JMJ
Pax
No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles:
"¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños le dice cuando
éste regresa del campo: Entra enseguida y ponte a comer?
¿No le dirá más bien:
Prepárame de comer, y disponte a servirme para que yo coma y beba; después comerás y
beberás tú?. ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su
obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les manda, digan: No somos más
que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos qué hacer".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Suplicamos tu oración: Esto es gratis pero cuesta. No sería posible sin tus oraciones: al menos un Avemaría de corazón por cada email que leas. Dios te salve María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús; Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. ¡Recuérdanos en tus intenciones de Misa!
Aclaración: una relación muere sin comunicación y comunidad-comunión. Con Dios es igual: las "palabras de vida eterna" (Jn 6,68; Hc 7,37) son fuente de vida espiritual (Jn 6, 63), pero no basta charlar por teléfono (oración), es necesario visitarse, y la Misa permite ver a Jesús, que está tan presente en la Eucaristía, que Hostias han sangrado: www.therealpresence.org/eucharst/mir/span_mir.htm
Por leer la Palabra, no se debe dejar de ir a Misa, donde ofrecemos TODO (Dios) a Dios: al actualizarse el sacrificio de la Cruz, a) co-reparamos el daño que hacen nuestros pecados al Cuerpo de Cristo que incluye los Corazones de Jesús y de María, a Su Iglesia y nosotros mismos, b) adoramos, c) agradecemos y d) pedimos y obtenemos Gracias por nuestras necesidades y para la salvación del mundo entero… ¿Que pasa en CADA Misa? 5 minutos: http://www.youtube.com/watch?v=v82JVdXAUUs
Nota: es una película protestante, por eso falta LA MADRE.
El Misterio de la Misa en 2 minutos: https://www.youtube.com/watch?v=0QCx-5Aqyrk
El que no valora una obra de arte es porque necesita cultura: https://www.youtube.com/watch?v=mTKKaT-KaKw
Lo que no ven tus ojos (2 minutos): http://www.gloria.tv/media/y3hgYNp23xu
El Gran Milagro (película completa): http://www.gloria.tv/media/hYyhhps7cqX
Explicación: http://www.youtube.com/watch?v=eFObozxcTUg#!
San Leonardo, "El GRAN tesoro oculto de la Santa Misa": http://iteadjmj.com/LIBROSW/lpm1.doc
Audio (1/5): https://www.youtube.com/watch?v=2NjKuVnxH58
Si Jesús se apareciera, ¿no correríamos a verlo, tocarlo, adorarlo? Jesús está aquí y lo ignoramos. Jesús nos espera (Mc 14,22-24) en la Eucaristía: "si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" (Jn 6,53; 1 Jn 5,12). La Misa es lo mínimo para salvarnos. Es como si un padre dijera "si no comes, te mueres, así que come al menos una vez por semana". Si comulgamos en estado de Gracia y con amor, nos hacemos uno (común-unión) con el Amor y renovamos la Nueva Alianza de Amor. Si faltamos a las bodas del Cordero (Ap.19,7-10) con su Iglesia (nosotros), sabiendo que rechazamos el Amor de Dios, que está derramando toda su Sangre por nuestros pecados personales, nos auto-condenamos a estar eternamente sin Amor: si una novia falta a su boda, es ella la que se aparta del amor del Novio para siempre, sabiendo que Él da la Vida por ella en el altar. ¿Qué pensaríamos si un cónyuge le dice al otro: "Te amo, pero no quiero verte todos los días, y menos los de descanso"? ¿Le ama realmente?
Faltar a Misa viola los principales mandamientos: el primero ("Amar a Dios sobre todas las cosas") y tercero ("Santificar las fiestas"). Por nuestro propio bien y evitar el infierno eterno, Dios sólo nos pide que nos regalemos 1 de las 168 horas de vida que Él nos regala cada semana: 0,6% ¡No seamos ingratos! Idolatramos aquello que preferimos a Él: los "dioses" son el descanso, entretenimiento, comida, trabajo, compañía, flojera. Prefieren baratijas al oro. Si en la Misa repartieran 1 millón de dólares a cada uno, ¿qué no harías para asistir? ¡Pues recibes infinitamente más! "Una misa vale más que todos los tesoros del mundo"… Por todo esto, es pecado mortal faltar sin causa grave a la Misa dominical y fiestas (Catecismo 2181; Mt 16, 18-19; Ex 20,8-10; Tb 1,6; Hch 20,7; 2 Ts 2,15).
Si rechazamos la Misa, ¿cómo vamos a decir "Padre Nuestro" si rechazamos volver a la Casa del Padre? ¿cómo decir "Santificado sea Tu Nombre", "Venga a nosotros Tu Reino", "Hágase Tu Voluntad", "Danos hoy nuestro pan supersubstancial de cada día" y "no nos dejes caer en la tentación más líbranos del malo", si todo eso lo obtenemos de la Misa?
Estamos en el mundo para ser felices para siempre, santos. Para lograr la santidad, la perfección del amor, es imprescindible la Misa y comunión, si es posible, diaria, como pide la Cátedra de Pedro, el representante de Cristo en la tierra (Canon 904). Antes de comulgar debemos confesar todos los pecados mortales: "quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación" (1 Cor 11,29; Rm 14,23). ¿Otros pecados mortales? no confesarse con el Sacerdote al menos una vez al año (CDC 989), no comulgar al menos en tiempo pascual (920), abortar (todos los métodos anticonceptivos no barrera son abortivos), promover el aborto (derecho a decidir, derechos (i)reproductivos, fecundación artificial), planificación natural sin causa grave, deseo o actividad sexual fuera del matrimonio por iglesia, privar de Misa a niños en uso de razón, borrachera, drogas, comer a reventar, envidia, calumnia, odio o deseo de venganza, ver pornografía, robo importante, chiste o burla de lo sagrado… ver más en http://www.iesvs.org/p/blog-page.html
Si no ponemos los medios para confesamos lo antes posible y nos sorprende la muerte sin arrepentirnos, nos auto-condenamos al infierno eterno (Catecismo 1033-41; Mt. 5,22; 10, 28; 13,41-50; 25, 31-46; Mc 9,43-48, etc.). Estos son pecados mortales objetivamente, pero subjetivamente, pueden ser menos graves, si hay atenuantes como la ignorancia. Pero ahora que lo sabes, ya no hay excusa (Jn 15,22).
† Misal
mar 32a. Ordinario año impar
Antífona de Entrada
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor, busquen la ayuda del Señor; busquen continuamente su presencia.
Oración Colecta
Oremos:
Aumenta, Señor, en nosotros la fe, la esperanza y la caridad para que cumplamos con amor tus
mandamientos y podamos conseguir, así, el cielo que nos tienes prometido.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, pero ellos están en paz
Lectura del libro de la Sabiduría 2, 23-24; 3, 1-9
Dios creó al hombre para que fuera inmortal, lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas,
por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan quienes le pertenecen.
En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios, y no las alcanzará ningún
tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto,que su salida de este mundo era una
desgracia, y su salida de entre nosotros una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero ellos esperaban confiadamente la
inmortalidad. Después de breves sufrimientos, recibirán una abundante recompensa, pues Dios
los puso a prueba y los halló dignos de él. Los probó como al oro en el crisol, y los aceptó como
un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se propagan en un cañaveral.
Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos.
Los que confían en el Señor comprenderán la verdad, y los que son fieles a su amor
permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
Del salmo 33
Bendigamos al Señor a todas horas.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo.
Bendigamos al Señor a todas horas.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo.
Bendigamos al Señor a todas horas.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas.
Bendigamos al Señor a todas horas.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra, y mi Padre lo amará y haremos en él nuestra morada, dice
el Señor.
Aleluya.
Evangelio
No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo Jesús dijo a sus apóstoles:
"¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños le dice cuando
éste regresa del campo: Entra enseguida y ponte a comer?
¿No le dirá más bien:
Prepárame de comer, y disponte a servirme para que yo coma y beba; después comerás y
beberás tú?. ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su
obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les manda, digan: No somos más
que siervos, sólo hemos hecho lo que teníamos qué hacer".
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Mira, Señor, con bondad, las ofrendas que te presentamos, a fin de que esta celebración
eucarística sea para tu gloria y alabanza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio
Cristo, huésped y peregrino en medio nosotros
En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz.
Porque tú llamaste a Abrahán y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas
las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión.
Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de
nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de
todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta tu reino; como estado, la libertad
de tus hijos; y como ley, el precepto del amor.
Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el
himno de tu gloria:
Antífona de la Comunión
Cristo nos amó y se entregó a la muerte por nosotros, como ofrenda y víctima agradable a Dios.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Señor, que este memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo nos haga morir de
veras al pecado y renacer a una nueva vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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† Meditación diaria
32ª semana. Martes
SIERVOS INÚTILES
— Sin la gracia santificante para nada serviríamos.
— El Señor nunca niega su ayuda.
— Colaboradores de Dios.
I. En el Evangelio de la Misa1 nos sitúa hoy el Señor en la realidad de nuestra vida. Si uno de vosotros –dice Jesús– tuviera un siervo que anda guardando el ganado o en la labranza, no le dirá cuando llegue a casa: entra enseguida y siéntate a la mesa. Por el contrario, primero el siervo servirá a su señor, y él cenará más tarde. Tampoco el siervo, en las condiciones de aquella época, esperaba agradecimiento por su trabajo: ha hecho lo que debía. De la misma manera –prosigue el Señor–, vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: somos unos siervos inútiles; no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer.
Jesús no aprueba la conducta del señor, quizá abusiva y arbitraria, sino que se sirve de una realidad de su tiempo conocida por todos para ilustrar cuál debe ser la actitud de la criatura en relación al Creador. Desde nuestra llegada a este mundo hasta la vida eterna a la que hemos sido destinados, todo procede del Señor como un inmenso regalo. Por tanto, comenta San Ambrosio, "no te creas más de lo que eres porque eres llamado hijo de Dios –debes reconocer, sí, la gracia, pero no debes echar en olvido tu naturaleza–, ni te envanezcas de haber servido con fidelidad, ya que ese era tu deber. El sol realiza su labor, obedece la luna, los ángeles también le sirven"2. ¿No le vamos a servir igualmente nosotros con la inteligencia y la voluntad, con todo nuestro ser?
No debemos olvidar que hemos sido elevados, gratuitamente, sin mérito alguno por nuestra parte, a la dignidad de hijos de Dios, pero por nosotros mismos no solo somos siervos, sino siervos inútiles, incapaces de llevar a cabo lo que nuestro Padre nos ha encargado, si Él no nos da su ayuda. La gracia divina es lo único que puede potenciar nuestros talentos humanos para trabajar por Cristo, para ser sus colaboradores, y para hacer obras meritorias. Nuestra capacidad no guarda relación con los frutos sobrenaturales que buscamos. Sin la gracia santificante para nada serviríamos. Somos lo que "el pincel en manos del artista"3. Las obras grandes que Dios quiere realizar con nuestra vida han de atribuirse al Artista, no al pincel. La gloria del cuadro pertenece al pintor; el pincel, si tuviera vida propia, tendría la dicha inmensa de haber colaborado con un maestro tan grande, pero no tendría sentido que se apropiara el mérito.
Si somos humildes –"andar en verdad" es ser conscientes de que somos siervos inútiles– nos sentiremos impulsados a pedir la gracia necesaria para cada obra que realicemos. Otra consecuencia práctica que podemos sacar de esta enseñanza que nos da Jesús es la de rechazar siempre cualquier alabanza que nos hagan –al menos en nuestro corazón– y dirigirla al Señor, pues cualquier cosa buena que haya salido de nuestras manos hemos de atribuirla en primer lugar a Dios, que "puede servirse de una vara para hacer brotar el agua de una roca, o de un poco de barro para devolver la vista a los ciegos"4. Somos el barro que da la vista a los ciegos, la vara que hace brotar una fuente en medio del desierto..., pero es Cristo el verdadero autor de estas maravillas. ¿Qué haría el barro por sí mismo...? Solo manchar.
II. El Señor pone de relieve en la parábola de la vid y los sarmientos5 esta necesidad del influjo divino para producir frutos. Puesto que Cristo "es el origen y la fuente de todo apostolado de la Iglesia, es evidente que la fecundidad del apostolado de los laicos depende de la unión vital que tengan con Cristo"6. El que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque sin Mí no podéis hacer nada7, afirmó rotundamente el Señor.
San Pablo enseñó que Dios es quien obra en nosotros el querer y el obrar según su beneplácito8. Esta acción divina es necesaria para querer y realizar obras buenas; pero ese "querer" y ese "obrar" son del hombre: la gracia no sustituye la tarea de la criatura, sino que la hace posible en el orden sobrenatural. San Agustín compara la necesidad del socorro divino a la de la luz para ver9. Es el ojo el que ve, pero no podría hacerlo si no hubiese luz: la gracia no suprime la libertad, pues somos nosotros quienes queremos y actuamos. Esta incapacidad humana para realizar, por sí misma, obras meritorias no nos debe llevar al desaliento; por el contrario, es una razón más para estar en una continua acción de gracias al Señor, pues Él siempre está pendiente de enviarnos el auxilio necesario.
La liturgia de la Iglesia nos hace pedir constantemente esta ayuda divina, de la que andamos tan radicalmente necesitados. El Señor no la niega nunca, cuando la pedimos con humildad y confianza. San Francisco de Sales ilustra esta maravilla divina con un ejemplo: "Cuando la tierna madre enseña a andar a su hijito, le ayuda y sostiene cuanto es necesario, dejándole dar algunos pasos por los sitios menos peligrosos y más llanos, asiéndole de la mano y sujetándole o tomándole en brazos y llevándole en ellos. De la misma manera Nuestro Señor tiene cuidado continuo de los pasos de sus hijos"10.
Esta solicitud divina, lejos de conducirnos a una actitud pasiva, nos llevará a poner empeño en la lucha ascética, en el apostolado, en lo que tenemos entre manos, como si todo dependiera exclusivamente de nosotros. A la vez, recurriremos al Señor como si todo dependiera de Él. Así hicieron los santos. Nunca quedaron defraudados.
III. San Pablo se vale de la imagen de las tareas agrícolas para ilustrar nuestra condición de instrumentos en la labor apostólica. Yo planté, Apolo regó, pero es Dios quien dio el incremento; de tal modo que ni el que planta es nada, ni el que riega, sino el que da el incremento, Dios... Porque nosotros somos colaboradores de Dios11. ¡Qué maravilla sentirnos cooperadores de Dios en esta gran obra de la redención! El Señor, en cierto modo, necesita de nosotros. Aunque hemos de tener en cuenta que es Dios, mediante su gracia, el único que puede conseguir que la semilla de la fe arraigue y dé fruto en las almas: el instrumento "podrá ir echando las semillas entre lágrimas, podrá cuidar el campo sin rehuir la fatiga: pero que la semilla germine y llegue a dar los frutos deseados depende solo de Dios y de su auxilio todopoderoso. Hay que insistir en que los hombres no son más que instrumentos, de los que Dios se sirve para la salvación de las almas, y hay que procurar que estos instrumentos se encuentren en buen estado para que Dios pueda utilizarlos"12. El hombre se capacita para grandes obras cuando es humilde; entonces cuida también su unión con Cristo mediante la oración.
Para que el pincel sea un instrumento útil en manos del pintor ha de recoger bien los colores y permitir trazar rasgos gruesos o finos, tonos enérgicos y menos fuertes. Ha de subordinar su propia cualidad al uso que de él quiera hacer el artista, que es quien compone el cuadro, marca las sombras y las luces, los tonos vivos con los más tenues, el que da profundidad y armonía al lienzo hasta formar un conjunto coherente, con fuerza. Además, el pincel ha de tener buena empuñadura y estar unido a la mano del maestro: si no hay unión, si no secunda fielmente el impulso que recibe, no hay arte. Esa es la condición de todo buen instrumento. Nosotros, que queremos serlo en manos del Señor, pero que nos damos cuenta de tantas cosas que no van, le decimos a Jesús en la intimidad de nuestra oración: ""Considero mis miserias, que parecen aumentar, a pesar de tus gracias, sin duda por mi falta de correspondencia. Conozco la ausencia en mí de toda preparación, para la empresa que pides. Y, cuando leo en los periódicos que tantos y tantos hombres de prestigio, de talento y de dinero hablan y escriben y organizan para defender tu reinado..., me miro a mí mismo y me encuentro tan nadie, tan ignorante y tan pobre, en una palabra, tan pequeño..., que me llenaría de confusión y de vergüenza si no supiera que Tú me quieres así. ¡Oh, Jesús! Por otra parte, sabes bien cómo he puesto, de buenísima gana, a tus pies, mi ambición... Fe y Amor: Amar, Creer, Sufrir. En esto sí que quiero ser rico y sabio, pero no más sabio ni más rico que lo que Tú, en tu Misericordia sin límites, hayas dispuesto: porque todo mi prestigio y honor he de ponerlo en cumplir fielmente tu justísima y amabilísima Voluntad""13.
Nuestra Madre Santa María, fidelísima colaboradora del Espíritu Santo en la tarea de la redención, nos enseñará a ser eficaces instrumentos del Señor. Nuestro Ángel Custodio enderezará nuestra intención y nos recordará que somos siervos inútiles en manos del Señor.
1 Lc 17, 7-10. — 2 San Ambrosio, Comentario al Evangelio de san Lucas, in loc. — 3 Cfr. San Josemaría Escrivá, Camino, n. 612. — 4 J. Pecci-León XIII-, Práctica de la humildad, 45. — 5 Cfr. Jn 15, 1 ss. — 6 Conc. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, 4. — 7 Jn 15, 5. — 8 Cfr. Flp 2, 13. — 9 San Agustín, Tratado sobre la naturaleza y la gracia, 26, 29. — 10 San Francisco de Sales, Tratado del amor de Dios, 3, 4. — 11 1 Cor 3, 6-9. — 12 San Pío X, Enc. Haerent animo, 4-VIII-1908, 9. — 13 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 822.
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† Santoral (si GoogleGroups corta el texto, lo encontrará en www.iesvs.org)
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San José Pignatelli
Restaurador de los Jesuitas
Año 1811
El mérito especial de este santo fue el de conservar lo que quedaba de la Compañía de Jesús (que es la Comunidad religiosa más numerosa en la Iglesia Católica) y tratar de que los religiosos de esa comunidad pudieran sobrevivir, a pesar de una terrible persecución. De familia italiana, nació en Zaragoza (España) en 1737. Se hizo jesuita y empezó a trabajar en los apostolados de su Comunidad, especialmente en enseñar catecismo a los niños y a los presos. En 1767 la masonería mundial se puso de acuerdo para pedir a todos los gobernantes que expulsaran de sus países a los Padres Jesuitas. El rey Carlos III de España obedeció las órdenes masónicas y declaró que de España y de todos los territorios de América que dependían de ese país quedaban expulsados los jesuitas. Con este decreto injusto le hizo un inmenso mal a muchas naciones y a la Santa Iglesia Católica. El Padre José Pignatelli y su hermano, que eran de familia de la alta clase social, recibieron la oferta de poder quedarse en España pero con la condición de que se salieran de la Compañía de Jesús. Ellos no aceptaron esto y prefirieron irse al destierro. Se fueron a la Isla de Córcega, pero luego los franceses invadieron esa isla y de allá también los expulsaron. En 1774 Clemente XIV por petición de los reyes de ese tiempo dio un decreto suprimiendo la Compañía de Jesús. Como efecto de ese Decreto 23,000 jesuitas quedaron fuera de sus casas religiosas. El Padre Pignatelli y sus demás compañeros, cuando oyeron leer el terrible decreto exclamaron: "Tenemos voto de obediencia al Papa. Obedecemos sin más, y de todo corazón". Durante los 20 años siguientes la vida del Padre José y la de los demás jesuitas será de tremendos sufrimientos. Pasando por situaciones económicas sumamente difíciles (como los demás jesuitas dejados sin su comunidad), pero siempre sereno, prudente, espiritual, amable, fiel. Se fue a la ciudad de Bolonia y allí estuvo dedicado a ayudar a otros sacerdotes en sus labores sacerdotales, y a coleccionar libros y manuscritos relacionados con la Compañía de Jesús y a suministrar ayuda a sus compañeros de religión. Muchos de ellos estaban en la miseria y si eran españoles no les dejaban ni siquiera ejercer el sacerdocio. Un día al pasar por frente a una obra del gobierno, alguien le dijo que aquello lo habían construido con lo que les habían quitado a los jesuitas, y Pignatelli respondió: "Entonces deberían ponerle por nombre "Haceldama", porque así se llamó el campo que compraron con el dinero que Judas consiguió al vender a Jesús. Cuando los gobiernos de Europa se declaraban en contra de los jesuitas, la emperatriz de Rusia, Catalina, prohibió publicar en su país el decreto que mandaba acabar con la Compañía de Jesús, y recibió allá a varios religiosos de esa comunidad. El Padre Pignatelli con permiso del Papa Pío VI se afilió a los jesuitas que estaban en Rusia y con la ayuda de ellos empezó a organizar otra vez a los jesuitas en Italia. Conseguía vocaciones y mandaba los novicios a Rusia y allá eran recibidos en la comunidad. El jefe de los jesuitas de Rusia lo nombró provincial de la comunidad en Italia, y el Papa Pío VII aprobó ese nombramiento. Así la comunidad empezaba a renacer otra vez, aunque fuera bajo cuerda y en gran secreto. El Padre Pignatelli oraba y trabajaba sin descanso por conseguir que su Comunidad volviera a renacer. En 1804 logró con gran alegría que en el reino de Nápoles fuera restablecida la Compañía de Jesús. Fue nombrado Provincial. Con las generosas ayudas que le enviaban sus familiares logró restablecer casas de Jesuitas en Roma, en Palermo, en Orvieto y en Cerdeña. Ya estaba para conseguir que el Sumo Pontífice restableciera otra vez la Compañía de Jesús, cuando Napoleón se llevó preso a Pío VII al destierro. El Padre Pignatelli murió en 1811 sin haber logrado que su amada Comunidad religiosa lograra volver a renacer plenamente, pero tres años después de su muerte, al quedar libre de su destierro el Papa Pío VII y volver libre a Roma, decretó que la Compañía de Jesús volvía a quedar instituida en todo el mundo, con razón Pío XI llamaba a San José Pignatelli "el anillo que unió la Compañía de Jesús que había existido antes, con la que empezó a existir nuevamente". Los Jesuitas lo recuerdan con inmensa gratitud, y nosotros le suplicamos a Dios que a esta comunidad y a todas las demás comunidades religiosas de la Iglesia Católica las conserve llenas de un gran fervor y de grandísima santidad. |
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Fuente: E W T N
Lorenzo O´Toole, Santo Arzobispo de Dublín, 14 Noviembre
San Lorenzo nació en Irlanda hacia el año 1128, de la familia O'Toole que era dueña de uno de los más importantes castillos de esa época. |
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Serapio de Algeria (Serapión), Santo Mártir, 14 de noviembre
Etimológicamente significa "perteneciente a la divinidad de Serapis" Viene de la lengua griega. |
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Esteban Teodoro Cuenot, Santo Obispo y Mártir, 14 de noviembre
Noviembre 14
Etimológicamente significa "coronado". Viene de la lengua griega. |
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Fuente: Franciscanos.net
Nicolás Tavelic y compañeros mártires, Santos Mártires Franciscanos, 14 de Noviembre
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Fuente: ar.geocities.com/misa_tridentina04
Juan Liccio (Licci), Beato Dominico, 14 de Noviembre
Nació en 1400, en Cáccamo, Sicilia, en el seno de una familia de pobres labradores. Su madre murió en el alumbramiento. Desde entonces y durante sus 111 años de vida, estuvo plagada de hechos milagrosos. |
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Fuente: Vatican.va
María Luisa Merkert, Beata Cofundadora, 14 de noviembre
Cofundadora de la Congregación Martirologio Romano: En Nysa, Polonia, beata María Luisa Merkert, cofundadora y primera superiora general de la Congregación de las Religiosas de Santa Isabel (1872).
Nació el 21 de septiembre de 1817 en Nysa, en Silesia de Opole (entonces diócesis de Breslavia), en el seno de una familia muy católica de la burguesía. Era la segunda hija de Carlos Antonio Merkert y María Bárbara Pfitzner. En el bautismo le pusieron los nombres de María Luisa. Sus padres y su hermana pertenecían a la Cofradía del Santo Sepulcro. Su padre murió cuando ella tenía un año. Su madre influyó mucho en la inclinación de sus dos hijas, María Luisa y Matilde, al servicio caritativo de los necesitados y a la vocación a la vida religiosa. |
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Fuentes: IESVS.org; EWTN.com; hablarcondios.org, Catholic.net, misalpalm.com
Mensajes anteriores en: http://iesvs-org.blogspot.com/
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