemos en el Salmo responsorial–, para librar sus vidas de la muerte18.

Si permanecemos cerca del Señor, mediante la oración personal y los sacramentos, lo podremos todo. Con Él, las tempestades interiores y de fuera, se tornan ocasiones de crecer en fe, en esperanza, en caridad, en fortaleza... Quizá con el paso del tiempo comprendamos el sentido de esas dificultades.

De todas las pruebas, tentaciones y tribulaciones por las que hemos de pasar, si estamos junto a Cristo, saldremos con más humildad, más purificados, con más amor a Dios. Y siempre contaremos con la ayuda de nuestra Madre del Cielo. "No estás solo. —Lleva con alegría la tribulación. —No sientes en tu mano, pobre niño, la mano de tu Madre: es verdad. —Pero... ¿has visto a las madres de la tierra, con los brazos extendidos, seguir a sus pequeños, cuando se aventuran, temblorosos, a dar sin ayuda de nadie los primeros pasos? —No estás solo: María está junto a ti"19. Está en todo momento, pero particularmente cuando, por los motivos que sean, lo pasamos mal. No dejemos de acudir a Ella.

1 Cfr. Jn 6, 16-21. — 2 Cfr. Mt 14, 23. — 3 Cfr. Jn 6, 18. — 4 Cfr. Mt 14, 24. — 5 Cfr. Tertuliano, De Baptismo, 12. — 6 Santo Tomás, Comentario sobre San Juan, in loc. — 7 San Josemaría Escrivá, Homilía El fin sobrenatural de la Iglesia, 28-V-1972. — 8 Mt 16, 18. — 9 Citado por G. Chevrot, Simón Pedro, p. 116. — 10 Dz 1824. — 11 Cfr. Jn 14, 16. — 12 Cfr. Mt 28, 20. — 13 Pío XII, Enc. Mystici Corporis, 29-VI-1943. — 14 Cfr. 1 Cor 11. — 15 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 936. — 16 Jn 6, 20-21. — 17 Jn 17, 24. — 18 Sal 32. — 19 San Josemaría Escrivá, Camino, n. 900.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Santa Liduvina
Paciente enferma crónica
Año 1433

 

Oración

Santa Liduvina: Alcánzanos de Dios la gracia de aceptar con paciencia nuestros sufrimientos como pago por nuestros pecados y para conseguir la conversión y salvación de muchos pecadores.

Historia

Esta santa es la Patrona de los enfermos crónicos. Ella nos enseña a aprovechar la enfermedad para pagar nuestros pecados, convertir pecadores y conseguir un gran premio en el cielo. El decreto de Roma al declararla santa dice: Santa Liduvina fue "un prodigio de sufrimiento humano y de paciencia heroica".

Liduvina nació en Schiedam, Holanda, en 1380. Su padre era muy pobre y tenía por oficio el de "celador" o cuidador de fincas. Hasta los 15 años Liduvina era una muchacha como las demás: alegre, simpática, buena y muy bonita. Pero en aquel año su vida cambió completamente. Un día, después de jugar con sus amigos iban a patinar y en el camino callo en el hielo partiéndose la columna vertebral.

La pobre muchacha empezó desde entonces un horroroso martirio. Continuos vómitos, jaquecas, fiebre intermitente y dolores por todo el cuerpo la martirizaban todo el día. En ninguna posición podía descansar. La altísima fiebre le producía una sed insaciable. Los médicos declararon que su enfermedad no tenía remedio.

Liduvina se desesperaba en esa cama inmóvil, y cuando oía a sus compañeras correr y reír, se ponía a llorar y a preguntar a Dios por qué le había permitido tan horrible martirio. Pero un día Dios le dio un gran regalo: nombraron de párroco de su pueblo a un verdadero santo, el Padre Pott. Este virtuoso sacerdote lo primero que hizo fue recordarle que "Dios al árbol que más lo quiere más lo poda, para que produzca mayor fruto y a los hijos que más ama más los hace sufrir". Le colocó en frente de la cama un crucifijo, pidiéndole que de vez en cuando mirara a Jesús crucificado y se comparara con El y pensara que si Cristo sufrió tanto, debe ser que el sufrimiento lleva a la santidad.

En adelante ya no volvió más a pedir a Dios que le quitara sus sufrimientos, sino que se dedicó a pedir a Nuestro Señor que le diera valor y amor para sufrir como Jesús por la conversión de los pecadores, y la salvación de las almas.

Santa Liduvina llegó a amar de tal manera sus sufrimientos que repetía: "Si bastara rezar una pequeña oración para que se me fueran mis dolores, no la rezaría". Descubrió que su "vocación" era ofrecer sus padecimientos por la conversión de los pecadores. Se dedicó a meditar fuertemente en la Pasión y Muerte de Jesús. Y en adelante sus sufrimientos se le convirtieron en una fuete de gozo espiritual y en su "arma" y su "red" para apartar pecadores del camino hacia el infierno y llevarlos hacia el cielo. Decía que la Sagrada Comunión y la meditación en la Pasión de Nuestro Señor eran las dos fuentes que le concedían valor, alegría y paz.

La enfermedad fue invadiendo todo su cuerpo. Una llaga le fue destrozando la piel. Perdió la vista por un ojo y el otro se le volvió tan sensible a la luz que no soportaba ni siquiera el reflejo de la llama de una vela. Estaba completamente paralizada y solamente podía mover un poco el brazo izquierdo. En los fríos terribles del invierno de Holanda quedaba a veces en tal estado de enfriamiento que sus lágrimas se le congelaban en la mejilla. En el hombro izquierdo se le formó un absceso dolorosísimo y la más aguda neuritis (o inflamación de los nervios) le producía dolores casi insoportables. Parecía que ya en vida estuviera descomponiéndose como un cadáver. Pero nadie la veía triste o desanimada, sino todo lo contrario: feliz por lograr sufrir por amor a Cristo y por la conversión de los pecadores. Y cosa rara: a pesar de que su enfermedad era tan destructora, se sentía a su alrededor un aroma agradable y que llenaba el alma de deseos de rezar y de meditar.

Cuentan las antiguas crónicas que recién paralizada una noche Liduvina soñó que Nuestro Señor le proponía: "Para pago de tus pecados y conversión de los pecadores, ¿qué prefieres, 38 años tullida en una cama o 38 horas en el purgatorio?". Y que ella respondió: "prefiero 38 horas en el purgatorio". Y sintió que moría que iba al purgatorio y empezaba a sufrir. Y pasaron 38 horas y 380 horas y 3,800 horas y su martirio no terminaba, y al fin preguntó a un ángel que pasaba por allí, "¿Por qué Nuestro Señor no me habrá cumplido el contrato que hicimos? Me dijo que me viniera 38 horas al purgatorio y ya llevo 3,800 horas". El ángel fue y averiguó y volvió con esta respuesta: "¿Qué cuántas horas cree que ha estado en el Purgatorio?" ¡Pues 3,800! ¿Sabe cuánto hace que Ud. se murió? No hace todavía cinco minutos que se murió. Su cadáver todavía está caliente y no se ha enfriado. Sus familiares todavía no saben que Ud. se ha muerto. ¿No han pasado cinco minutos y ya se imagina que van 3,800?". Al oír semejante respuesta, Liduvina se asustó y gritó: Dios mío, prefiero entonces estarme 38 años tullida en la tierra. Y despertó. Y en verdad estuvo 38 años paralizada y a quienes la compadecían les respondía: "Tengan cuidado porque la Justicia Divina en la otra vida es muy severa. No ofendan a Dios, porque el castigo que espera a los pecadores en la eternidad es algo terrible, que no podemos ni imaginar.

En 1421, o sea 12 años antes de su muerte, las autoridades civiles de Schiedam (su pueblo) publicaron un documento que decía: "Certificamos por las declaraciones de muchos testigos presenciales, que durante los últimos siete años, Liduvina no ha comido ni bebido nada, y que así lo hace actualmente. Vive únicamente de la Sagrada Comunión que recibe".

Santa Liduvina, paralizada y sufriendo espantosamente en su lecho de enferma, recibió de Dios los dones de anunciar el futuro a muchas personas y de curar a numerosos enfermos, orando por ellos. A los 12 años de estar enferma y sufriendo, empezó a tener éxtasis y visiones. Mientras el cuerpo quedaba como sin vida, en los éxtasis conversaba con Dios, con la Sma. Virgen y con su Angel de la Guarda. Unas veces recibía de Dios la gracia de poder presenciar los sufrimientos que Jesucristo padeció en su Santísima Pasión. Otras veces contemplaba los sufrimientos de las almas del purgatorio, y en algunas ocasiones le permitían ver algunos de los goces que nos esperan en el cielo.

Dicen los que escribieron su biografía que después de cada éxtasis se afirmaba más y más en su "vocación" de salvar almas por medio de su sufrimiento ofrecidos a Dios, y que al finalizar cada una de estas visiones aumentaban los dolores de sus enfermedades pero aumentaba también el amor con el que ofrecía todo por Nuestro Señor.

Cambiaron al santo párroco que tanto la ayudaba, por otro menos santo y menos comprensivo, quien empezó a decir que Liduvina era una mentirosa que inventaba lo que decía. El pueblo se levantó en revolución para defender a su santa y las autoridades para evitar problemas, nombraron una comisión investigadora compuesta por personalidades muy serias. Los investigadores declararon que ella decía toda la verdad y que su caso era algo extraordinario que no podía explicarse sin una intervención sobrenatural. Y así la fama de la santa creció y se propagó.

En los últimos siete meses Santa Liduvina no pudo dormir ni siquiera una hora a causa de sus tremendos dolores. Pero no cesaba de elevar su oración a Dios, uniendo sus sufrimientos a los padecimientos de Cristo en la Cruz.

Y el 14 de abril de 1433, día de Pascua de Resurrección poco antes de las tres de la tarde, pasó santamente a la eternidad. Pocos días antes contempló en una visión que en la eternidad le estaban tejiendo una hermosa corona de premios. Pero aun debía sufrir un poco. En esos días llegaron unos soldados y la insultaron y la maltrataron. Ella ofreció todo a Dios con mucha paciencia y luego oyó una voz que le decía: "con esos sufrimientos ha quedado completa tu corona. Puedes morir en paz".

La última petición que le hizo al médico antes de morir fue que su casa la convirtieran en hospital para pobres. Y así se hizo. Y su fama se extendió ya en vida por muchos sitios y después de muerta sus milagros la hicieron muy popular. Tiene un gran templo en Schiedam. Tuvo el honor de que su biografía la escribiera el escritor Tomás de Kempis, autor del famosísimo libro "La imitación de Cristo".

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Fuente: Multimedios.org
Valeriano, San Mártir, Abril 14  

Valeriano, San

Mártir

Etimológicamente significa "fuerte, robusto". Viene de la lengua latina.

Mártir romano, probablemente del tiempo de Juliano el Apóstol, esposo de la popular virgen Cecilia. Según las tradiciones fue convertido por ella el día mismo de la boda con medios sobrenaturales y milagrosos. Sobre su casa se edificó luego un templo, en el que reposan las reliquias de su santa consorte. — Fiesta 14 de abril.

Una de las imágenes más sugerentes y humanas con que la divina Palabra nos ha introducido en el misterio de la Redención la constituyen las llamadas -bodas del Cordero-.

Dios ha amado a la humanidad con amor de Esposo y en el banquete nupcial se entrega a sí mismo como víctima y como alimento. Es realmente un vínculo de sangre el que sella estas bodas sublimes, es la sangre del Cordero, del Hijo de Dios inmolado. Por ello se comprende y se admira el profundo sentido cristiano que guió a la piedad de nuestros antepasados, ya desde muchos siglos atrás, en tejer con minuciosos detalles en torno a unas nupcias, mitad terrenas y mitad espirituales, este bello poema de virginidad y de martirio, de amor y de sacrificio, el poema de Cecilia y Valeriano, el poema de Cristo presente en el amor transparente de los dos jóvenes.

Y el poema es cantado cada año por toda la Iglesia, en el oficio divino en honor de la santa esposa. Valeriano entra como segundo personaje, el convertido, el amante brioso, pero íntegro, que no duda en renunciar al goce sensible para unirse con ella en el amor supremo, el amor que salva y los une a los dos con Dios y en Dios.

La narración es suave e insinuante. Durante el banquete nupcial Cecilia, preparada anteriormente con larga oración y ayuno, sin dejar de participar en el bullicio y la alegría, entona su cántico de confianza: Que mi corazón permanezca inmaculado.

Luego viene el momento del encuentro con el esposo. Valeriano se acerca a Cecilia con toda la ilusión de su juventud, con toda la satisfacción del amor conquistado.

Cecilia pronuncia extrañas palabras. Un ángel guarda su virginidad; le invita a colaborar con el ángel, le promete ver también él al ángel si antes es lavado por un baño sagrado.

Valeriano, enamorado, no duda de Cecilia, se le confía, se convierte, y va en busca de la iglesia en su Cabeza, el Papa oculto. Éste le instruye en el misterio y, tras pedirlo insistente, le administra el santo bautismo.

Vuelve presuroso al tálamo nupcial, y descubre a su esposa en oración, con un ángel a su lado, más resplandeciente que el sol y ofreciendo a los dos una guirnalda de parte del Esposo de las vírgenes. Valeriano adora, cree, goza. Con la esposa.

Y no tarda en conseguir tiempo después la conversión de su hermano Tiburcio, que sigue su mismo camino. Así Cecilia puede presentar a los dos hermanos como sus más preciadas coronas del día de sus esponsales, como el fruto de su amor y de su sabiduría...

Pronto su esposo probará su espíritu y la profundidad con que siente su nueva vida. Primero dedicado intensamente a la caridad para con los pobres, compitiendo con Cecilia en su ya famoso desprendimiento.

Después será su valentía y decisión ante el prefecto Almaquio.

Los dos hermanos confiesan que son cristianos, y pretenden adoctrinar a los que asisten al juicio, en la verdadera religión. Son cruelmente apaleados, pero en pleno suplicio muestran sus rostros llenos de alegría por la gracia de poder dar su sangre por Jesucristo. Y de este modo, pasan delante de Cecilia, que pronto les seguirá en el camino del testimonio sangriento. Valeriano había amado de verdad y en el cielo, junto con su esposa, participa en el eterno banquete de gloria al Cordero. En la tierra, sus reliquias fueron conservadas, para gloria de Dios en sus santos, y se conservan en la iglesia dedicada a Santa Cecilia, en el Trastévere.

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Juan de Montemarano, Santo Obispo, Abril 14  

Juan de Montemarano, Santo

Obispo

Martirologio Romano: En Montemarano, de la Campania, san Juan, obispo, que se dedicó a ayudar a los pobres y a la santificación del clero (s. XI/XII).

Etimología: Juan = Dios es misericordia. Viene de la lengua hebrea.

Juan fue obispo de Montemarano, esta ciudad está rodeada de arboleda y es un centro agrícola de primer orden. Está en lo que fue la antigua Via Apia. Hoy pertenece a la diócesis de Nusco, Italia. Antes había sido sede episcopal.

El obispo electo para esta villa fue nombrado expresamente por el Papa Gregorio VII. Juan era monje.

Se entregó con tanto ardor a querer a la gente, sobre todo a la marginada y pobre en todos los sentidos, que llegó un momento en que los mismo obispos hicieron de él esta magnífica definición:"Padre de los pobres".

Pienso que no hay mayor timbre de gloria para un obispo que le llamen así.

Indica que había captado el Evangelio en su más bella y profunda radicalidad.

Pero fue algo más que eso. Se recuerda que, una vez consagrado obispo, se dedicó a la agricultura.

Trabajaba para los pobres. Igual que habían hecho anteriormente los monjes de Montevirgen.

Los habitantes le recuerdan todavía, y le han levantado una hermosa catedral para honrar su memoria.

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Fuente: ar.geocities.com/misatridentina01 || Archidiócesis de Madrid
Pedro González (San Telmo), Santo Dominico, Abril 14  

Pedro González (San Telmo), Santo

El bienaventurado y apostólico varón san Pedro González, llamado vulgarmente san Telmo, nació de padres nobles en la villa de Fromesta, a cinco leguas de la ciudad de Palencia.

Dióle el obispo, que era tío suyo, un canonicato, cuando aun no le sobraban los años, ni la gravedad y asiento que para aquel ministerio con venía, y procuró además que el Papa le diese el decanato.

Cuando Pedro González hubo de tomar la posesión, que fue el día de Pascua de Navidad, quiso el nuevo canónigo celebrar la fiesta, no como eclesiástico sin como lego y profano.

Vistióse para aquel día galana y profanamente, y salió con otros en un caballo brioso muy bien aderezado por toda la ciudad, desempedrando, como dicen, las calles a carreras, con gran desenvoltura y escándalo del pueblo. Pero para que se entiendan las maneras que Dios nuestro Señor toma para convertir las almas y atraerlas a sí, partiendo desaforadamente por la calle más principal de Palencia, cayó el caballo en medio de la carrera y dio con el canónigo en un lodo muy asqueroso, con harta risa de los que le vieron; porque cuando fueron a socorrerle, no había gala, ni vestido, ni rostro que diese muestra de lo que había sido.

Fue tan grande la vergüenza que causó a Pedro González aquella caída, que no podía levantar la cabeza, ni le parecía que podría ya vivir entre gente, hombre a quien tal desgracia había acontecido.

Alumbróle Dios al mismo tiempo el corazón; y hablando entre sí dijo: "Pues el mundo me ha tratado como quien es, yo haré que no se burle otra vez de mí".

Con esto, se va a un convento de santo Domingo, y con admiración de todos los que le conocían, tomó el hábito, y comenzó a vivir con tan grande perfección, que vino a ser un gran santo.

Predicaba después con obras y palabras, y como ángel del Señor; hablaba con tal fuerza de espíritu, que enternecía las piedras e inflamaba los corazones helados.

Despoblábanse los lugares en su seguimiento y muchas leguas iban caminando por oírle viejos y mozos, hombres y mujeres, ricos y pobres: y con este celo y espíritu anduvo por los reinos de España y estuvo en la corte del santo rey don Fernando, y se halló con él en el cerco de Sevilla y en otras guerras contra los moros.

Pero donde el santo más tiempo estuvo fue en Galicia, donde entre otras cosas hizo un puente sobre el río Miño, no lejos de Rivadavia, por los muchos peligros y muertes que sucedían en aquel paso.

Finalmente, después de haber ganado para Cristo innumerables almas y resplandecido con muchos milagros, en el domingo de Cuasimodo, dio en la ciudad de Tuy su bendita alma al Señor, el cual manifestó la gloria de su siervo con doscientos ocho milagros bien conocidos.

En el año 1254 el Papa Inocenci IV lo beatificó, y el 13 de diciembre de 1741 el Papa Benedicto XIV confirmó su culto.

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Es uno de los santos medievales más populares, cuya figura se agrandó por el juego de la fábula y cuyos milagros verdaderos o menos contribuyeron a meterlo en las entrañas del pueblo.

Su verdadero nombre de pila es Pedro y llevó como apellidos González Termo. Nació en una familia muy cristiana alrededor del año 1185, cuando es rey en León Fernando II y en Castilla Alfonso VIII; se bautizó en la iglesia románica de san Martín de Frómista, en Palencia.

Un tío suyo que es canónigo y llega a obispo se encarga de su educación. El joven Telmo entra en los Estudios Generales - centro, orgullo de los palentinos, recientemente establecido por Alfonso VIII, el vencedor de las Navas, antes aún que el de Salamanca, fundado en el siglo XIII por Alfonso IX-. Su inteligencia está mejor dotada que la de muchos; rinde más por los buenos maestros que por el esfuerzo que pone. No está Palencia para mucho intelectual esfuerzo ya que en la época no mandan los letrados teólogos sino los armados caballeros; es el tiempo del romance con juglares y trovadores que ganan su vida cantando batallas por el camino de Santiago bien cercano. A decir verdad, a Telmo le va la jarana, la bulla, la chanza y los torneos. Influye en la estudiantina y en el pueblo. Tiene éxito entre las mozas y es ¡sobrino mimado del obispo! Aunque las disposiciones son mínimas y parece que no habrá muchas promesas de buen clérigo, su tío lo hace canónigo y al poco tiempo lo eleva a deán con pingüe beneficio.

Telmo quiere tomar posesión el día de Navidad con cabalgata sonada. Así se disponen las cosas y nunca tuvo Palencia aire de mayor festejo. En bello alazán va el joven caballero, elegante, enjaretado, orgulloso y arrogante. El aplauso y los gritos van in crescendo, es el frenesí, el paroxismo del triunfo... pero en el cénit de la aclamación empieza Dios a prepararle un encuentro. Cabriolas del caballo y cuerpo en lodazal del ilustre caballero. Muestra vergüenza en la cara y siente vergüenza por dentro. Levantado entre las burlas, -es grande la chacota del pueblo y el ridículo que ha hecho- entra en casa. Es la ocasión de Dios. A lo Damasco hay conversión en un momento. Un fulminante cambio se da en Telmo. Está rezando, pide luz para ver el mejor modo de morir al mundo para siempre.

Rechaza el deanato, renuncia a la canongía y a sus prebendas. Llama a las puertas del convento de Dominicos que ha poco fundó en Palencia Domingo de Guzmán y donde se forman monjes que para la disputa con los albigenses. Allí se entrega a la oración, con disciplina y sacrificio, orden, obediencia, sacrificio, humildad, estudio, servicio a los demás y... ¡con alegría por dentro! Pasado un tiempo, con dotes de predicador innatas, explica la doctrina al pueblo, se producen conversiones, dedica tiempo a los pobres y visita a los enfermos.

Andalucía es promesa ahora que Fernando el Santo es rey de los dos reinos. Se ha pasado la línea de Sierra Morena y la arrebatar el sur a la Media Luna es el empeño de la cruzada. Los ejércitos están necesitados de ilusión, los soldados tienen alma que cuidar cuando los avances y retrocesos son vandálicos y las pasiones entran en juego. Allá está Telmo predicando, perdonando, alentando y encauzando a caballeros y mesnadas.

Un insólito hecho, provocado bien por la basteza de los descontentos o quizá por la zafiedad de los soldados, pone a prueba la solidez del santo que juzgaban "de cartón". Contratando una mujer ligera, experta en bajos oficios, han preparado la tentación. Telmo enciende un buen fuego y se arroja a las llamas solucionando el asunto ante el horror de la desgraciada y el asombro de los "listos".

De nuevo en Galicia, es Lugo quien se beneficia de su actividad apostólica. Las predicaciones son multitudinarias y con frecuencia son insuficientes los templos. Difunde ampliamente el Santo Rosario y tiene los primeros contactos con los marineros.

Córdoba es también, cuando la toman en el 1236, el lugar donde ejerce Telmo el ministerio y ahora es consejero y confesor del rey Fernando, además de atender a los ejércitos. Una preciosa tabla de la catedral de Tuy representa al rey arrodillado dentro de la real tienda con Telmo sentado impartiéndole perdón y consejo. Pero, como no es palaciego, terminado el encargo, vuelve a la Galicia de sus sueños.

Tuy se aprovechará de sus desvelos. Enseña lo que sabe, tiene cura de almas, resalta su oficio de padre de los pobres, dirige conciencias, socialmente influye -con la formación que da a los pescadores y marineros- poniendo los cimientos de lo que luego serán las cofradías y los gremios. Dicen que le vieron hacer milagros, mandar a las nubes, aplacar tormentas, atravesar a pie el Miño, conseguir milagrosamente comida y predecir el día y hora de su muerte conocidos por aviso del Cielo.

El obispo don Lucas -el autor del Chronicon Mundi- presidió sus funerales, mandó fabricar su mausoleo, conservar religiosamente sus reliquias y recoger información judicial para abrir su proceso.

Tantos portentos ha habido por medio del santo de tierra adentro que los marinos y pescadores aprenden a leer en el fenómeno eléctrico la presencia de san Telmo, y aún hoy no dejan de invocarle sin descanso cuando llega la tormenta y retumba el trueno.

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Fuente: Franciscanos.org
Isabel (Josefina) Calduch Rovira, Beata Virgen y Mártir, Abril 14  

Isabel (Josefina) Calduch Rovira, Beata

Mártir Clarisa Capuchina

Nació en Alcalá de Chivert (Castellón) el 9 de mayo de 1882, y fue martirizada en Cuevas de Vinromá (Castellón) el 14 de abril de 1937.

Profesó en el monasterio de Capuchinas de Castellón de la Plana el 28 de abril de 1901.

Fue maestra de novicias. Cerrado su monasterio por fuerza de las circunstancias, se refugió en casa de su hermano.

Fue arrestada el 13 de abril de 1937, vejada, maltratada y asesinada aquel mismo día junto al cementerio de Cuevas de Vinromá.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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