miércoles, 25 de octubre de 2017

[ † ] Jueves del Santísimo Sacramento. 26/10/2017. Venerable Paulina María Jaricot ¡ruega por nosotros y el Rosario Viviente!

JA

JMJ

Pax

No he venido a traer paz, sino más bien división

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!
Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo, no he venido a traer paz, sino más bien división.
De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos: el padre, contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!

Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm

Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs

Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.

El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk

El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw

Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu

El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX

Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!

San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc

Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58

Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?

Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).

Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?

Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html

Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).

 

 

Misal

 

jue 29a. Ordinario año impar

Antífona de Entrada

Confío, Señor, en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.

 

Oración Colecta

Oremos:
Concédenos, Señor, ser dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que realicemos siempre en nuestra vida tu santa voluntad
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amen.

 

Primera Lectura

Libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6, 19-23

Hermanos: Por la dificultad natural que tienen ustedes para entender estas cosas, voy a seguir utilizando una comparación de la vida ordinaria. Así como en otros tiempos pusieron sus miembros al servicio de la impureza y de la maldad, hasta llegar a la degradación, así ahora pónganlos al servicio del bien, a fin de que alcancen su santificación.
Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no estaban al servicio del bien. Y ¿qué frutos recogieron entonces de aquello que ahora los llena de vergüenza? Ninguno, pues son cosas que conducen a la muerte.
Pero ahora, libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad que conducen a la vida eterna. En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Del Salmo 1

Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Dichoso aquel que no se guía por mundanos criterios, que no anda en malos pasos ni se burla del bueno, que ama la ley de Dios y se goza en cumplir sus mandamientos.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Es como un árbol plantado junto al río, que da su fruto a tiempo y nunca se marchita. En todo tendrá éxito.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

En cambio los malvados serán como la paja barrida por el viento. Porque el Señor protege el camino del justo y al malo sus caminos acaban por perderlo.
Dichoso el hombre que confía en el Señor.

Aclamación antes del Evangelio

Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él.
Aleluya.

Evangelio

No he venido a traer paz, sino más bien división

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 12, 49-53

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"He venido a traer fuego a la tierra ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!
Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo, no he venido a traer paz, sino más bien división.
De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estarán divididos: el padre, contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

 

Oración sobre las Ofrendas

Que este sacrificio de acción de gracias y de alabanza que vamos a ofrecerte, nos ayude, Señor, a conseguir nuestra salvación eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

 

Prefacio

La gloria de Dios es el hombre viviente

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero sobre todo has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.
Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso,
unidos a los ángeles y a todos los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:

Antífona de la Comunión

Proclamaré todas tus maravillas, me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios altísimo.

 

Oración después de la Comunión

Oremos:
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos has dado, Señor, en este sacramento, sean para todos nosotros una prenda segura de vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén

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Meditación diaria

 

29ª semana. Jueves

¡FUEGO HE VENIDO A TRAER A LA TIERRA!

— El afán divino de Jesús por todas las almas.

— El apostolado en medio del mundo se ha de propagar como un incendio de paz.

— La Santa Misa y el apostolado.

I. El Señor manifiesta a sus discípulos, como Amigo verdadero, sus sentimientos más íntimos. Así, les habla del celo apostólico que le consume, de su amor por todas las almas: Fuego he venido a traer a la tierra, y ¿qué quiero sino que ya arda? Y les muestra su impaciencia divina por que se consuma en el Calvario su entrega al Padre por los hombres: Tengo que ser bautizado con un bautismo ¡y cómo me siento urgido hasta que se lleve a cabo!1. En la Cruz tuvo lugar la plenitud del amor de Dios por todos, pues nadie tiene amor más grande que el de dar uno la vida por sus amigos2. De esta predilección participamos quienes le seguimos.

San Agustín, comentando este pasaje del Evangelio de la Misa, enseña: "los hombres que creyeron en Él comenzaron a arder, recibieron la llama de la caridad. Es la razón por la que el Espíritu Santo se apareció en esa forma cuando fue enviado sobre los Apóstoles: Se les aparecieron lenguas como de fuego, que se posaron, repartidas, sobre cada uno de ellos (Hech 2, 3). Inflamados con este fuego, comenzaron a ir por el mundo y a inflamar a su vez y a prender fuego a los enemigos de su entorno. ¿A qué enemigos? A los que abandonaron a Dios que los había creado y adoraban las imágenes que ellos habían hecho (...). La fe que hay en ellos se encuentra como ahogada por la paja. Les conviene arder en ese fuego santo, para que, una vez consumida la paja, resplandezca esa realidad preciosa redimida por Cristo"3. Somos nosotros quienes hemos de ir ahora por el mundo con ese fuego de amor y de paz que encienda a otros en el amor a Dios y purifique sus corazones.

Iremos a la Universidad, a las fábricas, a las tareas públicas, al propio hogar... "Si en una ciudad se prendiese fuego en distintos lugares, aunque fuese un fuego modesto y pequeño, pero que resistiese todos los embates, en poco tiempo la ciudad quedaría incendiada.

"Si en una ciudad, en los puntos más dispares, se encendiese el fuego que Jesús ha traído a la tierra y este fuego resistiese al hielo del mundo, por la buena voluntad de los habitantes, en poco tiempo tendríamos la ciudad incendiada de amor de Dios.

"El fuego que Jesús ha traído a la tierra es Él mismo, es la Caridad: ese amor que no solo une el alma a Dios, sino a las almas entre sí (...). Y en cada ciudad estas almas pueden surgir en las familias: padre y madre, hijo y padre, madre y suegra; pueden encontrarse también en las parroquias, en las asociaciones, en las sociedades humanas, en las escuelas, en las oficinas, en cualquier parte (...). Cada pequeña célula encendida por Dios en cualquier punto de la tierra se propagará necesariamente. Luego, la Providencia distribuirá estas llamas, estas almas-llamas, donde crea oportuno, a fin de que en muchos lugares el mundo sea restaurado al calor del amor de Dios y vuelva a tener esperanza"4.

II. El apostolado en medio del mundo se propaga como un incendio. Cada cristiano que viva su fe se convierte en un punto de ignición en medio de los suyos, en el lugar de trabajo, entre sus amigos y conocidos... Pero esa capacidad solo es posible cuando se cumple en nosotros el consejo de San Pablo a los cristianos de Filipos: Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús5. Esta recomendación del Apóstol "exige a todos los cristianos que reproduzcan en sí, en cuanto al hombre es posible, aquel sentimiento que tenía el Divino Redentor cuando se ofrecía en Sacrificio, es decir, imiten su humildad y eleven a la suma Majestad de Dios, la adoración, el honor, la alabanza y la acción de gracias"6. Esta oblación se realiza principalmente en la Santa Misa, renovación incruenta del Sacrificio de la Cruz, donde el cristiano ofrece sus obras, sus oraciones e iniciativas apostólicas, la vida familiar, el trabajo de cada jornada, el descanso; incluso las mismas pruebas de la vida, que, si son sobrellevadas pacientemente, se convierten en medio de santificación7. Al terminar el Sacrificio eucarístico, el cristiano va al encuentro de la vida, como lo hizo. Cristo en su existencia terrena: olvidado de sí mismo y dispuesto a darse a los demás para llevarlos a Dios.

La vida cristiana debe ser una imitación de la vida de Cristo, una participación en el modo de ser del Hijo de Dios. Esto nos lleva a pensar, mirar, sentir, obrar y reaccionar como Él ante las gentes. Jesús veía a las muchedumbres y se compadecía de ellas, porque andaban como ovejas sin pastor8, en una vida sin rumbo y sin sentido. Jesús se compadecía de ellas; su amor era tan grande que no se dio por satisfecho hasta entregar su vida en la Cruz. Este amor ha de llenar nuestros corazones: entonces nos compadeceremos de todos aquellos que andan alejados del Señor y procuraremos ponernos a su lado para que, con la ayuda de la gracia, conozcan al Maestro.

En la Santa Misa se establece una corriente de amor divino desde el Hijo que se ofrece al Padre en el Espíritu Santo. El cristiano, incorporado a Cristo, participa de este amor, y a través de él desciende sobre las más nimias realidades terrenas, que quedan así santificadas y purificadas y más aptas para ser ofrecidas al Padre por el Hijo, en un nuevo Sacrificio eucarístico. Especialmente el apostolado queda enraizado en la Misa, de donde recibe toda su eficacia, pues no es más que la realización de la Redención en el tiempo a través de los cristianos: Jesucristo "ha venido a la tierra para redimir a todo el mundo, porque quiere que los hombres se salven (1 Tim 2, 4). No hay alma que no interese a Cristo. Cada una de ellas le ha costado el precio de su Sangre (cfr. 1 Pdr 1, 18-19)"9. Imitando al Señor, ningún alma nos debe ser indiferente.

III. Cuando el cristiano participa en la Santa Misa, pensará en primer lugar en sus hermanos en la fe, con quienes se sentirá cada vez más unido, al compartir con ellos el pan de vida y el cáliz de eterna salvación. Es un momento señalado para pedir por todos y especialmente por quien ande más necesitado; nos llenaremos así de sentimientos de caridad y de fraternidad, "porque si la Eucaristía nos hace uno entre nosotros, es lógico que cada uno trate a los demás como hermanos. La Eucaristía forma la familia de los hijos de Dios, hermanos de Jesús y entre sí"10.

Y después de ese encuentro único con el Señor, nos ocurrirá como a aquellos hombres y mujeres que fueron curados de sus enfermedades en alguna ciudad o camino de Palestina: tan alegres estaban que no cesaban de pregonar por todas partes lo que habían visto y oído, lo que el Maestro había obrado en sus almas o en sus cuerpos. Cuando el cristiano sale de la Misa habiendo recibido la Comunión, sabe que ya no puede ser feliz solo, que debe comunicar a los demás esa maravilla que es Cristo. Cada encuentro con el Señor lleva a esa alegría y a la necesidad de comunicar a los demás ese tesoro. Así, como resultado de una fe grande, se propagó el cristianismo en los primeros siglos: como un incendio de paz y de amor que nadie pudo detener.

Si logramos que nuestra vida gire alrededor de la Santa Misa, encontraremos la serenidad y la paz en cada circunstancia del día, con un afán grande de darle a conocer, pues "si vivimos bien la Misa, ¿cómo no continuar luego el resto de la jornada con el pensamiento en el Señor, con la comezón de no apartarnos de su presencia, para trabajar como Él trabajaba y amar como Él amaba? Aprendemos entonces a agradecer al Señor esa otra delicadeza suya: que no haya querido limitar su presencia al momento del Sacrificio del Altar, sino que haya decidido permanecer en la Hostia Santa que se reserva en el Tabernáculo, en el Sagrario"11.

También para nosotros el Sagrario es siempre Betania, "el lugar tranquilo y apacible donde está Cristo, donde podemos contarle nuestras preocupaciones, nuestros sufrimientos, nuestras ilusiones y nuestras alegrías, con la misma sencillez y naturalidad con que le hablaban aquellos amigos suyos, Marta, María y Lázaro"12. En el Sagrario encontraremos, cuando devolvamos la visita al Señor, las fuerzas necesarias para vivir como discípulos suyos en medio del mundo. También nosotros, como algunas almas que estuvieron muy cerca de Dios13, podremos repetir, con el corazón lleno de gozo: Ignem veni mittere in terram... He venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué quiero sino que arda? Es el fuego del amor divino, que trae la paz y la felicidad a las almas, a la familia, a la sociedad entera.

1 Lc 12, 49. — 2 Jn 15, 13. — 3 San Agustín, Comentario al Salmo 96, 6. — 4 Ch. Lubich, Meditaciones, pp. 59-60. — 5 Flp 2, 5. — 6 Pío XII, Enc. Mediator Dei, 20-XI-1947, 22. — 7 Cfr. Conc. Vat. II; Const. Lumen gentium, 34. — 8 Mt 9, 36. — 9 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 256. — 10 Ch. Lubich, La Eucaristía, Ciudad Nueva, Madrid 1977, p. 78. — 11 San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 154. — 12 Ibídem. — 13 Cfr. A. Vázquez de Prada, El Fundador del Opus Dei, pp. 17, 110, 115, 470.

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Santoral               (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)

 

Sierva de Dios Paulina María Jaricot (¡reza por su pronta canonización y pídele un milagro!)
Fundadora de la Propagación de la Fe y del Rosario Viviente
Año 1862

Material audiovisual:

http://www.gloria.tv/?search=jaricot

 

Historieta

http://www.gloria.tv/media/PNPN9oF4Ju1

 

 

En cada parroquia del mundo, el tercer domingo de octubre se celebra el Día de las Misiones, una fecha para ofrecer oraciones, sacrificios y limosnas por las misiones y los misioneros de todo el mundo. Hoy vamos a hablar de la joven a la cual se le ocurrió esa idea.

La idea feliz nació de una simple charla con la sirvienta de la casa. Un día llegó Paulina Jaricot de su trabajo, cansada y con deseos de escuchar alguna narración que le distrajera amenamente. Y se fue a la cocina a pedirle a la sirvienta que le contara algo ameno y agradable. La buena mujer le respondió: "si me ayuda a terminar este trabajito que estoy haciendo, le contaré luego algo que le agradará mucho". La muchacha le ayudó de buena gana, y terminando el oficio la cocinera se quitó el delantal y abriendo una revista de misiones se puso a leerle las aventuras de varios misioneros que en lejanas tierras, en medio de terribles penurias económicas, y con grandes peligros y dificultades, escribían narrando sus hazañas, y pidiendo a los católicos que les ayudaran con sus oraciones, limosnas y sacrificios, para poder continuar con éxito su difícil labor misionera.

En ese momento pasó por la mente de Paulina una idea luminosa: ¿por qué no reunir personas piadosas y obtener que cada cual obsequie dinero y ofrezca algunas oraciones y algún pequeño sacrifico por las misiones y los misioneros, y enviar después todo esto a los que trabajan evangelizando en tierras lejanas? Y se propuso empezar a llevar a cabo esa mima semana tan bella idea.

Paulina había nacido en la ciudad de Lyon (Francia) y desde muy niña había demostrado un gran espíritu religioso. Su hermano mayor sentía inmensos deseos de ser misionero y (quizás por falta de suficiente información) le pintaban las misiones como algo terrorífico donde los misioneros tenían que viajar por los ríos sobre el cuello de terribles cocodrilos y por las selvas en los hombros de feroces tigres. Esto la emocionaba a ella pero le quitaba todo deseo de irse de misionera. Sin embargo sentía una gran inclinación a ayudar a los misioneros de alguna manera, y pedía a Dios que la iluminara. Y el Señor la iluminó por medio de una simple lectura hecha por una sirvienta.

De pequeñita aprendió que un gran sacrificio que sirve mucho para salvar almas es el vencer las propias inclinaciones a la ira, a la gula y al orgullo y la pereza, y se propuso ofrecer cada día a Nuestro Señor alguno de esos pequeños sacrificios.

Cuando en 1814 el Papa Pío VII quedó libre de la prisión en la que lo tenía Napoleón, el pueblo entero salió en todas partes a aclamarlo triunfalmente en su viaje hacia Roma. Paulina tuvo el gusto de que el Santo Padre al pasar por frente a su casa la bendijera y le pusiera las manos sobre su pequeña cabecita. Recuerdo bellísimo que nunca olvidó.

De joven se hizo amiga de una muchacha sumamente vanidosa y ésta la convenció de que debía dedicarse a la coquetería. Por varios meses estuvo en fiestas y bailes y llena de adornos, de coloretes y de joyas (pero nada de esto la satisfacía). Su mamá rezaba por su hija para que no se fuera a echar a perder ante tanta mundanidad. Y Dios la escuchó.

Un día en una fiesta social resbaló con sus altas zapatillas por una escalera y sufrió un golpe durísimo. Quedó muda y con grave peligro de enloquecerse. Entonces la mamá le hizo este ofrecimiento a Dios: "Señor: yo ya he vivido bastante. En cambio esta muchachita está empezando a vivir. Si te parece bien, llévame a mí a la eternidad, pero a ella devuélvele la salud y consérvale la vida".

Y Dios le aceptó esta petición. La mamá se enfermó y murió, pero Paulina recuperó el habla, y la salud física y mental y se sintió llena de vida y de entusiasmo.

Poco después, un día entró a un templo y oyó predicar a un santo sacerdote acerca de lo pasajeros que son los goces de este mundo y de lo engañosas que son las vanidades de la vida. Después del sermón fue a confesarse con el predicador y éste le aconsejó: "Deje las vanidades y lo que la lleva al orgullo y dedíquese a ganarse el cielo con humildad y muchas buenas obras". Desde aquel día ya nunca más Paulina vuelve a emplear lujosos adornos de vanidad, ni a gastar dinero en lo que solamente lleva a aparecer y deslumbrar. Sus vestidos son sumamente modestos, hasta el extremo que las antiguas amigas le critican por ello. Ahora en vez de ir a bailes se va a visitar enfermos pobres en los hospitales.

Y es entonces cuando nace la nueva obra llamada Propagación de la fe. Son grupitos de 10 personas, las cuales se comprometen a dar cada una alguna limosna para los misioneros, y ofrecer oraciones y pequeños sacrificios por ellos. Paulina va organizando numerosos grupos (llamados coros) entre sus amistades y las gentes de su alrededor y pronto empiezan ya a recoger buenas ayudas para enviar a lejanas tierras.

Su hermano, que se acaba de ordenar de sacerdote, propone la idea de Paulina a otros sacerdotes en París y a muchos les agrada y empiezan a fundar coros de Propagación de la Fe. La idea se extendió rapidísimo por toda la nación y las ayudas a los misioneros se aumentaron inmensamente. Casi nadie sabía quién había sido la fundadora de este movimiento, pero lo importante era ayudar a extender nuestra santa religión.

Para poder conseguir más oraciones con menos dificultad, Paulina formó grupitos de 15 personas, de las cuales cada una se comprometía a rezar un misterio del rosario al día por los misioneros. Así entre todos rezaban cada día un rosario completo por las misiones. Fue una idea muy provechosa.

Paulina se fue a Roma a contarle al Santo Padre Gregorio XVI su idea de la Propagación de la Fe. El Sumo Pontífice aprobó plenamente tan hermosa idea y se propuso recomendarla a toda la Iglesia Universal.

Al volver a Francia fue a confesarse con el más famoso confesor de ese tiempo, el Santo Cura de Ars. El santo le dijo proféticamente: "Sus ideas misioneras son muy buenas, pero Dios le va a pedir fuertes sacrificios, para que logren tener más éxito". Esto se le cumplió a la letra, porque en adelante los sufrimientos e incomprensiones que tuvo que sufrir nuestra santa fueron enormes.

Al principio recogía ella misma las limosnas para las misiones, pero varios avivados le robaron descaradamente. Entonces se dio cuenta de que debía dejar esto a sacerdotes y laicos especializados que no se dejaran estafar tan fácilmente.

Después recibió ayudas para fundar obras sociales en favor de los obreros pobres, pero varios negociantes sin escrúpulos la engañaron y se quedaron con ese dinero. Paulina se dio cuenta de que Dios la llamaba a dedicarse a lo espiritual, y que debía dejar la administración de lo material a manos de expertos que supieran mucho de eso.

En 1862, después de haber perdonado generosamente a todos los que la habían estafado y hecho sufrir, y contenta porque su obra de la Propagación de la Fe estaba ya muy extendida murió santamente y satisfecha de haber podido contribuir eficazmente a favor de las misiones católicas.

Veinte años después, en 1882, el Papa León XIII extendió la Obra de la Propagación de la Fe a todo el mundo, y ahora cada año, el mes de octubre (y especialmente en el tercer domingo de este mes) los católicos fervorosos ofrecen oraciones, sacrificios y limosnas por las misiones y los misioneros del mundo entero.

¡Gracias Paulina Jaricot!.

La bendición de Dios será siempre tu mejor recompensa 
(S. Biblia Ecl. 11, 22).

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Fuente: Archidiócesis de Madrid
Evaristo, Santo 5to Papa y Mártir, 26 Octubre  

Quinto Papa de la Iglesia
y Mártir


Nació por los años 60, de una familia judía asentada en tierras griegas. Recibió educación judía y aprendió en los liceos helénicos.

No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la predicación y humilde en el servicio.

Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la Iglesia por Papa a Evaristo.

Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño: Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los Obispos y de los diáconos. Manda la celebración pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles, esbozándose ya una cierta administración territorial, para su mejor atención y gobierno. También escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto.

Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.

La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero está perseguida por las leyes; es silenciosa y fuerte en la fe, oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado latente, desplegando poco a poco su potencialidad al soplo del Espíritu.

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Tadeo Machar, Santo Obispo, 26 de octubre  

Octubre 26
Obispo

 

Etimológicamente significa "el que alaba". Viene de la lengua hebrea.

Dice Isaías: "Mirad que voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo perpetuo por lo que voy a crear. Voy a hacer de mi pueblo una tierra de alegría.

Fue obispo en el siglo XV.

A los pies de los Alpes está la ciudad de Ivrea que ha sido quien ha catapultado a la fama a este santo de la Iglesia.

Machar o Macarthy era un irlandés que había llegado hasta aquí por motivos diversos.

Era un hombre muy fervoroso. Tenía tal entusiasmo interior que contagiaba a todos con su alegría. Era la tierra nueva y el cielo nuevo de que habla Isaías.

La vida de este joven, descendiente de una familia principesca de Munster, no fue nada fácil.

Hacia la mitad del siglo XV se había opuesto a la división en clans de algunos elementos de su familia.

Clanes que eran tanto a nivel religioso como político.

No tenía todavía 30 años cuando fue consagrado obispo de Rosa, en Cork.

Muy pronto comenzaron las envidias y los recelos contra él. Enterados en Roma de su gran apostolado, le nombraron también obispo de Clyne, cercana a Cork.

Pero las envidias crecían como la hiedra que se adhiere a las paredes.

Y él, hace como cuando los apóstoles no eran bien recibidos: se sacudió sus sandalias y renunció a todo. Se vino a Europa y se quedó en Ivrea con los canónigos regulares de san Bernardo.
Murió en el 1497.

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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Damián de Finario, Beato Monje dominico, 26 Octubre  

Damián Furcheri nació a principios del siglo XV en el pueblecito de Perti, cerca de Finario, que es actualmente Finale Borgo, no lejos de Génova.

Algunos historiadores muy posteriores cuentan que, cuando Damián era aún muy niño, fue raptado por un loco. Una luz milagrosa señaló a quienes le buscaban el sitio en el que el secuestrador había escondido al niño.

Damián ingresó, bastante joven, en la orden de Santo Domingo y llegó a ser un predicador muy famoso en Lombardía y Liguria.

Murió en 1484, en Reggio, cerca de Módena y ahí fue sepultado. Después de su muerte, se le atribuyeron numerosos milagros.Su culto fue confirmado en 1848.

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Celina Chludzinska Borzecka, Beata Viuda y fundadora, 26 Octubre  

Celina Chludzinska, viuda de Borzecka. De origen polaco, es la fundadora de la Congregación de las Religiosas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo (1833-1913).

Será beatificada del día sábado 27 de octubre, en la basílica de San Juan de Beltrán.

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Fuente: Wikipédia
Alfredo el Grande, Santo Rey de Wessex, 26 Octubre  

Fue rey de Wessex (uno de los siete reinos principales que precedieron al reino de Inglaterra) desde 871 hasta su muerte. Se hizo célebre por defender a su reino contra los vikingos, volviéndose como resultado de esto en el único rey de su dinastía en ser llamado "El Grande" o Magno, por su pueblo. Fue también el primer rey de Wessex que se autoproclamó rey de Inglaterra. Los detalles de su vida son conocidos gracias a Asser, cronista de la tribu de los Galos. Siendo un hombre culto y letrado, ayudó mucho a la educación y a mejorar el sistema de leyes de su reino.

Nació en la localidad de Wantage, en Dorset, en el año 849, siendo el quinto y menor de los hijos varones -fueron 6 en total- de Ethelwulfo, rey de Wessex, y de su primera esposa, Osburga.

En 855, al morir su madre, acompañó a su padre a un peregrinaje a Roma, pasando a su regreso una temporada en la corte del rey Carlos el Calvo de Francia, realizándose entonces la segunda boda de Ethelwulfo con la hija del rey francés, Judith.

Ethelwulfo muere el 13 de enero de 858, siendo sucedido por su segundo hijo, Ethelbaldo, el cual se casa con su madrastra Judith.

Nada se sabe de los siguientes años de Alfredo durante los reinados de sus dos hermanos mayores, Ethelbaldo y Ethelberto que se sucedieron rápidamente. Fue hasta el reinado del tercer hermano -cuarto en orden de nacimiento-, Etelredo I, que el joven Alfredo comenzó su vida pública y su brillante carrera militar en contra de los vikingos. Fue gracias a sus éxitos militares que, según el cronista Asser, le fue concedido el título de secundarius o co-rey, siendo posiblemente aprobado este cargo por la Witenagemot para evitar problemas en la sucesión en caso de que el rey muriera en batalla, aunque con ello desheredaban a los dos hijos de Etelredo.

En 869, luchando al lado de su hermano Etelredo, hizo una tentativa fracasada de quitar a Mercia de la presión de los daneses. Durante casi dos años Wessex disfruto de una tregua. Pero a finales de 870 se reanudan las hostilidades, y el año siguiente sería conocido como el "año de las batallas de Alfredo". Nueve batallas se realizaron con variada fortuna, aunque el lugar y la fecha de dos de ellas no se han registrado. Una escaramuza acertada en la batalla de Englesfield, Berkshire (31 de diciembre de 870), fue seguida por una derrota severa en la batalla de Reading (4 de enero de 871), para, cuatro días más tarde, logra una brillante victoria en la batalla de Ashdown, cerca de Compton Beauchamp, en Shrivenham Hundred.

El 22 de enero de 871, los daneses derrotaron de nuevo a los ingleses en Basing, y el 23 abril de 871 en Merton, Wiltshire, en la que muere el rey Etelredo I; las dos batallas no identificadas quizás ocurrieron en el intervalo.

Habiendo muerto Etelredo I en batalla, Alfredo al fin sube al trono de Wessex, siendo coronado en Kingston-upon-Thames el mismo día.

Mientras que él estaba ocupado con el entierro y las ceremonias funebres de su hermano, los daneses derrotaron al ejército inglés en su ausencia en un lugar desconocido, y una vez más en su presencia, en Wilton en el mes de mayo. Después de que fuera hecha la paz, y que por los siguientes cinco años ocuparon los daneses otras partes de Inglaterra, Alfredo se vio obligado a no realizar nuevas acciones que no fueran más allá de la observación y protección de la frontera. Las cosas cambian en 876, cuando los daneses, bajo un nuevo líder, Guthrum, regresan al reino y atacan Wareham. De allí, a comienzos de 877 y bajo el pretexto de negociaciones, incursionaron hacia el oeste y tomaron Exeter. Aquí Alfredo los bloqueó, y gracias a que la flota danesa no llegó luego de que fuera dispersada por una tormenta, los vikingos tuvieron que someterse y retirarse a Mercia. En enero de 878 los daneses volvieron a la lucha e hicieron un ataque repentino en Chippenham, una plaza fuerte la cual Alfredo había estado manteniendo desde Navidad, "y la mayoría de la gente fueron capturadas, excepto el rey Alfred, el cual con una pequeña tropa reunida por sí mismo logra huir... por el bosque y el pantano, y después de Pascua él... construye una fortaleza en Athelney, y desde esa fortaleza comenzó a luchar contra el enemigo" (crónica).

LEYENDAS DEL PERÍODO
Una leyenda dice cómo, disfrazado como un fugitivo en los pantanos de Athelney, en Petherton, al norte de Somerset, después de la primera invasión danesa, fue visto por una campesina y ella le dio abrigo, ignorante de su identidad, dejándolo que la ayude a hacer algunas tortas que había dejado cocinar en el fuego mientras iba a hacer otros quehaceres. Preocupado con los problemas del reino, Alfredo dejó que las tortas se quemaran y fue golpeado por la mujer cuando volvió. Una vez expuesta la identidad del rey, la mujer se disculpó profusamente, pero Alfredo insistió que él era el que debería disculparse.


VICTORIA DECISIVA
A mediados de mayo de 878, los preparativos estaban listos y Alfredo se marchó de Athelney, reuniéndosele en el camino las fuerzas militares de Somerset, Wiltshire y Hampshire. Los daneses por su lado, se movieron fuera de Chippenham, y los dos ejércitos se enfrentaron en la batalla de Edington, en Wiltshire. El resultado fue una victoria decisiva para Alfredo. Los daneses fueron sometidos. Guthrum, el rey danés, y 29 de sus principales hombres tomaron el bautismo. Como resultado de esto, Inglaterra se dividió en dos tierras, la mitad al sudoeste en manos de los sajones y la mitad nororiental que se conocería ahora como el Danelaw. Al año siguiente (879) no solamente Wessex, sino también Mercia, al oeste de Watling Street, estaba libre del invasor. Éste es el arreglo conocido por los historiadores como la paz de Wedmore (878), aunque no hay documento alguno que pruebe su existencia.

Sin embargo por aquel tiempo aunque la mitad nororiental de Inglaterra, incluyendo Londres, estaba en las manos de los daneses, la verdad es que la marea había cambiado en su contra. Por aquellos años había paz en la isla, pero los daneses se mantenían ocupados en Europa. Un ataque a Kent en 884 o 885, aunque rechazado con éxito, animó a los daneses de Anglia del Este a rebelarse. Las medidas tomadas por Alfredo para reprimir esta sublevación culminan con la toma de Londres en 885 o 886, y con el tratado conocido como paz de Alfredo y de Guthrum, por el que los límites del tratado de Wedmore (con cual se confunde a menudo) fueron modificados materialmente para beneficio de Alfredo

Una vez terminada la lucha con los daneses, Alfredo se concentró en reforzar la marina real, siendo construidas diversas embarcaciones de acuerdo al gusto del rey.

También decidió recontruir la organización civil, gravemente dañada durante la invasión danesa, favoreciendo a los desamparados y ganándose el título de "Protector del Pobre" (Asser).

Asser también habla de manera grandiosa acerca de las relaciones de Alfredo con potencias extranjeras, aunque no hay mucha información disponible a este respecto. Él ciertamente sostuvo correspondencia con Elías III, patriarca de Jerusalén, y envió probablemente una misión a la India. Las embajadas a Roma que aseguraban la salvación de las almas inglesas eran bastante frecuentes; mientras que el interés de Alfredo en países extranjeros se demuestra por las inserciones que él hizo en su traducción de Orosius.

Alrededor del año 890, Wulfstan de Haithabu emprendió un viaje de Haithabu en Jutlandia a lo largo del Mar Báltico a la ciudad prusiana de Truso. Wulfstan dio detalles de su viaje a Alfredo.

Sus relaciones con los príncipes célticos en la mitad meridional de la isla están más claras. Comparativamente temprano en su reinado los príncipes de Gales, debido a la presión en ellas de Gales del norte y de Mercia, se acogieron a la protección de Alfredo. Más adelante Gales del norte siguió su ejemplo, y cooperó con el rey inglés en la campaña de 893 o 894. Que Alfredo enviara irlandeses a monasterios europeos se puede aceptar por la autoridad de Asser; la visita de tres peregrinos "escotos" (es decir, irlandeses) a Alfredo en 891 es indudablemente auténtica; la historia que él mismo en su niñez fue enviado a Irlanda a que se curara por San Modwenna, puede demostrar el interés del rey en esa isla.

Murió en Winchester, el 26 de octubre de 899, a los 50 años de edad, siendo sepultado en la abadía de Newminster, pero luego es trasladado a la abadía de Hyde, en Winchester.

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Fuente: Vidasejemplares.org
Buenaventura de Potenza, Beato Franciscano conventual, 26 Octubre  

Buenaventura nació en Potenza, Basilicata el 4 de enero de 1651 hijo de Lelio Lavagna y Catalina Pica. Pasó los primeros 15 años de su vida en gran pureza de costumbres y fervor religioso: reflejaba la pureza en el rostro y en sus ojos. El 4 de octubre de 1666 tomó el hábito religioso entre los Hermanos Menores Conventuales en Nocera dei Pagani. Después del noviciado hizo los estudios humanísticos y teológicos en Aversa, Madaloni, Benevento y Amalfi, donde fue ordenado sacerdote. Por 8 años tuvo como maestro de espíritu al venerable Domingo Giurardelli de Muro Lucano.A pesar de su resistencia a ocupar puestos de responsabilidad, Buenaventura en octubre de 1703 fue nombrado maestro de novicios y trasladado a Nocera dei Pagani, donde se ocupó por cuatro años en la formación espiritual de los jóvenes. En junio de 1707, mientras estaba en el convento de Santo Spirito de Nápoles por razones de salud, se prodigó en la asistencia a los enfermos de cólera, epidemia que se desató en Vomero. El 4 de enero de 1710 fue destinado al convento de Ravello, donde asumió la dirección espiritual de los monasterios de Santa Clara y de San Cataldo.

Fiel imitador del Seráfico Patriarca, Buenaventura guardaba con celoso cuidado el precioso tesoro de la pobreza que brillaba en su hábito, lleno de remiendos, en su celda y en toda su vida. Por naturaleza tenía un temperamento fogoso, fácil a la ira, pero con la fuerza de su carácter y con la ayuda de Dios supo adquirir una paciencia y una dulzura inalterables. Frente a los reproches, a las injusticias y a las injurias, aunque sentía bullir su sangre en las venas y palpitar violentamente el corazón, sin embargo lograba conservar un absoluto dominio de sí mismo.Su austeridad era inaudita. Los viernes se flagelaba hasta derramar sangre, en recuerdo de la Pasión de Cristo. Para con los pobres, los enfermos y los afligidos era compasivo y les prestaba asistencia. Como auténtico sacerdote de Cristo su magisterio era evangélico. Con una sola predicación ordinariamente llegaba a convertir a los pecadores, y a veces, como el buen pastor, iba a sus casas para buscarlos como la oveja perdida. Su confesionario se mantenía asediado de penitentes. A veces pasaba en él días enteros. Fue fervoroso y celoso devoto de la Virgen. En las predicaciones invitaba a los fieles a la confianza y al amor hacia la divina Madre. No emprendía ninguna iniciativa sin colocarla bajo su protección. La Inmaculada Concepción de María, aunque no era dogma definido, para él era una verdad de la cual no se podía dudar. Su vida estuvo marcada por carismas singulares y prodigios. Después de ocho días de enfermedad, a los 60 años, el 26 de octubre de 1711, con el nombre de María en sus labios, expiró serenamente en Ravello.

Beatificado por Pio VI el 26 de noviembre de 1775

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Fuente: Newadvent.org
Cedda (Cedd), San Obispo, 26 Octubre  

Obispo del Saxons Oriental, hermano de San Ceadda; murió el 26 de Octubre de 664. Tenía otros dos hermanos también sacerdotes, Cynibill y Caelin, todos nacidos de una familia Anglo establecida en Northumbria.

Con su joven hermano Ceadda, él se mudó a Lindisfarne bajo el San Aidan.

En 653 fue uno de cuatro sacerdotes enviados por Oswiu, Rey de Northumbria, a evangelizar parte de su reino por solicitud de su consejero.

Poco tiempo después, sin embargo, fue llamado a realizar la misma labor misionera en Essex colaborando con Sigeberht, el Rey de Saxons Oriental, a convertir a sus subditos al cristianismo.

Aquí fue consagrado obispo y era muy activo fundando iglesias, y estableció monasterios en Tilbury y Ithancester.

De vez en cuando volvía a visitar su Northumbria natal, y allí, por solicitud de Aethelwald, fundó el monasterio de Laestingaeu, ahora Lastingham, en Yorkshire.

De esta casa él fue el primer abad, no obstante sus responsabilidades episcopales.

En el Sínodo de Whitby, aunque Celta en su educación, adoptó la liturgia romana.

Inmediatamente después del sínodo realizó una visita a Laestingaeu, donde ayudó a víctimas de una plaga.

Florence de Worcester y William de Malmesbury en tiempos posteriores lo mencionan como el segundo Obispo de Londres, pero San Bede, casi un contemporáneo, nunca le da ese título.

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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com

 

Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/

 

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