JMJ
Pax
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No piensen que he venido a abolir las enseñanzas de la ley y los profetas; no he venido a abolirlas, sino a llevarlas hasta sus últimas consecuencias. Porque les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra la más pequeña letra de la ley estará vigente hasta que todo se cumpla.
Por eso, el que descuide uno de estos mandamientos más pequeños y enseñe a hacer lo mismo a los demás, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Pero el que los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mie 10a. Ordinario año Par
Antífona de Entrada
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor gobiernas los cielos y la tierra, escucha paternalmente las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Que todo el pueblo sepa que tú, Señor, eres el Dios verdadero que puede cambiar sus corazones
Lectura del primer libro de los Reyes 18, 20-39
En aquellos días, el rey Ajab convocó a todos los israelitas y a todos los profetas en el monte Carmelo. Elías se adelantó hacia todo el pueblo y dijo:
"¿Hasta cuando van a andar cojeando de las dos piernas? Si el Señor es Dios, sigan al Señor; y si lo es Baal, sigan a Baal".
El pueblo no dijo nada. Entonces Elías continuó:
"Sólo he quedado yo de los profetas del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Pues bien, tráigannos dos novillos. Que ellos elijan uno, lo descuarticen y lo coloquen sobre la leña, sin encenderla. De igual manera prepararé yo el otro. Que ellos invoquen el nombre de sus dioses; yo invocaré el nombre del Señor. El que responda enviando fuego, ése será el verdadero Dios".
Respondió el pueblo:
"De acuerdo".
Elías dijo a los profetas de Baal:
"Elijan ustedes el novillo y comiencen, porque son más. Invoquen el nombre de su dios, pero sin prender fuego".
Les trajeron el novillo, lo prepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, gritando:
"¡Baal, respóndenos!"
Pero no se oía ninguna voz, ni respondía nadie. Ellos seguían danzando alrededor del altar que habían hecho. Al mediodía, Elías comenzó a burlarse de ellos y les decía:
"¡Griten más fuerte! Baal es dios, pero quizás esté ocupado con negocios y problemas, o esté de viaje; tal vez esté dormido y se despertará".
Ellos gritaban más fuerte y, según su costumbre, se cortaban con espadas y lanzas, hasta lograr que corriera la sangre por su cuerpo. Después del mediodía, se pusieron a delirar hasta la ofrenda del sacrificio vespertino. Pero no se oía ninguna voz; nadie respondía ni hacía caso.
Entonces Elías dijo a todo el pueblo:
"Acérquense a mí".
Y todo el pueblo se acercó a él. Elías reparó el altar del Señor, que había sido destruido. Tomó doce piedras, una por cada tribu de los hijos de Jacob, a quien el Señor había dicho: "Israel será tu nombre", y con ellas levantó un altar en honor del Señor. Lo rodeó de una zanja con cabida para dos medidas de semilla; preparó la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña, y ordenó:
"Llenen cuatro cántaros de agua, y échenla sobre el holocausto y sobre la leña".
Luego dijo:
"Háganlo otra vez".
Y por tercera vez la echaron. El agua corría en torno al altar, hasta llenar la zanja. A la hora de la ofrenda del sacrificio, se adelantó el profeta Elías, y dijo:
"Señor, Dios de Abrahán, Dios de Isaac y de Israel, que se sepa hoy que tú eres Dios de Israel, que yo soy tu siervo, y que por orden tuya hago todo esto. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú eres el Señor, el verdadero Dios, y que eres tú quién logarás que el corazón de tu pueblo se convierta a ti".
Entonces bajó el fuego del Señor, consumió el holocausto y la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al ver esto, el pueblo se postró en tierra y exclamó:
"¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!"
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Sal 15, 1-2a.4.5 y 8.11
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: Tú eres mi dueño, mi único bien.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Dediquen a otros sus desvelos y corran tras ellos; yo no tomaré parte en sus sacrificios, ni daré culto a esos dioses.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Señor, tú eres mi alegría y mi herencia, mi destino está en tus manos. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha jamás fracasaré.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Me enseñarás la senda de la vida, me llenarás de alegría en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Descúbrenos, Señor, tus caminos y guíanos con la verdad de tu doctrina.
Aleluya.
Evangelio
No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
"No piensen que he venido a abolir las enseñanzas de la ley y los profetas; no he venido a abolirlas, sino a llevarlas hasta sus últimas consecuencias. Porque les aseguro que mientras duren el cielo y la tierra la más pequeña letra de la ley estará vigente hasta que todo se cumpla.
Por eso, el que descuide uno de estos mandamientos más pequeños y enseñe a hacer lo mismo a los demás, será el más pequeño en el Reino de los cielos. Pero el que los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los cielos".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial del sacrificio de tu Hijo, se lleva a cabo la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
El misterio de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
El cual, compadecido del extravío de los hombres, quiso nacer de la Virgen; sufriendo la cruz, nos libró de eterna muerte y, resucitando, nos dio vida eterna.
Por eso,
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado la copa hasta los bordes.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad para que, alimentados del mismo pan del cielo, permanezcamos siempre unidos por el mismo amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén
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† Meditación diaria
10ª semana. Miércoles
LAS GRACIAS ACTUALES
— Necesidad de la gracia para realizar el bien.
— Las gracias actuales.
— Correspondencia.
I. La naturaleza humana perdió, por el pecado original, el estado de santidad al que había sido elevada por Dios y, en consecuencia, también quedó privada de la integridad y del orden interior que poseía. Desde entonces el hombre carece de la suficiente fortaleza en la voluntad para cumplir todos los preceptos morales que conoce. Obrar el bien se hizo difícil después de la aparición del pecado sobre la tierra. Y "esto es lo que explica la íntima división del hombre –enseña el Concilio Vaticano II–. Toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como lucha, y por cierto dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas"1.
La ayuda de Dios nos es absolutamente necesaria para realizar actos encaminados a la vida sobrenatural. No es que nosotros seamos capaces de pensar algo como propio, sino que nuestra capacidad viene de Dios2. Además, tras el pecado de origen esa ayuda se hace más necesaria. "Nadie por sí y por sus propias fuerzas se libera del pecado y se eleva sobre sí mismo; nadie queda completamente libre de su debilidad, o de su soledad, o de su esclavitud"3; todos tenemos necesidad de Cristo modelo, maestro, médico, liberador, salvador, vivificador4. Sin Él nada podemos; con Él, lo podemos todo.
Aunque la naturaleza humana no está corrompida por el pecado de origen, experimentamos –incluso después del Bautismo– una tendencia al mal y una dificultad para hacer el bien: es el llamado fomes peccati o concupiscencia, que –sin ser en sí mismo pecado– procede del pecado y al pecado se inclina5. La misma libertad, aunque no ha sido suprimida, está debilitada.
Entendemos así, a la luz de esta doctrina, que nuestras buenas obras, los frutos de santidad y apostolado, son en primer lugar de Dios; en segundo término –muy en segundo término–, resultado de haber correspondido como instrumentos, siempre flojos y desproporcionados, de la gracia. El Señor nos pide que tengamos en cuenta siempre la pobreza de nuestra condición, evitando el peligro de una fatua vanidad. Porque a menudo –afirma San Alfonso María de Ligorio–, "el hombre dominado por la soberbia es un ladrón peor que los demás, porque roba no bienes terrenos, sino la gloria de Dios (...). En efecto, según el Apóstol, por nosotros mismos no podemos hacer obra buena, ni siquiera tener un buen pensamiento (cfr. 2 Cor 3, 5) (...). Y ya que esto es así, cuando hagamos algún bien, digamos al Señor: Te devolvemos, Señor, lo que de tu mano recibimos (1 Cron 29, 14)"6. Esto hemos de hacer con cualquier fruto que nos encontremos en las manos: ofrecerlo de nuevo a Dios, pues bien sabemos que lo malo, la deficiencia, es nuestra; la belleza y la bondad son de Él.
II. Como observamos en las páginas del Evangelio, los encuentros de aquellos hombres y mujeres con Cristo fueron únicos e irrepetibles: Nicodemo, Zaqueo, la mujer adúltera, el buen ladrón, los Apóstoles... La acción de Dios ya había preparado lentamente aquellas almas para que se abrieran al Señor en el momento oportuno; así mismo, tras ese encuentro singular y determinante, la gracia de Dios les acompañará, buscando y realizando en sus almas nuevas conversiones, nuevos progresos. Otros personajes no correspondieron, total o parcialmente, a la luz de Dios. Nuestros encuentros con Cristo también han sido irrepetibles y únicos, como los de estas gentes que le hallaron en tierras de Galilea, junto al lago de Genesaret, en Jerusalén o en un pueblo cualquiera a su paso por Samaria. Jesús está igualmente presente en nuestro vivir, y también recibimos, por la bondad de Dios, mociones y ayudas para acercarnos a Él, para acabar con perfección un trabajo, para hacer una mortificación o un acto de fe, para vencernos por amor de Dios en algo que nos cuesta...: son las gracias actuales, dones gratuitos y transitorios de Dios que en cada alma desarrollan sus efectos de una manera particular. ¡Cuántas hemos recibido nosotros cada jornada! ¡Cuántas más recibiremos si no cerramos la puerta del alma a esa acción callada y eficacísima del Santificador!
Con la gracia, Dios otorga a cada hombre, a cada mujer, no solo la facilidad para realizar el bien, sino incluso la misma posibilidad de realizarlo, porque las criaturas no somos capaces de cumplir –con nuestras solas fuerzas– los mandamientos y hacer otras obras sobrenaturalmente buenas. Sin Mí, nada podéis hacer7, dijo terminantemente el Señor. Y San Pablo enseña que la salvación no es obra del que quiere, ni del que corre, sino de Dios, que usa de misericordia8, de una constante e infinita misericordia. ¡Bien experimentado lo tenemos!
El Espíritu Santo nos ilumina para que conozcamos la verdad, nos inspira y nos mueve, antecediendo, acompañando y perfeccionando las buenas acciones. Dios es el que obra en vosotros, por efecto de su buena voluntad, no solo el querer, sino el ejecutar9. Sin embargo, la gracia no suprime la libertad, pues somos nosotros quienes queremos y actuamos.
Hemos de pedir al Señor la sabiduría práctica de apoyarnos siempre en Él y no en nosotros, de buscar en Él la fortaleza y no en la habilidad de nuestra inteligencia o en otros recursos personales; hemos de escuchar a menudo, en la vida práctica, la amorosa advertencia del Maestro: sin Mí, nada podéis hacer. En la vida sobrenatural seremos siempre principiantes, empeñándonos con la docilidad y aplicación de un niño que en todo necesita de sus mayores. San Francisco de Sales ilustra con este ejemplo la delicadeza del amor de Dios por los hombres: "Cuando una madre enseña a andar a su hijito, le ayuda y le sostiene cuanto es necesario, dejándole dar algunos pasos por los sitios menos peligrosos y más llanos, asiéndole de la mano y sujetándole, o tomándole en sus brazos y llevándole en ellos. De la misma manera Nuestro Señor tiene cuidado continuo de los pasos de sus hijos"10. Así somos nosotros delante de Dios: como niños pequeños que no acaban de aprender a andar.
A nosotros nos toca corresponder, manifestar nuestra buena voluntad, comenzar y recomenzar, siendo sinceros en la dirección espiritual, teniendo el examen particular (ese punto en el que luchamos de una manera especial) bien concreto. Nuestras jornadas se resumirán frecuentemente en: pedir ayuda, corresponder y agradecer.
III. Dios trata a cada alma con infinito respeto y, por eso, porque Él no fuerza nuestra voluntad, el hombre puede resistir a la gracia y hacer estéril el deseo divino. De hecho, a lo largo del día, quizá en cosas pequeñas, decimos que no a Dios. Y hemos de procurar decir muchas veces sí a lo que el Señor nos pide, y no al egoísmo, a los impulsos de la soberbia, a la pereza.
La respuesta libre a la gracia de Dios debe hacerse en el pensamiento, con las palabras y los hechos11. No basta la sola fe para cooperar adecuadamente: Dios pide el esfuerzo personal, las obras, las iniciativas, los deseos eficaces... Aunque Nuestro Señor, con su Muerte en la Cruz, nos mereció un tesoro infinito de bienes, sin embargo estas gracias no se nos conceden todas de una vez; y su mayor o menor abundancia depende de cómo correspondemos. Cuando estamos dispuestos a decir sí al Señor en todo, atraemos una verdadera lluvia de dones12. La gracia, el amor a Dios, nos inunda cuando somos fieles a las pequeñas insinuaciones de cada jornada: cuando vivimos el "minuto heroico" por la mañana y procuramos que nuestro primer pensamiento sea para el Señor, cuando preparamos la Santa Misa y rechazamos las distracciones que pretenden alejarnos de lo que importa, cuando ofrecemos el trabajo...
Nadie podrá decir que ha sido olvidado o desamparado por Dios, si hace cuanto está a su alcance, porque el Señor concede su auxilio a todos, también a quienes están fuera de la Iglesia sin culpa propia13. Es más, el Señor, infinitamente misericordioso y paciente, ha procurado una y otra vez, de mil maneras distintas, la vuelta de quien se marchó con la herencia y ahora se encuentra en una lamentable situación. Cada día sale a esperarle y mueve su corazón para que reemprenda el camino que conduce a la casa paterna. Y cuando encuentra correspondencia a sus gracias se vuelca en ayudas y bienes, y le anima a subir más y más.
Si, en esta oración personal, encontramos que nos cuesta corresponder, sigamos este consejo: "Ponte en coloquio con Santa María, y confíale: ¡oh Señora!, para vivir el ideal que Dios ha metido en mi corazón, necesito volar... muy alto, ¡muy alto! (...)"14. Y cerca de María siempre encontramos a José, su esposo fidelísimo, que tan bien y con tanta prontitud supo realizar lo que Dios, a través del Ángel, le iba manifestando. A él podemos acudir a lo largo del día, para que nos ayude a oír con claridad la voz del Espíritu Santo en tantos detalles y en ocasiones tan pequeñas, y seamos fuertes para llevarla a la práctica.
1 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 13. — 2 Primera lectura de la Misa, Año I, 2 Cor 3, 5. — 3 San Ireneo, Contra las herejías, 3, 15, 3. — 4 Cfr. Conc. Vat. II, Decr. Ad gentes, 8. — 5 Conc. de Trento, Decr. Sobre el pecado original, 5. — 6 San Alfonso Mª de Ligorio, Selva de materias predicables, 2, 6. — 7 Jn 15, 5. — 8 Rom 9, 16. — 9 Flp 2, 13. — 10 San Francisco de Sales, Tratado del amor a Dios, 3, 4. — 11 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 14. — 12 Cfr. Pío XII, Enc. Mystici Corporis, 29-VI-1943. — 13 Cfr. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, 16. — 14 Cfr. San Josemaría Escrivá, Forja, n. 994.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
San Medardo |
Medardo significa: "audaz y valeroso" (Med: audaz. Adr: valeroso. Del antiguo alemán).
San Medardo es el santo preferido de los campesinos de Francia. Le tienen gran fe para que les obtenga lluvias para los tiempos de la siembra, y para que les cuide sus viñedos o plantaciones de uva, contra los ladrones y el mal tiempo.
Siendo muy joven, una vez le regaló su caballo a un pobre viajero que lloraba porque los ladrones le habían robado el caballo en el que viajaba. Su papá al verlo tan generoso para con los necesitados opinó que el hijo más iba a servir para sacerdote que para negociante. Y así sucedió.
A los 33 años fue ordenado sacerdote, y siguió ejercitando una gran caridad para con los pobres. A los estudiantes muy necesitados los sentaba a su mesa, gratuitamente para que se alimentaran lo mejor posible. Con sus oraciones obtuvo lluvias para los campos, y en otras ocasiones libró de granizadas los cultivos.
Como era un sacerdote verdaderamente ejemplar fue elegido obispo y entonces le sucedieron unas anécdotas que se han hecho famosas.
Tenía San Medardo una vaquita, y para saber por dónde andaba el animalejo le había colgado al pescuezo una campanilla que iba anunciando por dónde estaba pastando. Y sucedió que un ladrón le robó la vaca. El ratero le quitó la campanilla del pescuezo y la echó entre las alforjas, pero la campana seguía sonando. Entonces la llenó de pasto y la escondió entre el montón de pasto seco de su pesebrera, pero la campana siguió sonando. Al fin el ladrón dispuso enterrar la campana en el suelo, pero apenas se acostó para dormir, empezó a oír que seguía sonando. Desesperado sacó la campana y colgándola otra vez del pescuezo de la vaca se fue a donde el santo y le devolvió el animal robado, diciéndole: "Padre, aquí le traigo su vaca, porque la campanilla no quiso dejar de sonar ni por un momento", y San Medardo le dijo sonriente: "Hijo, lo que sonaba no era la campanilla, era tu conciencia, que no quería que te quedaras en paz con este pecado". Al otro le fue muy provechosa esta lección.
Tenía San Medardo un cultivo de matas de uva y una noche en pleno tiempo de cosecha entraron los ladrones a robarle las uvas. Pero cuando ya tenían los costales llenos, fueron a salir y no encontraron la puerta de salida. Les parecía como si se hubieran vuelto ciegos, porque por ninguna parte encontraron la puerta de salida. Y así amaneció y llegó el santo, y ellos muy asustados le pidieron perdón y con tal de que no los denunciara, le dejaron también los costales, y así el santo recolectó sus uvas gratis y de encima le dieron los costales.
También tenía San Medardo unas colmenas que le producían muy buena miel, y las abejas eran muy mansas y muy buenas. Pero un día llegó un ratero a robarse la miel y las abejas lo persiguieron tan terriblemente que al otro no le quedó otro remedio que meterse a la casa del santo a pedirle que rezara por él. San Medardo echó una bendición a las abejas y estas se fueron muy obedientes, y él vuelto hacia el ladrón le dijo: "Esto es señal de los castigos que te pueden llegar si sigues robando. Ahora son unas sencillas abejas, pero después los que te picarán serán tus remordimientos eternamente". Y el otro no volvió a robar.
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María del Divino Corazón de Jesús (Droste zu Vischering), Beata Religiosa, Junio 8
ReligiosaMaría del Divino Corazón de Jesús nació el 8 de septiembre de 1863, en Münster (Alemania). |
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Juan Rainuzzi, Beato Confesor, 8 de junio
Confesor Etimológicamente significa " Dios es misericordia". Vine de la lengua hebrea. |
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Armando de Ziektkzee, Beato Franciscano, Junio 8
Franciscano Etimológicamente significa "estar armado". Viene de la lengua alemana. |
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Fuente: ACIprensa.com
Maria Teresa Chiramel Mankidiyan, Beata Fundadora, Junio 8
Congregación de la Sagrada Familia Nació el 26 de Abril de 1876 en Puthenchira, en el estado de Querala (India). Como escribió en su autobiografía, realizada por obediencia a su director espiritual, desde muy pequeña sintió un intenso deseo de amar a Dios, que la llamaba a recitar el Rosario varias veces al día. Su madre procuraba disuadirla de esas severas mortificaciones, más ella persistía en este gesto a fin de asemejarse cada vez más a Cristo sufriente, y llegó a consagrar su virginidad cuando tenía apenas diez años. |
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Fuente: Franciscanos.org
Nicolás de Gésturi (Juan Medda), Beato Capuchino, Junio 8
Capuchino Juan Medda, en religión "Fray Nicolás", nació en Gésturi, provincia de Cagliari y archidiócesis de Oristano (Italia), el 5 de agosto de 1882, en una familia de humilde condición social, muy honrada y religiosa. Fue bautizado al día siguiente de nacer en la iglesia parroquial de Santa Teresa de Avila. El 2 de junio de 1886 recibió el sacramento de la confirmación. Muy pronto quedó huérfano de padre y madre. Fue acogido en casa de su hermana mayor, ya casada. Después de concluir los estudios primarios, comenzó a trabajar en el campo. Recibió la primera comunión el 18 de diciembre de 1896. |
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Jacobo Berthieu, Beato Mártir Jesuita, Junio 8
Mártir Jesuita Nacio el 28 de Noviembre de 1838, en Polminhac, Francia. Murió mientras él estaba acompañando a refugiados que estaban intentando evitar ataques de otra tribu. |
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Fuente: Santopedia.com
Guillermo (William) de York, Santo Obispo, Junio 8
Hijo del conde Herbert, tesorero del rey Henry I, y Emma, hermana del rey William. Fue tesorero de la iglesia en York, Inglaterra, mientras que aún era joven, luego sacerdote y Capellán de Stephen King. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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