JMJ
Pax
No quedará piedra sobre piedra
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza
de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará
piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".
Entonces le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto?, y ¿cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?"
El les respondió:
"Cuídense de que nadie los engañe; porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: "Yo
soy el Mesías. El tiempo ha llegado". Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y
revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es
el final".
Luego les dijo:
"Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes
terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 34a. Ordinario año impar
Antífona de entrada
Dice el Señor: Tengo designios de paz y no de aflicción, me invocarán y yo los escucharé, los
congregaré sacándolos de los países y comarcas por donde los dispersé.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, Dios nuestro, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a ti,
creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Dios hará surgir un reino que jamás será destruido y que aniquilará a todos los reinos
Lectura del libro del profeta Daniel 2, 31-45
En aquellos días, Daniel le dijo al rey Nabucodonosor:
"Tú, rey, has tenido esta visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca, de un
brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y
los brazos de plata; el vientre y los muslos de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de hierro
mezclado con barro.
Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió del monte, sin
intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo
pedazos. Entonces todo se hizo añicos: el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; todo quedó
como el polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se lo lleva sin
dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó
toda la tierra.
Este fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar: Tú, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha
dado el reino y el poder, el dominio y la gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres,
sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza
de oro.
Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el tuyo. Después vendrá un tercer
reino, de bronce, que dominará toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro. Así
como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará y aplastará a todos.
Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un reino dividido;
tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el hierro mezclado con el barro. Los dedos de
los pies, de hierro y de barro, significan un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro
mezclado con el barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán a fundirse, de
la misma manera que el hierro no se mezcla con el barro.
En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, ni
dominado por ninguna otra nación. Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará para
siempre; eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano
humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.
El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a suceder. El sueño es verdadero, y su
interpretación, digna de crédito".
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Salmo 3 (Daniel 3)
Bendito seas para siempre, Señor.
Todas sus obras bendigan al Señor. Todos sus ángeles bendigan al Señor.
Bendito seas para siempre, Señor.
Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo bendigan al Señor.
Bendito seas para siempre, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
No quedará piedra sobre piedra
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-11
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza
de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: "Días vendrán en que no quedará
piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido".
Entonces le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto?, y ¿cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?"
El les respondió:
"Cuídense de que nadie los engañe; porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: "Yo
soy el Mesías. El tiempo ha llegado". Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y
revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es
el final".
Luego les dijo:
"Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes
terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea agradable a tus ojos, nos alcance la gracia de servirte
con amor y nos consiga los gozos eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Nuestra misma acción de gracias es un don de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y
haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles, proclamando sin cesar:
Antífona de la Comunión
Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del Señor mi refugio.
Oración después de la comunión
Oremos:
Ahora que hemos recibido el don sagrado de tu sacramento, humildemente te pedimos, Señor,
que el memorial que tu Hijo nos mandó celebrar aumente la caridad en nosotros.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
34ª semana. Martes
CON LOS PIES DE BARRO
— La estatua de los pies de barro.
— La experiencia de la personal debilidad.
— Nuestra flaqueza, ocasión para que Dios muestre su poder y su misericordia.
I. Una de las lecturas que la liturgia propone para la Misa de hoy es un pasaje del Libro de Daniel. El rey había tenido un sueño que le había producido una extremada inquietud, sin que luego recordara su contenido. Daniel, con la ayuda divina, conoce el sueño, lo relata al rey y lo interpreta: Tú mirabas -le dice el Profeta a Nabucodonosor- y, estabas viendo una gran estatua. Era muy grande y de un brillo extraordinario... La cabeza de la estatua era de oro puro; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus caderas, de bronce; sus piernas, de hierro, y sus pies, parte de barro y parte de bronce. Entonces, una piedra, no lanzada por mano de hombre, se desprendió y dio sobre los pies de la estatua, y quedó destrozada. Todo se vino abajo: el oro, la plata, el bronce, el hierro y el barro se desmenuzaron juntamente y fueron como tamo de las eras en verano; se los llevó el viento... Nada quedó de la estatua1.
La interpretación del sueño se refiere a la destrucción de sucesivos reinos, comenzando por el del propio Nabucodonosor, y la llegada de un reino, suscitado por el Dios del cielo... que permanecerá para siempre2, y que derribará a los demás. Es una profecía de la llegada del Mesías y de su reinado universal. Pero también la estatua puede ser imagen de cada cristiano: con una inteligencia de oro, que nos permite conocer a Dios; un corazón de plata, con una inmensa capacidad de amar; y la fortaleza que dan las virtudes... Pero los pies los tendremos siempre de barro3, con la posibilidad de caer al suelo si olvidamos esta debilidad del fundamento humano, de la que, por otra parte, tenemos sobrada experiencia. Este conocimiento del frágil material que nos sostiene nos debe volver prudentes y humildes. Solo quien es consciente de esta debilidad no se fiará de sí mismo y buscará la fortaleza en el Señor, en la oración diaria, en el espíritu de mortificación, en la firmeza de la dirección espiritual. De esta forma, las propias fragilidades servirán para afianzar nuestra perseverancia, pues nos volverán más humildes y aumentarán nuestra confianza en la misericordia divina. Conocemos bien la realidad de las palabras de San Agustín: "No hay pecado ni crimen cometido por otro hombre que yo no sea capaz de cometer por razón de mi fragilidad; y si aún no lo he cometido es porque Dios, en su misericordia, no lo ha permitido y me ha preservado del mal"4.
La experiencia de los propios errores hace presente lo inestable de nuestras disposiciones personales y la realidad de la fragilidad humana: "Muchas tentaciones, muchos tropiezos salen al paso de los que quieren actuar conforme a Dios"5. La gracia, los buenos deseos no extirpan completamente las reliquias del pecado, que nos empujan al mal. Este propio conocimiento tendrá muchas consecuencias en nuestra vida. En primer lugar, nos llevará a buscar la fortaleza fuera de nosotros mismos, en el Señor. "Cuando tú deseabas poder por tus solas fuerzas, Dios te ha hecho débil, para darte su propio poder, porque tú no eres más que debilidad"6. Esa es la realidad. Por eso, "resulta necesario invocar sin descanso, con una fe recia y humilde: ¡Señor!, no te fíes de mí. Yo sí que me fío de Ti. Y al barruntar en nuestra alma el amor, la compasión, la ternura con que Cristo Jesús nos mira, porque Él no nos abandona, comprenderemos en toda su hondura las palabras del Apóstol: virtus in infirmitate perficitur (2 Cor 12, 9); con fe en el Señor, a pesar de nuestras miserias –mejor, con nuestras miserias– , seremos fieles a nuestro Padre Dios; brillará el poder divino, sosteniéndonos en medio de nuestra flaqueza"7.
II. Nos enseña la Iglesia que, a pesar de haber recibido el Bautismo, permanece en el alma la concupiscencia, el fomes peccati, "que procede del pecado y al pecado inclina"8. "Lo que la revelación nos dice –afirma el Concilio Vaticano II– coincide con la experiencia. El hombre, en efecto, cuando examina su corazón, comprueba su tendencia hacia el mal, se ve anegado por muchos males, que no pueden tener su origen en el Santo Creador (...). Toda la vida humana, individual y colectiva, se presenta como lucha –lucha dramática– entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. Es más: el hombre se siente incapaz de combatir con eficacia por sí solo los ataques del mal, hasta el punto de sentirse aherrojado entre cadenas"9.
Tenemos los pies de barro, como esa estatua de la que habla el Profeta Daniel, y, además, la experiencia del pecado, de la debilidad, de las propias flaquezas, está patente en la historia del mundo y en la vida personal de todos los hombres. "Nadie se ve enteramente libre de su debilidad y de su servidumbre, sino que todos tienen necesidad de Cristo, modelo, maestro, salvador y vivificador"10. Cada cristiano es como una vasija de barro11, que contiene tesoros de valor inapreciable, pero por su misma naturaleza puede romperse con facilidad. La experiencia nos enseña que debemos quitar toda ocasión de pecado. Es esta una muestra de sabiduría, porque "puestos en ellas, no hay que fiar donde tantos enemigos nos combaten y tantas flaquezas hay en nosotros para defendernos"12.
El Señor, en su misericordia infinita, ha querido que esta fragilidad propia sea para nuestro bien. "Dios quiere que tu miseria sea el trono de su misericordia, y tu impotencia la sede de todo su poder"13. En nuestra debilidad resplandece el poder divino, y es un medio, quizá insustituible, para unirnos más al Señor, que nunca nos deja solos. Enseña a mirar con comprensión a nuestros hermanos que quizá estén pasando una mala época, pues –como enseña San Agustín– no hay falta o pecado que nosotros no podamos cometer. Y si aún no lo hemos cometido se debe a la misericordia divina, que nos ha preservado de ese mal14.
Acudamos a Jesús, llenos de confianza: "Señor, que no nos inquieten nuestras pasadas miserias ya perdonadas, ni tampoco la posibilidad de miserias futuras; que nos abandonemos en tus manos misericordiosas; que te hagamos presentes nuestros deseos de santidad y apostolado, que laten como rescoldos bajo las cenizas de una aparente frialdad...
"—Señor, sé que nos escuchas. Díselo tú también"15.
III. Juan Pablo I, alentando a quien se desanima por haber llevado una vida en el mal, contaba que le preguntó una vez a una señora, llena de pesimismo por su vida pasada, los años que tenía. Respondió que treinta y cinco. "¡Treinta y cinco! –exclamó el Pontífice–, ¡pero si usted puede vivir todavía otros cuarenta o cincuenta años y hacer un montón de cosas buenas!". Le aconsejó que pensara en el porvenir, y que renovara su confianza en la ayuda de Dios. Y añadió el Papa: "Cité en aquella ocasión a San Francisco de Sales, que habla de "nuestras queridas imperfecciones". Y expliqué: Dios detesta las faltas, porque son faltas. Pero, por otra parte, ama, en cierto sentido, las faltas en cuanto que le dan ocasión a Él de mostrar su misericordia y a nosotros de permanecer humildes y de comprender también y compadecer las faltas del prójimo"16.
Si alguna vez fuera más agudo el conocimiento de nuestra debilidad, si las tentaciones arreciaran, oiremos cómo el Señor nos dice también a nosotros: Te basta mi gracia, porque la fuerza resplandece en la flaqueza. Y con San Pablo podremos decir: Por eso, con sumo gusto me gloriaré más todavía en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo. Por lo cual me complazco en las flaquezas, en los oprobios, en las necesidades, en las persecuciones y angustias, por Cristo; pues cuando soy débil, entonces soy fuerte17, con la fortaleza de Dios.
Aunque sintamos que tenemos los pies de barro, nos dará gran confianza considerar los abundantes medios sobrenaturales que el Señor nos ha dejado para vencer. Se ha quedado en el Sagrario, como especial fortaleza para la lucha; nos dio la Confesión, para recuperar la gracia perdida y aumentar la resistencia al mal y la capacidad para el bien; ha dispuesto que un Ángel nos guarde en todos nuestros caminos; contamos con la ayuda extraordinaria de la Comunión de los Santos, del ejemplo de tantas gentes que se comportan como hijos de Dios, con la ayuda de la corrección fraterna... Tenemos, sobre todo, la protección de María, Madre de Dios y Madre nuestra, Refugio de los pecadores, nuestro refugio, a la que ahora acudimos pidiéndole que no nos deje de su mano.
1 Dan 2, 31-35. — 2 Dan 2, 44. — 3 Cfr. San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa, 5; 181. — 4 San Agustín, Confesiones, 2, 7. — 5 Orígenes, Homilías sobre el Éxodo, 5, 3. — 6 San Agustín, Confesiones, 19, 5. — 7 San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, 194. — 8 Conc. de Trento, Sesión 5, cap. 5. — 9 Conc. Vat. II, Const. Gaudium et spes, 13. — 10 ídem, Decr. Ad gentes, 8. — 11 2 Cor 4, 7. — 12 Santa Teresa, Vida, 8, 4. — 13 San Francisco de Sales, Epistolario, fragm. 10, en Obras selectas de..., p. 644. — 14 Cfr. San Agustín, Confesiones, 2, 7. — 15 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 426. — 16 Juan Pablo I, Audiencia general, 20-IX-1978. — 17 2 Cor 12, 9-10.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
Santa Catalina Labouré
Religiosa
Año 1876
Oh María sin pecado concebida:
Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.
Esta fue la santa que tuvo el honor de que la Sma. Virgen se le apareciera para recomendarle que hiciera la Medalla Milagrosa.
Nació en Francia, de una familia campesina, en 1806. Al quedar huérfana de madre a los 8 años le encomendó a la Sma. Virgen que le sirviera de madre, y la Madre de Dios le aceptó su petición.
Como su hermana mayor se fue de monja vicentina, Catalina tuvo que quedarse al frente de los trabajos de la cocina y del lavadero en la casa de su padre, y por esto no pudo aprender a leer ni a escribir.
A los 14 años pidió a su papá que le permitiera irse de religiosa a un convento pero él, que la necesitaba para atender los muchos oficios de la casa, no se lo permitió. Ella le pedía a Nuestro Señor que le concediera lo que tanto deseaba: ser religiosa. Y una noche vio en sueños a un anciano sacerdote que le decía: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos". La imagen de ese sacerdote se le quedó grabada para siempre en la memoria.
Al fin, a los 24 años, logró que su padre la dejara ir a visitar a la hermana religiosa, y al llegar a la sala del convento vio allí el retrato de San Vicente de Paúl y se dió cuenta de que ese era el sacerdote que había visto en sueños y que la había invitado a ayudarle a cuidar enfermos. Desde ese día se propuso ser hermana vicentina, y tanto insistió que al fin fue aceptada en la comunidad.
Siendo Catalina una joven monjita, tuvo unas apariciones que la han hecho célebre en toda la Iglesia. En la primera, una noche estando en el dormitorio sintió que un hermoso niño la invitaba a ir a la capilla. Lo siguió hasta allá y él la llevó ante la imagen de la Virgen Santísima. Nuestra Señora le comunicó esa noche varias cosas futuras que iban a suceder en la Iglesia Católica y le recomendó que el mes de Mayo fuera celebrado con mayor fervor en honor de la Madre de Dios. Catalina creyó siempre que el niño que la había guiado era su ángel de la guarda.
Pero la aparición más famosa fue la del 27 de noviembre de 1830. Estando por la noche en la capilla, de pronto vio que la Sma. Virgen se le aparecía totalmente resplandeciente, derramando de sus manos hermosos rayos de luz hacia la tierra. Y le encomendó que hiciera una imagen de Nuestra Señora así como se le había aparecido y que mandara hacer una medalla que tuviera por un lado las iniciales de la Virgen MA, y una cruz, con esta frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Y le prometió ayudas muy especiales para quienes lleven esta medalla y recen esa oración.
Catalina le contó a su confesor esta aparición, pero él no le creyó. Sin embargo el sacerdote empezó a darse cuenta de que esta monjita era sumamente santa, y se fue donde el Sr. Arzobispo a consultarle el caso. El Sr. Arzobispo le dio permiso para que hicieran las medallas, y entonces empezaron los milagros.
Las gentes empezaron a darse cuenta de que los que llevaban la medalla con devoción y rezaban la oración "Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti", conseguían favores formidables, y todo el mundo comenzó a pedir la medalla y a llevarla. Hasta el emperador de Francia la llevaba y sus altos empleados también.
En París había un masón muy alejado de la religión. La hija de este hombre obtuvo que él aceptara colocarse al cuello la Medalla de la Virgen Milagrosa, y al poco tiempo el masón pidió que lo visitara un sacerdote, renunció a sus errores masónicos y terminó sus días como creyente católico.
Catalina le preguntó a la Sma. Virgen por qué de los rayos luminosos que salen de sus manos, algunos quedan como cortados y no caen en la tierra. Ella le respondió: "Esos rayos que no caen a la tierra representan los muchos favores y gracias que yo quisiera conceder a las personas, pero se quedan sin ser concedidos porque las gentes no los piden". Y añadió: "Muchas gracias y ayudas celestiales no se obtienen porque no se piden".
Después de las apariciones de la Sma. Virgen, la joven Catalina vivió el resto de sus años como una cenicienta escondida y desconocida de todos. Muchísimas personas fueron informadas de las apariciones y mensajes que la Virgen Milagrosa hizo en 1830. Ya en 1836 se habían repartido más de 130,000 medallas. El Padre Aladel, confesor de la santa, publicó un librito narrando lo que la Virgen Santísima había venido a decir y prometer, pero sin revelar el nombre de la monjita que había recibido estos mensajes, porque ella le había hecho prometer que no diría a quién se le había aparecido. Y así mientras esta devoción se propagaba por todas partes, Catalina seguía en el convento barriendo, lavando, cuidando las gallinas y haciendo de enfermera, como la más humilde e ignorada de todas las hermanitas, y recibiendo frecuentemente maltratos y humillaciones.
En 1842 sucedió un caso que hizo mucho más popular la Medalla Milagrosa y sucedió de la siguiente manera: el rico judío Ratisbona, fue hospedado muy amablemente por una familia católica en Roma, la cual como único pago de sus muchas atenciones, le pidió que llevara por un tiempo al cuello la medalla de la Virgen Milagrosa. Él aceptó esto como un detalle de cariño hacia sus amigos, y se fue a visitar como turista el templo, y allí de pronto frente a un altar de Nuestra Señora vio que se le aparecía la Virgen Santísima y le sonreía. Con esto le bastó para convertirse al catolicismo y dedicar todo el resto de su vida a propagar la religión católica y la devoción a la Madre de Dios. Esta admirable conversión fue conocida y admirada en todo el mundo y contribuyó a que miles y miles de personas empezaran a llevar también la Medalla de Nuestra Señora (lo que consigue favores de Dios no es la medalla, que es un metal muerto, sino nuestra fe y la demostración de cariño que le hacemos a la Virgen Santa, llevando su sagrada imagen).
Desde 1830, fecha de las apariciones, hasta 1876, fecha de su muerte, Catalina estuvo en el convento sin que nadie se le ocurriera que ella era a la que se le había aparecido la Virgen María para recomendarle la Medalla Milagrosa. En los últimos años obtuvo que se pusiera una imagen de la Virgen Milagrosa en el sitio donde se le había aparecido (y al verla, aunque es una imagen hermosa, ella exclamó: "Oh, la Virgencita es muchísimo más hermosa que esta imagen").
Al fin, ocho meses antes de su muerte, fallecido ya su antiguo confesor, Catalina le contó a su nueva superiora todas las apariciones con todo detalle y se supo quién era la afortunada que había visto y oído a la Virgen. Por eso cuando ella murió, todo el pueblo se volcó a sus funerales (quien se humilla será enaltecido).
Poco tiempo después de la muerte de Catalina, fue llevado un niño de 11 años, inválido de nacimiento, y al acercarlo al sepulcro de la santa, quedó instantáneamente curado.
En 1947 el santo Padre Pío XII declaró santa a Catalina Labouré, y con esa declaración quedó también confirmado que lo que ella contó acerca de las apariciones de la Virgen sí era Verdad.
_________________________________________________________Fuente: Corazones.org
Nuestra Señora de los Dolores de Kibeho (Ruanda) Madre del Verbo, 28 Noviembre
APARICIONES EN KIBEHO, (RWANDA, AFRICA) 1981-1989
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Santiago de la Marca, Santo Presbítero Franciscano, 28 Noviembre
Predicador incansable
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Fausta Romana, Santa Madre del siglo I, 28 de noviembre
Noviembre 28
Etimológicamente significa " feliz". Viene de la lengua latina. |
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Nerea de Tolomei, Santa Monja, 28 de diciembre
Diciembre 28
Etimológicamente significa "la que me pertenece". Viene de la lengua vasca. |
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Fuente: Acdp.es
Luis Camos Gorriz, Beato Padre de familia y Mártir, 28 Noviembre
Nació en Valencia el 30 de junio de 1905. Tras estudiar la primera enseñanza y la media en el colegio de San José que dirigían los padres jesuitas, simultaneó las licenciaturas en Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Valencia y se doctoró en Leyes en la Universidad Central de Madrid. Durante estos años de estudiante, realizó distintos viajes por Europa acompañando al siervo de Dios Ángel Herrera Oria. |
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Esteban el Joven, Santo Mártir, 28 Noviembre
San Esteban el joven fue, antes de nacer, ofrecido al Señor por sus padres. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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