JMJ
Pax
Vio a una viuda pobre que echaba dos monedas
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo; vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos monedas, y dijo:
"Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
lun 34a. Ordinario año impar
Antífona de entrada
Sálvanos, Señor y Dios nuestro; reúnenos de entre las naciones, para que podamos agradecer tu poder santo y sea nuestra gloria alabarte.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Señor Dios nuestro, amarte con todo el corazón y, con el mismo amor, amar a nuestros prójimos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
No hubo ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías
Lectura del libro del profeta Daniel 1, 1-6. 8-20
El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, vino a Jerusalén Nabucodonosor, rey de Babilonia, y la sitió. El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, así como parte de los objetos del templo, que él se llevó al país de Senaar y los guardó en el tesoro de sus dioses.
El rey mandó a Aspenaz, jefe de sus oficiales, que seleccionara de entre los israelitas de sangre real y de la nobleza, algunos jóvenes, sin defectos físicos, de buena apariencia, sobrios, cultos e inteligentes y aptos para servir en la corte del rey, con el fin de enseñarles la lengua y la literatura de los caldeos.
El rey les asignó una ración diaria de alimentos y de vino de su propia mesa. Deberían ser educados durante tres años y después entrarían al servicio del rey. Entre ellos se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de la tribu de Judá. Daniel hizo el propósito de no contaminarse compartiendo los alimentos y el vino de la mesa del rey, y le suplicó al jefe de los oficiales que no le obligara a contaminarse. Dios le concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales. Sin embargo, éste le dijo a Daniel:
"Le tengo miedo al rey, mi señor, porque él les ha asignado a ustedes su comida y su bebida; y si llega a verlos más delgados que a los demás, estará en peligro mi vida".
Daniel le dijo entonces a Malasar, a quien el jefe de los oficiales había confiado el cuidado de él, Ananías, Misael y Azarías:
"Por favor, haz la prueba con tus siervos durante diez días; que nos den de comer legumbres, y de beber, agua; entonces podrás comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen de la mesa del rey y podrás tratarnos según el resultado".
Aceptó él la propuesta e hizo la prueba durante diez días. Al cabo de ellos, los jóvenes judíos tenían mejor aspecto y estaban más robustos que todos los que comían de la mesa del rey. Desde entonces Malasar les suprimió la ración de comida y de vino, y les dio sólo legumbres.
A estos cuatro jóvenes les concedió Dios sabiduría e inteligencia en toda clase de ciencia. A Daniel, además, el don de interpretar visiones y sueños.
Al cabo del tiempo establecido, el jefe de los oficiales llevó a todos los jóvenes ante Nabucodonosor y se los presentó. El rey conversó con ellos y entre todos no encontró a nadie como Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Quedaron entonces al servicio del rey. Y en todas las cosas de sabiduría, inteligencia y experiencia que el rey les propuso, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Daniel 3
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, Que tu nombre santo y glorioso sea bendito.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Que en el trono de tu reino seas bendito.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor, en la bóveda del cielo.
Bendito seas, Señor, para siempre.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre.
Aleluya.
Evangelio
Vio a una viuda pobre que echaba dos monedas
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 1-4
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que echaban sus donativos en las alcancías del templo; vio también a una viuda pobre, que echaba allí dos monedas, y dijo:
"Yo les aseguro que esa pobre viuda ha dado más que todos. Porque éstos dan a Dios de lo que les sobra; pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, estos dones que te presentamos en señal de sumisión a ti, y conviértelos en el sacramento de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
La acción de gracias es un don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues, aunque no necesitas de nuestra alabanza, es don tuyo el que seamos agradecidos; y aunque nuestras bendiciones no aumentan tu gloria, nos aprovechan para nuestra salvación, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso,
unidos a los ángeles, te aclamamos llenos de alegría:
Antífona de la Comunión
Ven, Señor, en ayuda de tu siervo y sálvame por tu misericordia. Que no me arrepienta
nunca de haberte invocado.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que el sacramento del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo que acabamos de recibir, nos ayude, Señor, a vivir más profundamente nuestra fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
34ª semana. Lunes
LA VIUDA POBRE
— No tener miedo a ser generosos sin límite.
— Entrega sin condiciones. No negarle nada al Señor.
— Generosidad de Dios.
I. Eran muchas las ofrendas que cada día se presentaban al Señor en el Templo de Jerusalén. Unas correspondían a los productos de la tierra en señal del supremo dominio divino sobre todo lo creado. Consistían en harina y aceite, espigas o pan cocido, sobre las que se depositaba incienso, expresando el deseo de que fueran agradables al Señor1. Parte de la oblación se quemaba sobre el altar, y parte era consumida por el sacerdote en el interior del Templo2. El holocausto era un sacrificio en el que la víctima (un cordero, un ave...), previamente sacrificada, se destruía completamente, casi siempre a través del fuego. Holocausto significaba precisamente que en el sacrificio la víctima se quemaba enteramente. En tiempos del Señor se ofrecía mañana y tarde, y por eso se llamaba sacrificio perpetuo3. Era figura del que había de venir, el sacrificio eucarístico.
También los judíos, como ofrenda a Dios y para el sostenimiento del Templo, depositaban sus limosnas en un lugar visible por todos, el gazofilacio. Un día Jesús se encontraba cerca de este lugar y miraba cómo la gente echaba en él monedas de cobre, y bastantes ricos echaban mucho4. Vio también cómo se acercaba una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas5. San Marcos incluso nos ha señalado el valor de estas monedas: la cuarta parte de un as, una cantidad insignificante. Sin embargo, el Señor se conmovió al paso de esta mujer, pues supo enseguida todo lo que representaba para ella. Su ofrenda fue más importante para Dios que la de todos los demás. Aquella pobre viuda dio todo lo que tenía para vivir. Los demás habían echado de lo que les sobraba, esta de lo que le era necesario. Haría la ofrenda con mucho amor, con una gran confianza en la Providencia divina, y Dios la recompensaría incluso en sus días aquí en la tierra. "Ellos echaron mucho de lo mucho que tenían –comenta San Agustín–; ella echó todo lo que poseía. Mucho tenía, pues tenía a Dios en su corazón. Es más poseer a Dios en el alma que oro en el arca. ¿Quién echó más que la viuda que no se reservó nada para Sí?"6. A nosotros nos enseña hoy este pasaje que se lee en el Evangelio de la Misa a no tener miedo a ser generosos con Dios y con las obras buenas en servicio del Señor y de los demás, incluso a sacrificar aquello que nos parece necesario para la vida. ¡Qué poco nos es realmente necesario! A Dios hemos de ofrecerle lo que somos y lo que tenemos, sin reservarnos ni siquiera una parte pequeña para nosotros. Existe un antiguo refrán que viene a decir que a Dios se le conquista con la última moneda. ¿Hay algo en nuestro corazón que no sea del Señor? ¿Tiempo, bienes, amigos...? ¿Qué nos pide Jesús ahora? ¿Qué cosas deberíamos quizá cortar o dejarlas en segundo plano?
Tanta alegría le produjo al Señor aquel gesto de la mujer que enseguida sintió la necesidad de comunicarlo a sus discípulos7. Es el mismo gozo que experimenta su Corazón cuando nos entregamos del todo. "El Reino de Dios no tiene precio, y sin embargo cuesta exactamente lo que tengas (...). A Pedro y a Andrés les costó el abandono de una barca y de unas redes; a la viuda le costó dos moneditas de plata (cfr. Lc 21, 2); a otro, un vaso de agua fresca (cfr. Mt 10, 42)..."8.
II. El Señor, a lo largo de su predicación en los tres años de vida pública, y especialmente con su entrega a la Pasión y Muerte, llama a quienes le siguen a ofrecerse a Dios Padre, no ya por medio del sacrificio de animales, aves o frutos del campo, como en el Antiguo Testamento, sino de sí mismos. San Pablo lo recordará a los primeros cristianos de Roma: Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios: este es vuestro culto espiritual9. Especialmente en la Santa Misa, el cristiano puede y debe ofrecerse juntamente con Cristo, pues "para que la oblación, con la cual en este Sacrificio los fieles ofrecen al Padre celestial la víctima divina, alcance su pleno efecto (...) es preciso que se inmolen a sí mismos como hostias (...) y, deseosos de asemejarse a Jesucristo, que sufrió tan acerbos dolores, se ofrezcan como hostia espiritual con el mismo Sumo y eterno Sacerdote y por medio de Él mismo"10.
Esta entrega se realiza cada día, ordinariamente en pequeños actos que van desde el esmero en ofrecer el día al comenzar la jornada, hasta las atenciones que requiere la convivencia con los demás; con el corazón siempre dispuesto a lo que el Señor quiera pedirnos, con una disposición de no negarle nada. Nuestra entrega ha de ser plena, sin condiciones. En uno de los escritos más antiguos de la Cristiandad primitiva se dice que cuando un hombre llena de buen vino unas tinajas muy bien preparadas y de ellas deja algunas a medio llenar, si luego las revisa de nuevo, no examina las que dejó llenas –pues sabe que el vino allí guardado se conserva bien–, sino que mira las que están a medio llenar, pues teme con razón que se hayan agriado11. Lo mismo pasa con las almas. La "media entrega" acaba rompiendo la amistad con el Maestro. Solo una generosidad plena nos permitirá seguir el ritmo de sus pasos. De otra manera cada vez nos veríamos más distanciados y Él llegaría a ser solo una figura lejana y desdibujada. El cristiano, si quiere ser coherente con su fe, habrá de decidirse a ser de Dios sin reservas, sin dejar ningún campo fuera de Él. El Señor se constituye así en el centro de todos los afectos e ilusiones del discípulo. Esta entrega de lo que somos y tenemos se realiza cada día en la fidelidad, en pequeños detalles, a los compromisos que tenemos con el Señor y con los demás.
No temamos poner a disposición de Jesús todo lo que tenemos. No dudemos en darnos nosotros por entero. "Cuando los hipócritas planteen a vuestro alrededor la duda de si el Señor tiene derecho a pediros tanto, no os dejéis engañar. Al contrario, os pondréis en presencia de Dios sin condiciones, dóciles, como la arcilla en manos del alfarero (Jer 18, 6), y le confesaréis rendidamente: Deus meus et omnia! Tú eres mi Dios y mi todo"12.
III. Cuenta una antigua leyenda oriental que todo aquel que se encontraba con el rey estaba obligado a ofrecerle un presente. Un día un pobre campesino se encontró con el monarca. Y como no tenía cosa alguna que presentarle, tomó un poco de agua en el hueco de la mano y ofreció al soberano aquel sencillísimo obsequio. Al rey le agradó mucho la buena voluntad de aquel súbdito, y mandó –pues era un hombre espléndido– que le diesen como recompensa una escudilla llena de monedas de oro.
El Señor, más generoso que todos los reyes de la tierra, prometió el ciento por uno en esta vida, y luego la vida eterna13. Él nos quiere felices también en esta vida: quienes le siguen con generosidad obtienen, ya aquí en la tierra, un gozo y una paz que superan con mucho las alegrías y consuelos humanos. Esta alegría es un anticipo del Cielo, El tenerle cerca es ya la mejor retribución. "Es tan agradecido –escribe Santa Teresa–, que un alzar los ojos con acordarnos de Él no deja sin premio"14.
Cada día, el Señor espera la ofrenda sencilla de nuestros trabajos, de las pequeñas dificultades que siempre encontraremos, de la caridad bien vivida, del tiempo gastado en favor de los demás, de la limosna generosa... En esta entrega diaria a los demás "es necesario andar más allá de la estricta justicia, según la ejemplar conducta de la viuda que nos enseña a dar con generosidad aun de aquello que pertenece a las propias necesidades. Sobre todo se debe tener presente que Dios no mide los actos humanos con una medida que se para en las apariencias del cuánto se ha dado. Dios mide según la medida de los valores interiores del cómo se pone a disposición del prójimo: medida según el grado de amor con el que nos damos libremente al servicio de los hermanos"17.
Nuestras ofrendas a Dios, muchas veces de tan poca importancia aparente, llegarán mejor hasta el Señor si lo hacemos a través de Nuestra Señora. "Aquello poco que desees ofrecer –recomienda San Bernardo–, procura depositarlo en aquellas manos de María, graciosísimas y dignísimas de todo aprecio, a fin de que sea ofrecido al Señor sin sufrir de Él repulsa"18.
1 Cfr. Lev 2, 1-2, 14-15. - 2 Cfr. Lev 6, 7-11. — 3 Cfr. Dan 8, 11. — 4 Mc 12, 41. — 5 Cfr. Lc 21, 1-4. — 6 San Agustín, Sermón 107 A. — 7 Cfr. Mc 12, 43. — 8 San Gregorio Magno, Homilías sobre los Evangelios. — 9 Rom 12, 1. — 10 Pío XII, Enc. Mediator Dei, 20-XI-1947, 25. — 11 Cfr. Pastor de Hermas, Mandamientos, 13, 5, 3. — 12 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 167. — 13 Cfr. Lc 18, 28-30. — 14 Santa Teresa, Camino de perfección, 23, 3. — 15 1 Cor 10, 31. — 16 Col 3, 17. — 17 Juan Pablo II, Homilía 10-XI-1985. — 18 San Bernardo, Homilía en la Natividad de la B. Virgen María, 18.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
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La Virgen de la Medalla Milagrosa
El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces a Sor Catalina:
"Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan".
Entonces alrededor de la cabeza de la Virgen se formó un círculo o una aureola con estas palabras: "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y una voz dijo a Catalina: "Hay que hacer una medalla semejante a esto que estas viendo. Todas las personas que la lleven, sentirán la protección de la Virgen", y apareció una M, sobre la M una cruz, y debajo los corazones de Jesús y María. Es lo que hoy está en la Medalla Milagrosa.
El Arzobispo de París permitió fabricar la medalla tal cual había aparecido en la visión, y al poco tiempo empezaron los milagros. (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).
Películas
http://gloria.tv/media/H1Ju7Vgx3Xx
http://gloria.tv/media/igLGLcRJgf1
http://gloria.tv/media/X1PY6GHyuV3
http://gloria.tv/media/MD16ZfFEVZs
Santa Catalina Labouré
http://www.gloria.tv/media/La2BhEmuQC8
http://www.gloria.tv/media/oV9eCdv8Tbi
Dibujitos
http://www.gloria.tv/media/o8KGzL2BQdP
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Fuente: Franciscanos.net
Bernardino Amici de Fossa, Beato Predicador y Escritor Franciscano, 27 Noviembre
Sacerdote de la Primera Orden (1420‑1503). |
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Francisco Antonio Fasani, Santo Presbítero Franciscano, 27 de noviembre
En la segunda mitad del siglo XVII vivía en Lucera (Italia), una familia muy pobre: la familia Fasani. En su seno nació, el 16 de agosto de 1681, un niño que recibió los nombres de Donato Antonio Juan Nicolás. Comúnmente le llamaban Juan. Antes de cumplir los diez años murió su padre, que era campesino. Su madre volvió a casarse con Francisco Farinacci, que fue también un buen padre para Juan y lo envió a estudiar en el convento de los frailes menores conventuales de Lucera. Su madre era una mujer muy piadosa.
orden de los frailes menores conventuales tomando el hábito franciscano y el nombre de Francisco Antonio en el noviciado de Monte San Ángel. Allí mismo hizo los votos. Después estudió filosofía y teología en los colegios de Venafro, Agnone, Montella, Aversa y Asís, donde fue ordenado sacerdote el 19 de septiembre de 1705. Se doctoró en teología con las máximas calificaciones, y en 1707 fue destinado a enseñar filosofía en el convento de Lucera, su ciudad natal. |
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Teodosio, Santo Biografía, 27 de noviembre
Noviembre 27
Etimológicamente significa "don de Dios". Viene de la lengua griega. |
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Delfina, Beata Viuda, 27 de noviembre
Viuda
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Bronislao Kostkowski, Beato Seminarista, 27 Noviembre
Nació en Slupsk, Polonia, el 11 marzo de 1915; murió en Dachau, Alemania, 27 de novembre de 1942. |
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Fuente: acoantioquena.com
Jacobo de Persia, Santo Mártir, 27 Noviembre
El gran mártir Jacobo el Persa (conocido como "el amputado") nació en el siglo IV en el seno de una piadosa familia cristiana, conocida por su riqueza y su honorabilidad. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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